lunes, 29 de febrero de 2016

Marco Tulio Cicerón - Pro Rabirio Perduellionis Reo (Defensa de Gayo Rabirio, acusado de alta traición) (63 a. C.).

Tenemos en este discurso la defensa de uno de los senadores más importantes de Roma: Gayo Rabirio. Si bien es una importante figura, este senador está involucrado en la muerte de un tribuno de la plebe: Lucio Apuleyo Saturnino. Tito Labieno condenó junto con algunos senadores partidarios de Julio César a Rabirio por participar en la muerte de dicho senador. Este delito se consideraba en roma como delito de alta traición, una acusación gravísima para un ciudadano. Se necesitaría mucha ayuda de un abogado experto y convincente para librar a un ciudadano acusado de este tipo de delito, y Marco Tulio Cicerón será el indicado. Veamos la segunda defensa del orador convertido recientemente en consul.

Referencias:

(1) Poco y nada se sabe de este personaje nombrado por Cicerón. Sólo que logró defender con éxito a Rabirio. 
(2) En realidad, este no fue un juicio formal. Se defendió a Rabirio como persona encausada. 


Pro Rabirio 
Perduellionis Reo 
Defensa de Gayo Rabirio, acusado de alta traición


Contexto

Aproximadamente en el año 100 a. C. surgieron numerosos intentos de revolución por parte de los rebeldes en la República Romana. En uno de esos acontecimientos, Tito Labieno acusa a Gayo Rabirio de asesinar al senador Lucio Apuleyo Saturnino, aprovechándose de los momentos de rebeldía. 

Saturnino muere en circunstancias poco claras, ya que en una revolución se encerró con los campesinos en el Capitolio. Rabirio forma parte de la rebelión en contra del senador, pero no se sabe claramente si fue efectivamente él el que lo mató. 

Defensa

Cicerón comienza su defensa diciendo que no es necesario entregar los motivos de por qué defiende a Gayo, ya que siempre ha sido amigo de este, aparte de estar cumpliendo con su deber de cónsul.

Rabirio no solo había sido condenado en este juicio, sino que también anteriormente cuando su defensor fue Quinto hortensio(1). Este defensor pudo probar que Saturnino no fue asesinado por Rabirio, al senador lo había matado su propio esclavo llamado Esceva(2)

Efectivamente, ese día Rabirio andaba armado y por eso se puede suponer que se disponía a matar a Saturnino. También, lo que se debe destacar es que si la toma de armas y la muerte de Saturnino fue legal, pues en ese tiempo de revolución el mismo cónsul estaba armado. Rabirio siguió las órdenes de los cónsules quienes proclamaban que se atacara a los cobardes, y a Saturnino se le consideró un enemigo público por estar en contra del Senado. 

Por lo tanto, si Rabirio llevó las armas contra Saturnino por órdenes de los cónsules, entonces no podría calificarse como un asesinato ''ilegal''. En todo caso, Cicerón insiste en que fue Esceva y no Rabirio quién mató al senador. 

Conclusión

Los procesos revolucionarios que existieron en la época de la República fueron numerosos, y dieron lugar a muchas muertes que quedaron tanto anónimas como justificadas. La proscripción o lista negra es una práctica que se emplea sólo en las dictaduras, y atiende a motivos políticos. Hoy en día el asesinato por motivos políticos es algo absolutamente condenable, y hay cientos de casos que podríamos poner como ejemplo en el que se absuelve o se condena a personas culpables de asesinato político. En fin, Rabirio queda totalmente absuelto y Cicerón recibe el prestigio que se merece por la defensa. 

Marco Tulio Cicerón - In Toga Candida (Contra la candidatura) (64 a. C.).

Con toda una trayectoria exitosa gracias a las magníficas defensas y acusaciones realizadas por el orador, el anhelo por alcanzar una de las magistraturas más valiosas e importantes era inminente. Para esto, Marco Tulio Cicerón se propone a él mimos como candidato al consulado. Sus más grandes opositores (opositores de toda la vida) Lucio Sergio Catilina (a quien más tarde dedicará un texto llamado ''Catilinarias'') y Gayo Antonio Híbrida lucharán por ganar dicho consulado, haciendo todo tipo de artificios para apoderarse del puesto; de hecho, uno de ellos conspirará de manera vergonzosa para obtenerlo como de lugar. Antes de analizar este texto se debe señalar que sólo pocos fragmentos han sobrevivido de este escrito y por eso es tan breve. Sólo tenemos algunos comentarios por el autor Quinto Asconio Pediano. 

