viernes, 13 de noviembre de 2015

Aristóteles - Metafísica (Libro XII, XIII y XIV).

En esta ocasión resumimos los últimos tres libros de Aristóteles con respecto a la filosofía primera: la metafísica. Los temas a tratar están relacionados con la esencia, los seres y críticas a algunas teorías de sus antecesores. Podemos decir que todos estos libro, si bien son abstractos y van más allá de la física, son bastante inspirados en lo que es la Física. De hecho, como opinión personal, este tratado sería muy difícil de entender en su absoluta complejidad sin los tratados de Física y lógica. En fin, todo es una mezcla que no puede verse desvinculada una de otra. El lugar donde explicamos nuestro conocimiento es el mismo siempre. Tendremos una consecuencia y consistencia en nuestro pensamiento si todo eso está vinculado; y bueno, cambiar si algo más fuerte y más fundamentados que nuestros pensamientos nos haga cambiar.

ADVERTENCIA: Se han omitido todas las redundancias que se hacen a libros posteriores y también las cosas que ya se dijeron de la teoría de las ideas. 

Referencias:

(1) Es el estudio del no-ser porque se considera el cambio constante de un ser como no-ser. En otras palabras, el accidente siempre va cambiando con respecto a sus categorías. 
(2) Una teoría ya vista en física y en los tratados sobre el cielo. 
(3) Esto ya lo hemos visto en el libro ''Acerca del cielo''.
(4) Calipo de Cícico fue un astrónomo quien fuera alumno de Eudoxo de Cnidos.
(5) En esta parte vemos claramente como Aristóteles no acepta la doctrina de que la Unidad sea el principio de todo. 

 METAFÍSICA



LIBRO DUODÉCIMO (Λ)

Capítulo I: La esencia

Si el universo se considerara en partes, entonces la esencia sería la primera parte de éste. Nada puede tener una existencia separada, excepto la esencia. 

Capítulo II: Esencia susceptible de cambio

Específicamente, este tipo de sustancia es susceptible a la mudanza (cambio de lugar), pero si dicho cambio se hace a un opuesto o intermedio, entonces es un sujeto el que experimenta el cambio. El cambio de esencia sólo se puede dar por la producción y la destrucción. La materia siempre cambia a excepción de la materia de los seres eternos; por lo tanto, también es susceptible a la mudanza. 

Capítulo III: La materia y la forma no devienen

Ni la materia ni la forma primitiva (que no se puede dividir) devienen. La materia puede destruirse y producirse pero nunca devenir (por ejemplo, el fuego no puede devenir en agua) y la forma tampoco deviene en cuanto a que es lo que persiste siempre en los sujetos. 

Capítulo IV: La causa de los principios

Algunos principios comprenden a todos los seres en una perspectiva, pero de otra no. Podríamos decir que la materia y sus contrarios (como podrían ser lo caliente y lo frío) son de alguna manera principios. De hecho, estos podrían encerrar lo que es una esencia y un principio, pues muchos seres comparten estas características. 

Por lo tanto, la materia, la forma y la privación serían comprendidos como principios de los seres. Sin embargo, también cabe considerar el principio motor, es decir, lo que mueve a un ser también es un tipo de principio. 

En fin, comprendido lo anterior tendríamos cuatro principios: la materia, la forma, la privación y el primer motor (no el de todos los seres). 

Capítulo V: Principio de los seres sensibles

Existen unos seres que puede existir ''aparte'', es decir, que no necesitan de otro para existir; estos se refiere a la sustancia que son la causa de todas las cosas. Las cosas que no existen aparte son los que corresponden con la forma, pues estos necesitan de la sustancia para existir. 

También se pueden considerar como principios el acto y la potencia, aunque estos difieren en cada ser. De hecho, muchos de los seres pueden comprenderse como acto y potencia al mismo tiempo. 

Por último, es claro que las causas se pueden considerar como principios; causa material, causa formal, causa eficiente y causa final que difieren en cada ser. Sin embargo, la materia primera es el principio de los seres sensibles. 

Capítulo VI: Necesidad de una existencia eterna

El movimiento y el tiempo deben ser eternos porque de otra manera, ninguno de los seres podría existir. Estos seres inmortales deben tener una sustancia inmaterial y además estar en acto porque como dijimos en el libro anterior, el acto es anterior a la potencia. 

Profundizando más en este último punto, si la potencia fuera anterior significaría que nada podría existir. La potencia representa la posibilidad de que una cosa pueda ser y pueda no ser; por lo tanto, la anterioridad debe estar en acto. 