IN TOGA CANDIDA (CONTRA LA CANDIDATURA)

Discurso

Cicerón se dirige a los senadores hablando específicamente sobre Antonio y Catilina. Ambos se habían reunido con los colaboradores de Julio César (quienes eran los más férreos opositores a Cicerón) para organizarse contra la elección del orador. 

Contra Catilina

El mandato de Catilina en el África fue conocido por su terrible gobierno de opresión, en contra de todas las opiniones y pareceres del Senado. Desde aquí se ganaría toda la fama en el Senado. 

Además, años antes Catilina había sido acusado de extorsión por Publio Claudio. Tiempo después logró escapara y lo dejaron absuelto de dicho proceso. También cabe destacar que Catilina se opuso a la ley contra soborno, pues de esta manera se ganaba los votos (como más adelante lo intentará para ser cónsul nuevamente).

Otro de los cargos que se le han imputado a Catilina es el de adulterio. Catilina cometió adulterio con la virgen vestal Fabia, la cual era la hermana de la esposa de Cicerón.

Contra Antonio

Antonio fue uno de los hombres de Sila quien se suponía que debía mantener la paz en las provincias de Grecia. Sin embargo, llevado por la ambición ordenó al ejército que saqueara las provincias, incluso robando en los templos y en los lugares sagrados. 

Conclusión

Este será el comienzo de una de las tantas acusaciones (de hecho esta es la primera) contra Catilina por parte de Cicerón. Es evidente que el orador guardaba un fuerte resentimiento contra el candidato Catilina, ya que no sólo era un personaje despreciable entre los senadores, sino que también moralmente como en el caso del adulterio. Desde aquí, Cicerón consigue el consulado junto con Antonio, a pesar de haberlo acusado también junto a Catilina. De todas formas se puede suponer que Cicerón estuvo satisfecho, pues sería aún más terrible que Catilina hubiera alcanzado el consulado. 

domingo, 28 de febrero de 2016

Marco Tulio Cicerón - Pro Lege Manilla o De Imperio Cn Pompei (Defensa de la Ley Manilia o Acerca del mandato de Gn Pompeyo) (66 a .C.)

Justo a los 40 años de edad Marco Tulio Cicerón realiza su primer discurso acerca de las leyes de Roma. El orador ya tenía su prestigio ganado sobre todo con el juicio contra Verres y otros, lo que le ponía en un lugar destacado para debatir sobre las reformas de Pompeyo (del cual estaba a favor e incluso tenían hasta la misma edad). Este era uno de los momentos que Cicerón debía aprovechar para convertirse en cónsul. Una guerra que perjudicaría de manera importante a la República Romana sería la invasión de los piratas en el mediterráneo, y cuando se sofocó, una serie de medidas fueron deliberadas en el Senado para proteger la República. Estas son las leyes a las que Cicerón se refiere y que veremos a continuación; por lo pronto, no veremos a un Cicerón defendiendo a un político o ciudadano romano, sino más bien debatiendo con argumentos sobre la ley.

Referencias:

(1) Bitinia se convertirá en territorio romano en época de Augusto. 


PRO LEGE MANILLA O DE IMPERIO CN POMPEI
(DEFENSA DE LA LEY MANILIA O SOBRE EL MANDATO DE POMPEYO)


Contexto


Luego de la guerra de los piratas comenzaron las guerras de oriente, donde el rey del Ponto Mitrídates era quien dirigía el ejército opositor la república. 

Como consecuencia de esto, las tropas romanas no estaban dando abasto para detener a Mitrídates y las estrategias del lugarteniente Lúculo no estaban resultando. En esa urgente situación, Gayo Manilio propuso que el general Pompeyo se encargara de la situación, es decir, que Pompeyo tenga el mando supremo del ejército en la guerra sin limitación de tiempo; de ahí nace la conocida Ley Manilia Sin embargo, esta propuesta tenía sus opositores que en ese tiempo eran Hortensio y Cátulo. Cicerón se encargará de defender esta medida contra dichos opositores. 

La guerra contra Mitrídates

La situación era gravísima y se necesitaban tomar medidas rápidas e inteligentes. Cicerón nos habla que la provincia de Bitinia está aún en disputa y se lucha para obtenerla(1) junto con el lugarteniente Lúculo. No obstante, a pesar de que Lúculo pudo realizar grandes proezas en favor de la República, no ha podido detener esta guerra. 

Asia es un territorio que tiene tierra fértil la cual es muy beneficiosa para la república. Los intereses que se han gestado en oriente han sido esenciales para el avance económico de Roma, y por esa razón ya no se puede improvisar o pensar demasiado tiempo una contraofensiva. Además, el peligro se hace aún mayor cuando Mitrídates se une con el rey Tigranes II el Grande y que las tropas de Lúculo (ya veteranas) no podrían hacer frente a los enemigos. 

Motivos de por qué elegir a Pompeyo

Los motivos por el cual se debe elegir a Pompeyo son que desde pequeño poseyó el hábito de mandar. Siempre estuvo rodeado de militares y su contexto lo involucraba en aquello. 

Participaciones en las guerras

Apenas salió de la escuela se unió al ejército de su padre para combatir en la guerra marsica (91-89 a. C.). También batalló a los 23 años en la guerra de Cina el año 83 a. C., la guerra de la Galia Transalpina, la de Hispania y últimamente la de los piratas.  

El mismo Sila, gobernador de Roma en ese tiempo, reconoce que libró a Sicilia de la invasión extranjera, al igual como hizo con África. Abasteció de guarniciones a todas las provincias que visitaba con el fin de mejorar la economía de la república y sus ciudades. Otro de los aportes realizados eN la distintas provincias fueron las flotas que proveyó contra el ataque extranjero. 

En todo caso, Mitrídates y Tigranes ya estaban tratando hace mucho tiempo de tomarse por entero las provincias de Asia, sobre todo Panfilia y Cilicia. Fue nada más ni nada menos que Pompeyo quien pudo retrasar esas conquistas cada vez que estos reyes pretendían tomarselas. 

Por otro lado, no toda victoria la contrajo por medio de la guerra, sino que también por medio de la diplomacia. Los mismos pueblos (sobre todo Creta) llegaban a un acuerdo con Pompeyo, dejándole sus territorios a Roma con la condición de no batallar. 

Personalidad

No hay que olvidar lo prudente y templado que es Pompeyo, pues ha resultado que muchos generales llevados por su ambición han arrasado con toda la cultura de las provincias. Se dejan llevar por sus vicios y engendran la furia de los otros pueblos extranjeros, llevando así a otras guerras. 

Suerte

Otra cuestión de suma importancia era la suerte, que más bien era atribuida a los dioses. Pompeyo, según el argumento de Cicerón, era alguien que poseía mucha suerte, pues en sus batallas todo le iba a su favor. Y como solo los dioses inmortales pueden dar suerte a los romanos, entonces Pompeyo no solo era el correcto para esta batalla por sus méritos de guerra y diplomacia, sino que también por la suerte que le brindaban los dioses. 

Los opositores

Contra Hortensio

Como dijimos en la parte del contexto, uno de los opositores era Quinto Hortensio, quien no estaba de acuerdo con que una sola persona tuviera el mando supremo del ejército. 

Hortensio estaba en contra de la ley Gabinia, que proponía a Pompeyo como general del mediterráneo en la temida guerra de los piratas. De todas formas, a pesar del disgusto de Hortensio, Pompeyo defendió el mediterráneo de los piratas con éxito. ¿Qué hubiera pasado si haciendo caso a Hortensio no se hubiera puesto a Pompeyo como general del mediterráneo? probablemente hubiera sido una mala decisión. Esto restaría en el debate la verosimilitud y confianza en Hortensio que se oponía a la ley Manilia. 

Contra Cátulo

Quinto Cátulo argumenta que a la avanzada edad de Pompeyo, éste último podría sufrir un accidente o algo parecido al mando del ejército. No obstante, Cicerón enaltece la figura de Pompeyo diciendo que ya desde pequeño se había formado en los hábitos de la guerra e incluso participado en una, cuando ni siquiera tenía un cargo militar. Hay que aprovechar la brillantes de Pompeyo antes de que sea demasiado tarde, los dioses lo han beneficiado y la mayor prueba son todas sus victorias. 