Capítulo VII: Dios como el primer motor

El primer movimiento que debe tener el primero de los seres es el movimiento circular(2). Dicho movimiento lo produce un ser intermedio entre lo que mueve y es movido y lo que es movido y no mueve; por otro lado, también es actualidad pura y no potencia. 

Este ser que está en acto mueve a los demás seres por el objeto del amor sin ser movido. Además de eso, este ser es necesario y por esto representa el bien. Es un ser digno de nuestra consideración, pues nos contempla y la contemplación es la felicidad perfecta de los seres (la que en los otros seres a excepción de éste último, sólo está en pequeños momentos). Finalmente, Dios es el primer motor, mueve a los demás sin ser movido.

Capítulo VIII: El movimiento de los cielos

El ser primero

Según Aristóteles, el primero de los seres no es susceptible de ningún movimiento (no se le puede mover), sino que él es el primero que imprime un movimiento único y eterno. No hay que olvidar que dicho ser también es eterno. 

Los astros (o planetas)

Es claro que los planetas son esféricos y tienen un giro circular, ésto se deba a que estos seres tienen una esencia eterna y se ubica anteriormente a lo que es movido.

Todos estos planetas tienen un número de movimientos(3). Cada filósofo hizo su aporte en este respecto y los presentaremos a continuación:

Eudoxo proponía este número de movimientos en los astros.

La luna: 3 
El sol: 3
Marte: 4
Mercurio:4
Jupiter: 4
Saturno: 4
Venus: 4
Estrellas fijas:1 

Todo esto daba una suma de 27 esferas y por lo tanto 27 movimientos distintos. 

Calipo de Cícico(4) agregó más movimientos a los ya mencionados por Eudoxo, quedando ordenados de esta manera:

La luna: 5
El sol: 5
Marte: 5
Mercurio: 5 
Júpiter: 4
Saturno: 4
Venus: 5
Estrellas fijas: 1

La suma de más movimientos por parte de Calipo se debe a que consideraba que los movimientos propuestos por su maestro eran insuficientes. Las esferas de Calipo suman 34 esferas en total. 

Para Aristóteles, el movimiento de los planetas también es errático. Al ser así, entonces el filósofo añade más esferas al sistema de Calipo.

La luna: 5
El sol: 5+4
Marte: 5+4
Mercurio: 5+4
Júpiter: 4+3
Saturno: 4+3
Venus: 5+4

Estrellas fijas: 1

Así vemos que sólo se añadieron 22 esferas al sistema de Calipo sin contar la luna ni las estrellas fijas. Por lo tanto, el sistema aristotélico de las esferas del universo quedarían en 55 (sin contar las estrellas fijas). 

Capítulo IX: La inteligencia suprema

La inteligencia debe ser la más excelente divinidad que existe porque ésta es la que imprime el primer movimiento. No debe ser movido y debe al mismo tiempo permanecer inmóvil y moviendo a los otros. La inteligencia se piensa a sí misma y no es pensada por otro ser anterior.


Capítulo X: El universo y el bien

Todo en el universo está ordenado en una armonía única y por un solo ser. En un ejército el orden existe porque el general es el que da orden a éste y no al revés.

Teorías de otros filósofos

Muchos filósofos dicen que los principios se encuentran en los contrarios, pero los contrarios por sí mismo no pueden hacer nada. Es por esto que Aristóteles proporciona un tercer elemento que es el que hace que un objeto pase de un contrario a otro. En otras palabras, hace que ocurra el movimiento de un contrario a otro. 

Los pitagóricos decían que el bien es el principio de todas las cosas, pero no dicen cómo es que éste es el principio. 

Para Empédocles el bien se representa por el acto de unión hecho por la amistad. Sin embargo, aquí vemos que entonces la amistad sería una causa motriz, es decir, un principio anterior al bien.

Anaxágoras decía que la inteligencia (el nous) era el principio de todas las cosas. Este filósofo sí estaba más cerca de la idea de los principios propuestos por Aristóteles, aunque Anaxágoras no menciona ningún propósito. 

Finalmente, Platón nos decía que la idea era un principio, pero se podría objetar  ¿en base a qué idea existe el principio de la idea? y es aquí donde también puede estar el argumento del tercer hombre ya utilizado en otros libros. Sin embargo, el principio tampoco se puede basar en los seres sensibles porque de ser así, habría una cadena infinita de principios, lo cual es imposible. 





LIBRO DECIMOTERCERO (M)

Capítulo I: ¿Existen los seres matemáticos?