Conclusión

Así como todas las defensas realizadas anteriormente, la puesta a favor de la ley Manilia se puso en marcha después de este debate gracias a Cicerón. Gayo Manilio logró que se aprobara la ley gracias al orador y Pompeyo se hizo cargo del mediterráneo, alejando a las fuerzas enemigas y recuperando el territorio disputado. Nada pudieron hacer Hortensio y Cátulo frente a la fuerte retórica del orador, y con el tiempo, estos dos hombres desaparecieron prácticamente de la escena pública luego de estos acontecimientos. 

viernes, 26 de febrero de 2016

Marco Tulio Cicerón - Pro Clientio (Defensa de Aulo Cluencio) (66 a. C.).

Por primera vez vemos que Marco Tulio Cicerón defiende un caso en el cual hay un muerto involucrado. Es factible pensar que casos como éstos se disputen a la orden del día, ya que la sedición y la ambición de poder que tenían las altas esferas del Imperio Romano. Pensemos que (este caso al menos) en la época de Cicerón habían muchas confrontaciones entre los que eran partidarios de Cayo Mario o del tirano Sila. Este es justamente el año donde Cicerón se convierte en pretor, por lo que podemos inferir que en este discurso, el orador se encuentra con un poco más de experiencia y sabiduría en su profesión.

Definiciones:

(1) Proscripción: Ya hemos visto que la proscripción es la orden para matar a un adversario político. 

Referencias:

(1) Casarse con el ex-esposo de la hija era algo prohibido en la Antigua Roma. 

PRO CLUENTIO
DEFENSA DE CLUENCIO


Contexto

Un matrimonio entre Estacio Albio Opiánico y Sasia tenían un hijo llamado Aulo Cliencio Hábito, quién no era querido muy querido por su padre. Estacio quiso deshacerse de él envenenándolo, pero Cliencio lo descubrió, lo acusó al tribunal, y lo condenaron al exilio muriendo el año 72 a. C. de manera muy misteriosa. 

El hijo biológico de Estacio, Gayo Opiánico, condenó a Cliencio diciendo que éste último había envenenado a su padre, y que además había comprado a los jueces que lo condenaron (soborno o prevaricación). En todo caso, la acusación del hijo de Estacio solo versa en dos cosas: el destierro de su padre y el posterior envenamiento.  

Estructura del juicio:

Juez de la causa: Quinto Voconio Nasón

Acusador: Gayo Opiánico
Abogado de Aulo Cluencio: Marco Tulio Cicerón

Cabe destacar nombrar al juez anterior donde se acusaba a Cluencio de prevaricación: Gayo Elio Estayeno Peto. 
  
Defensa

Cicerón le dice a los jueces que no fue por distinguirse o vanagloriarse que Cluencio denunció a su padre Estacio, sino que por amenazas y peligros que podrían haber acabado en la muerte del mismo Cluencio. 

Problemas con Sasia

Antes de llegar a las dificultades que tuvo con su padre, Cicerón comienza a relatar las penurias que tuvo que pasar con su madre Sasia. Su madre se había casado por lo menos tres veces; la primera fue el padre de Cluencio, pero la segunda fue un amorío entre ella y el marido de su hija; para eso tuvo que hacer que se divorciara con su hija y así quedarse con el esposo de ella(1)

El argumento de Cicerón tiene que ver con que Cluencio tuvo que ver y pasar todas estas controversias que tenía la madre con sus esposos. Además, se argumenta que los testigos usados en este juicio fueron llamados por la misma madre, con la intención de que se pueda condenar con más pruebas a su propio hijo. 

Las amenazas

Su padre lo amenazaba diariamente de muerte, hasta que llegó al extremo de tratar de envenenar al propio Cluencio. Cuando Cluencio vio el veneno y la intención, inmediatamente éste lo denunció con el juez de ese tiempo Gayo Elio Estayeno Peto. 

Además su padrastro había asesinado al padre de Cluencio, bajo la excusa de una proscripción(1) realizada por Sila. Lo increíble de esto es que el padrastro jamás fue condenado por este delito. Cicerón se pregunta ¿Debió ser algo correcto dejarlo absuelto? No debemos olvidar que además de matar al padre de Cluencio se casó con la madre de éste último. 

Como si eso fuera poco, se debe mencionar que el mismo Estacio mató a sus propios hijos en circunstancias poco claras para librarse del dinero que debía darles. Esto le permitió estar libre también con Sasia. Con todas estas pruebas, dice Cicerón, era natural que los jueces anteriores lo hubieran juzgado. En otras palabras, la atención se dirige a la anteacta (vida del padrastro) para justificar la acción de los jueces que fueron acusados de soborno (prevaricación); su absolución no sería honrada. 

Acusación de envenamiento

Se acusaba a Cluencio por envenenamiento a su padre, luego de haberlo condenado con los jueces sobornados. El hecho, según el acusador, se realizó en un banquete a propósito de una boda que celebraba Cluencio. En ese banquete asistió su padre y ahí, supuestamente, Cluencio envenenó a su padre por medio de un amigo suyo llamado Marco Aselio. Los que condenan a Cluencio aseguran que mató a su padre envenenandolo con un pan

La defensa de Cicerón radica en que el delito concreto (según el acusador) lo hizo Marco Aselio y no Aulo Cluencio. Además, ¿por qué mejor no se llama a declarar a Marco Aselio en vez de a Aulo Cluencio? Por otro lado, ¿no hubiera sido más fácil envenenarlo con vino o agua? En efecto, el veneno se esparciría más rápidamente. Cicerón insiste en que no fue Cluencio quien lo asesinó, sino más bien otras personas. 

El padre de Cluencio murió debido a una grave enfermedad que venía arrastrando desde su destierro, además de sufrir un accidente cuando se cayó de un caballo. De hecho, al banquete ya había llegado enfermo. 

Finalmente, Cicerón le ruega a los jueces que no condenen a Cluencio, pues ya ha sufrido lo bastante con su padrastro y su madre para que ahora lo condenen. 


Conclusión

En este discurso podemos ver la manera en que Cicerón recurre al historial de vida de su defendido. Aunque por otro lado, también ha utilizado las historias de los enemigos de su defendido. Aulo Cluencio fue excepcionalmente defendido  y salió absuelto, mientras que a la madre de Cluencio, Sasia, su reputación fue dejada por el suelo. Pareciera ser que hasta ahora la extraordinaria capacidad de oratoria de Cicerón para absolver a sus clientes han quedado intactas. Todas sus habilidades (sobre todo la anteacta utilizada aquí) formarán parte de su libro filosófico llamado ''Sobre la oratoria''. 

lunes, 22 de febrero de 2016

Marco Tulio Cicerón - Pro Caecina (Defensa de Aulo Cecina) (69 a.C.).

Este es otro de los casos que conforman un ejemplo de derecho privado de la Antigua Roma. Corría el año 69 a.C. y Marco Tulio Cicerón se convierte en edil, uno de los cargos en el cursus honorum dedicado al comercio y el mercado. Este importante cargo no le impedía a Cicerón ejercer su trabajo de abogado y ese mismo año defendió a Aulo Cecina, quien era un ferviente aliado de Pompeyo. Es uno de esos casos bastante particulares de herencia, donde veremos a un Cicerón que, más que alcanzar la justicia en su caso, sólo quiere conseguir ganar el caso a como dé lugar. Veamos esta faceta del orador más grande de la Antigua Roma.

Definiciones:

(1) Usucapión: término acuñado del Derecho Romano. Viene del latín ''usus'' (uso) y ''capere'' (tomar). 


Referencias:

(1) Por cierto, una esta es una ley que promulgó Sila luego de la guerra civil. 

PRO CAECINA
DEFENSA DE CECINA

Contexto

Una viuda llamada Cesenia deja su finca a su segundo esposo llamado Aulo Cecina. Inmediatamente, Sexto Ebucio se entera de esto y reclama como suya la finca de Caecina, pues según él, era una herencia se subastó y él era el dueño. Aulo Cecina la reclama y va a la finca con las intenciones de apoderarse de ella, pero en la misma finca está Sexto Ebucio con una tropa armada para intimidar a Cecina. Acto seguido, Cecina se queja con el pretor que en esos años era Publio Cornelio Dolabela y acude a Cicerón para que lo defienda en el juicio. 

Estructura del juicio:

Abogado de Ebucio: Lucio Calpurnio Pisón
Abogado de Cecina: Marco Tulio Cicerón

Hay que aclarar que en este caso los ''jueces'' son llamados recuperadores, que eran los encargados de ver los juicios entre ciudadanos.