En Platón los seres matemáticos sí existen y están luego de ''conocer'' a los seres sensibles; luego de los seres matemáticos están las ideas. Otros pensadores (tales como los pitagóricos) aceptan solamente a los seres matemáticos como única sustancias. Veamos en el capítulo siguiente si de verdad existen y dónde se encuentran.


Capítulo II y III: ¿Se encuentran en los seres sensibles o separados de ellos?

Algunos libros atrás se había establecido que los seres matemáticos no podían existir en los seres sensibles, pues no podían haber dos sólidos en un mismo cuerpo. 

Sin embargo, toda la materia está unida a lo que es la superficie, la línea, el punto, etc. y pareciera ser que no se separa de la materia por ningún motivo. Además, ¿podría ser posible que un animal tenga una existencia separada de la que tiene? ¿una existencia basada en el número? no parece viable. Por lo tanto, Aristóteles nos dice que si bien los seres matemáticos son anteriores (sólo por anterioridad lógica: no es que sean lo primero que existan en un ser) a la materia, no están separados de ella.

Los seres matemáticos como el punto, la superficie, la línea no tienen una existencia separada, pero tampoco tienen movimiento. 

Además, la ciencia matemática es una de las más rigurosas pues examina a los seres que no tienen movimiento que además son seres simples (indivisibles como el punto o la superficie). 

Capítulo IV: No hay ideas en el sentido que lo propone Platón

Orígen de las ideas

Aristóteles nos da en esta parte una introducción de cómo surgió la teoría de las ideas. 

Heráclito postulaba que todo lo sensible estaba sometido a un flujo constante y esto era lo verdadero; el cambio constante. Los pitagóricos reducían todo a los números. Sócrates se enfocó en las virtudes morales y en la definición de las cosas. Gracias a esto, se pudo elaborar una forma de investigación llamada inducción, que según Aristóteles es el punto de partida de la ciencia. 

De acuerdo con Aristóteles, Sócrates no separaba a los seres de lo universal ni de la definición, lo que sí hicieron sus sucesores. Es decir, ellos consideraron a la idea como una representación de todos los seres. 

Ya hemos visto algunas refutaciones por parte de Aristóteles como la teoría del tercer hombre. De hecho, si hay ideas acerca de lo sensible, también tendrán que existir ideas sobre la esencia ¿cuál sería la idea de la esencia? En otras palabras ¿cuál sería la idea de la idea?

Propuesta de Aristóteles

¿Dónde se encuentra la idea entonces? La idea en contraste a Platón, es la esencia misma de las cosas. Todo género de las cosas es una idea y no está separada de ningún ser. 

Capítulo V: Las ideas son inútiles

Las ideas no son causa de ningún movimiento ni de cambio ni contribuyen a la ciencia de dichos seres. En efecto, la idea no es la causa de una obra, pues no es necesario tener la atención en la idea de la obra para comenzar a producirla. Además, las ideas no están sometidas ni a la producción ni a la destrucción porque son inmutables; por lo tanto, no pueden ser causa en este sentido. 

Capítulo VI: La doctrina de los números

Como dijimos anteriormente, los números existen en las cosas sensibles. Algunos filósofos dicen que los números se diferencian entre sí, y entonces habría mónadas diferentes unas de otras; por otro lado, hay unos que dicen que estas en realidad tienen identidad y se mezclan. 

Otros como Platón dicen que los números existen separados de la materia sensible y otros que los consideran como los primeros de los seres. 

Capítulo VII: Las unidades

¿Podrán las unidades ser combinables entre sí? ¿la mónada es parte de la díada así como la díada parte de la tríada? ¿o son separadas? Veamos lo que nos dice Aristóteles.

Si las unidades fueran incombinables, entonces el número no podría existir. Esto se debe a que el número posee unidades que no se distinguen entre sí. Por otro lado, las unidades también deben tener anterioridad y posterioridad; por ejemplo, antes de la díada está la mónada y después está la tríada. Cada unidad se va adhiriendo a un las otras unidades reunidas (e.g. si a una díada se le agrega una unidad se transforma en tríada).


Capítulo VIII: La unidad y el número 

Podríamos decir que la unidad y el número se distinguen por la categoría de cantidad, pero estaríamos en un error al afirmarlo. Los número solo se pueden distinguir por la categoría de cantidad, pero la unidad no se puede distinguir por cantidad porque de ser así, entonces un número se distinguiría de otro a pesar de tener la misma cantidad de unidades. Tampoco puede tener cualidad porque ésta va junta con los números, es decir, el número dos tiene como cualidad ser dos veces (pluralidad). 

La unidad, según Aristóteles, es la materia mientras que el número es la forma de ésta. Por otra parte, la mónada (o la unidad) es anterior a la díada, pero también es posterior si se quiere que la díada se convierta en tríada. 