Defensa

La violencia a la que recurrió Sexto Ebucio para defender su finca es vergonzosa. Sin embargo, lo que Ebucio trata de aparentar es que junto con su tropa armada, lo único que quería era prohibirle a Cecina entrar a la finca y no echarlo. 

Sexto Ebucio se aprovechó de la situación en que Cesenia se encontraba, y se entrometió cada vez que podía en el asunto de la herencia. Cesenia no sabía qué hacer con la herencia, pues no tenía herederos hijos: su hijo había muerto tiempo después de la muerte de su padre. Por lo tanto, el Estado le exigió hacer una subasta, momento perfecto para Sexto Ebucio, quien ni siquiera era un pariente de ella, de entrometerse y dirigir la subasta. 

En la subasta, nadie podría comprarla por razones de su elevado precio, y por respeto a Cesenia (querían que se quedara con ella); no obstante, como Ebucio era el que manejaba la subasta, el banquero le adjudica la propiedad legalmente, comprometiéndose al mismo tiempo a pagar dicha propiedad. A pesar de esto, Cesenia decide comprar la propiedad, y al mismo tiempo, Ebucio piensa que Cesenia la está comprando para él, puesto que el tiene los documentos del banquero y ella no. 

Intento de asesinato por Ebucio

Finalmente, Ebucio dice que Cecina no puede heredar nada de Cesenia porque ella era de Volaterra, una ciudad en la que la condición de ciudadano no es concebida(1). Sin embargo, la finca fue heredada de todas maneras a Cecina, por lo tanto, Ebucio informó a Roma que esa finca le pertenecía a él. Rápidamente , la finca se llenó de tropas de Ebucio con órdenes para matar a cualquiera que entre. No es todo, Ebucio se vanagloria de la acción de tener tropas armadas en la finca; reconoce el hecho, lo reafirma y lo considera bien. 

Un testigo de Cicerón llamado Aulo Terencio asegura que Ebucio dio órdenes de asesinar a Cecina apenas se le vea. Muchos testigos a favor de Cecina dijeron testimonios parecidos, con lo cual podemos vislumbrar la agresividad de Ebucio. 

La defensa del derecho a través de la violencia es un procedimiento desmedido y contradictorio. Si la pertenecía por derecho ¿por qué aguardar con una tropa armada? En efecto, no hay justificación para tal acto. Si los jueces liberan de esta violencia a Ebucio, entonces estarán justificando que la violencia es más poderosa que el derecho. 

A su favor, Pisón dice que no hubo violencia, pues nadie resultó herido, pero Cicerón le refuta que no es necesario que ocurra violencia cuando nadie sale herido. En todo caso, Cicerón sostiene su argumentación por medio de un sofisma; en efecto, pareciera ser que infundir miedo es una violencia peor que la violencia física.

''Confesáis que huyeron despavoridos; dais como razón de su fuga la misma que todos conocemos: las armas, la muchedumbre de hombres, la irrupción y el ataque de gente armada. Admitiendo estos hechos, ¿se negará que ha habido violencia?'' 

Se quiere hacer parecer que la sola presencia de armas y una muchedumbre con intenciones de violentar, ya es violencia concreta. 

La importancia del derecho civil

Pisón declara que este no es un asunto exclusivo u obligatorio para llevarlo a cabo con jurisconsultos, pero Cicerón le refuta que no es así. Puede ser que la herencia no exija una jurisconsulto si el testamento ha quedado claro, pero para conservar la propiedad será necesario que existan jurisconsultos que determinen las bases para habitar dicha propiedad. 

El proceso que viene luego de heredar una propiedad se llama usucapión(1). Dicho proceso establece la adquisición de un bien a un ciudadano de la provincia, en otras palabras, el ciudadano termina con la incertidumbre de derechos sobre la propiedad. 



Conclusión

Si bien es un caso de derecho privado, vemos otra instancia en la cual se menciona el concepto usucapión. En realidad, este caso para Cicerón fue un tanto complicado, pues tuvo que servirse de algunos sofismas para salir del paso. Por primera vez vemos el arbitrio de los recuperadores que como explicamos anteriormente eran jueces de la Antigua Roma. A la edad de 35 años y siendo edil, Marco Tulio Cicerón defiende uno de sus tantos casos, aunque muchos como estos no han sido rescatados por los expertos.

domingo, 21 de febrero de 2016

Marco Tulio Cicerón - Pro Fonteio (Defensa de Marco Fonteyo) (69 a. C.).

El año siguiente en que Marco Tulio Cicerón defendió al pueblo siciliano contra el tirano Verres, también defendió a Marco Fonteyo. Esta era la oportunidad perfecta para seguir acumulando triunfos y subir en el cursus honorum de las magistraturas; de hecho, tiempos después Cicerón podrá adquirir la pretura. Realmente, el caso de Marco Fonteyo comprende una situación familiar a la de Verres porque se le defiende del delito de concusión. Fácilmente podríamos inferir una contradicción en el gran orador, pues ¿cómo es posible defender algo que anteriormente se acusó con éxito? Es posible cuestionarlo, pero aún más difícil entenderlo. Veamos en este pequeño discurso (en comparación con otros) la defensa de Cicerón con este ciudadano romano. 

Definiciones:

(1) Prevaricación. Delito que cometen funcionarios públicos de manera intencionada o por ignorancia. 
(2) Erario: fondo o tesoro público. 


Referencias:

(1) Lamentablemente no hay conocimiento de estas cartas. 

PRO FONTEIO
DEFENSA DE MARCO FONTEYO

Contexto

Marco Fonteyo era un político romano que formaba parte de un triunviro en la Galia Narbonense. Tiene unas cuantas acusaciones que Cicerón debe defender, pues Fonteyo fue responsable de dinero cuando fue cuestor en la Galia Transalpina; por lo tanto, la acusación es en base a una prevaricación(1). Fonteyo fue acusado en base a la lex Valeria la cual permite que todos los ciudadanos puedan apelar a sentenciar a un magistrado de la República.

*Hay que advertir que de este texto solo existen algunos fragmentos: por eso, hay algunas partes que no figuran claras o simplemente desaparecidas. 

Estructura del juicio:

Representante de los pueblos: Induciomaro 

Acusador de Fonteyo: Marco Pletorio

Abogado de Fonteyo: Marco Tulio Cicerón

Defensa

Cicerón comienza la defensa diciendo que nunca será posible ver el registro de que falta dinero, ni de que Fonteyo robó dinero de del erario(2). Las tablas de la cuestura y el triunvirato al que pertenecía Fonteyo no registran ninguna irregularidad en cuanto a los fondos. 

Por otro lado, Fonteyo siempre fue un muy buen general en las batallas que se libraban en las Galias. Estaba en manos del general Pompeyo y su administración fue la mejor en esa provincia. 

Acusación de la calzada

Fonteyo es acusado por quedarse con el dinero de la construcción de la calzada construida por Domicio Enobarbo. Sin embargo, la verdad es que como Fonteyo tenía un alto cargo (como lo es el cargo de cuestor), envió la reparación a otros hombres de fidelidad: Gayo Anio Belieno y Gayo Fonteyo. La prueba que sustenta este hecho son las cartas enviadas a estos dos expertos(1)

Agresividad de los galos

Cicerón apela a la agresividad y la falta de compromiso de los galos. Recordemos que han sido numerosas los conflictos (rebeliones) que los galos han hecho en el imperio romano. A lo que quiere apelar Cicerón es que es más factible creerle a un ciudadano romano como Fonteyo, que a un grupo de galos que quiere desprestigiar.

Desde otro punto de vista, también sería un desprestigio para los jueces condenar a Fonteyo, pues estarían aceptando no las demandas, sino las amenazas de los galos (en palabras de Cicerón). El desprestigio que representaría la victoria de los galos en el juicio sería desastrosa, se cedería a la amenaza, al capricho y a la agresividad de los galos. 

Finalmente, Cicerón pide a los jueces que no se les de en el gusto a los galos, si no quieren que la virgen Vesta siga derramando lágrimas de lamentos. 

Conclusión

Debe ser seguramente el discurso más corto de Marco Tulio Cicerón debido a la falta de texto. Queda la impresión de inconsecuencia en cuanto a que defendió a Verres en un caso similar, y ahora está condenando un caso similar.  Probablemente, los conflictos de la Galia sería el momento oportuno de demandas y defensas para los abogados, pues resultaría evidente que muchos podrían aprovecharse de la situación con robos o concusión. Cicerón puso todo de su parte para que Fonteyo no fuera condenado y efectivamente no lo fue, pero me parece que los argumentos no fueron del todo convincentes, sobre todo el último que más que por aspiraciones justas, son solo por interés político. 