Capítulo IX: El número y la magnitud

La magnitud sería lo relativo a la materia de lo grande y lo pequeño en los objetos. El número por su parte está compuesto de unidad indivisible y no de magnitudes. Sin embargo, los números no existen independientes de la magnitud. En efecto, cada número puede ser más grande o pequeño que otro y por lo tanto, están fuertemente relacionados. 







LIBRO DECIMOCUARTO (N)

Capítulo I: Ningún contrario es principio de las cosas

No podríamos decir que un contrario es un tipo de principio, ya que éste siempre se encuentra en un cuerpo; por ejemplo, si decimos que el blanco es principio de algo ¿dónde dejamos el cuerpo donde se sitúa lo blanco? ¿acaso el cuerpo no será anterior? Evidentemente que el cuerpo es anterior a lo blanco. 

Los contrarios si son inherentes de un sujeto, pero lo son en cuanto que se presentan como atributos. Por lo tanto, no pueden ser los principios porque sólo se presentan como características de un cuerpo. 

Otras teorías

Otros filósofos oponen la unidad a la cantidad, ya que la unidad es lo poco y la cantidad sería lo mucho. Pero la unidad no solo se encuentra en lo poco, sino que es más bien un concepto de medición de las cosas. Podemos nombrar la unidad en la música, en las matemáticas, para las magnitudes, etc. La cantidad por su parte sería lo que mide la cantidad y por esto no necesariamente son contrarios, pues ambas representan ''mediciones''. La unidad es la medida de cierta cantidad. 


Capítulo II: Lo seres eternos no se componen de elementos

Si los seres eternos se componen de elementos, entonces deben tener materia porque todo lo que proviene de elementos es materia. Sin embargo, si dichos seres son materia podrían tanto existir como no existir porque la materia es potencia. Por eso, lo susceptible de no-ser no sería eterno y tampoco pueden tener elementos o ser compuestos.

El ser y el no-ser 

¿De dónde provienen todas las cosas? ¿de dónde viene el ser y qué función cumple el no-ser? este tipo de ser se entiende de dos maneras: una se entiende como lo falso, es decir, cuando se afirma algo que es, pero en realidad no es; la otra se entiende como el ser en potencia; por ejemplo, el no-hombre es el hombre en potencia. 

Pluralidad

Otra pregunta es ¿de dónde viene la pluralidad? ¿cómo es que pueden existir una multiplicidad de seres y esencias? Si tratamos de relacionar esencia con cantidad veremos que tiene muchas diferencias, pues la esencia es una sola cosa adherida a los seres, la cantidad es muchas y está separada. 


Capítulo III y IV: Refutación de la doctrina de los números

Según los pitagóricos, todo está relacionado con los números; el cielo, la música, los seres, etc. Aristóteles está de acuerdo con esta teoría pero sólo en el modo de relación porque los números sí se encuentran dentro de los objetos sensibles, pero no vienen de ellos como lo aseguran los pitagóricos. 

El bien y la unidad

Una de las cosas que presentaban la doctrina de los números era que el bien sucedía la unidad como principio de todas las cosas. En otras palabras, la unidad existe primero que el bien. Sin embargo, ¿cómo sería posible que algo que vive en sí mismo y que es inmortal no fuera bueno? En efecto, debería serlo y de ahí podría existir la unidad. Por lo demás, el primer motor no puede ser una simple unidad, sino que debe ser el bien máximo(5)


Capítulo V y VI: El número no es causa de las cosas

Los números no pueden ser la causa eficiente de las cosas porque en realidad estos son materia. No representan la esencia de las cosas ni mucho menos el principio de estas, por lo tanto, los números quedan reducidos a la materia; por ejemplo, dos pedazos de carne, tres huesos, etc. 

En fin, los números no están separados de los seres sensibles ni tampoco so el principio de las cosas como hemos podido ver a lo largo de este tratado.  

Conclusión

La arremetida a la teoría de las ideas y a las sectas pitagóricas es potente en este libro. Los números no pueden explicar la existencia de las cosas, sino que solamente se encuentran ahí en la materia; por otro lado, las ideas son reducidas a nada porque tampoco son causa de las cosas y su sola separación es ridícula (bajo la perspectiva de Aristóteles). También pudimos ver el total convencimiento de que existe un primer motor y éste debe ser el ser más excelente que exista eternamente en el mundo; que mueve a todos sin ser movido. Terminamos los libros de metafísica para ahora enfocarnos en la ética y la moral que son los análisis que se vienen.

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