Marco Tulio Cicerón - In Verres (Contra Verres) (70 a. C.).

El pueblo siciliano había acusado al tirano Gayo Verres de Sicilia. Este tirano se hizo con las magistraturas más prestigiosas por medio de sobornos; de hecho, se volvió pretor de la isla. Los sicilianos sufrieron mucho con este gobernador, incluso más que cuando se produjo la Primera Guerra Púnica. Se saquearon los hogares, se elevaban los impuestos y se cancelaban contratos injustamente. No obstante, el pueblo siciliano tuvo la ayuda del más grande orador de toda Roma en su fase final de República: Marco Tulio Cicerón. Este se encargó de defender al pueblo y ganar el juicio contra Verres.

Definiciones:

(1) Modio: equivale a 8,75 litros.
(2) Sestercios: antigua moneda romana que equivale a un cuarto de un denario. 
(3) Recusación: impedir de manera legítima el acto de un tribunal o juez.
(4) Legatus: general del ejército romano. 


Referencias:

(1) Cobro injustificado que un funcionario público hace en provecho propio. 
(2) Para ver el concepto de liberta y los cargos públicos, véase el apunte del Imperio Romano.
(3) Ciudad ubicada al nordeste de Sicilia. Seguramente fue al primer lugar que llegó Verres.
(4) Antigua ciudad de Sicilia ubicada al norte de la isla. 


IN VERREM
(CONTRA VERRES) 

Sección I: Contra Quinto Cecilio


Contexto

Sicilia tiene graves problemas sociales y económicos gracias a la mala administración del tirano Verres. El pueblo siciliano pide la ayuda de Marco Tulio Cicerón para denunciar al tirano, y el tirano se apoya en la figura de Quinto Cecilio para no caer en desgracia. Ahora, los jueces deben decidir si es Cicerón o Quinto quien acusará a Verres de los delitos cometidos, pero obviamente, Quinto como acusador está más a favor de Verres.

Discurso contra Quinto Cecilio

Este será uno de los primeros ataques que Cicerón lanzará contra un gobernador de una provincia. Previamente, Cicerón sólo había defendido en materia penal a personajes como Quinto y Roscio, y de hecho pidió al pueblo siciliano que eligiera a otro acusador como Quinto Cecilio. 

Cicerón nos cuenta en esta parte que el pueblo siciliano le pidió en más de una ocasión que los ayudara contra Verres. Además, Cicerón ya había sido cuestor en esa provincia el año 75 a.C., pero las mismas fechorías que ocurrían en Sicilia, también ocurrieron en Acaya, Asia, Cilicia y en Roma. 

Verres es acusado de concusión(1) por el pueblo siciliano, pero veámoslo más en detalle. 

Pueblo siciliano


  • Acusan a Gayo Verres de saquear y vaciar las casas de los ciudadanos, además de expoliar los templos.
  • Ordenó la provisión de trigo para su granero y estando el modio(1) a dos sestercios(2), Verres le exigió a los agricultores doce sestercios por cada modio. 

Cicerón quiere dejar en claro que fue elegido por el pueblo siciliano y que tiene como testigos a los mismos jueces de que es así, porque eso es precisamente lo que Quinto quería dejar en evidencia, que nadie lo había llamado (cosa que era falsa). 

Razones de porqué Cecilio no puede ser acusador

Por otro lado, Cicerón nos dice que el pueblo conocía a los dos: a Quinto y  Cicerón, pero prefirieron a Cicerón por sobre Quinto, quien también estaba disponible. Cuando se habla de Verres, la intuición de nuestro filósofos nos revela que el tirano lo conoce muy bien y por eso lo confronta con Quinto. 

El pueblo siciliano no quiere la defensa de Quinto porque sospechaban que éste quería sacarlos de Sicilia, para que no volvieran a molestar. En segundo lugar, la amistad de Verres y Quinto es totalmente innegable, si hasta sus familiares son amigos. 

En cuanto a la acusación de los granos de trigo, para Quinto le sería imposible defender al pueblo, pues él hizo lo mismo tiempo atras. Incluso, Cicerón menciona que hasta podría haber sido cómplice de Verres. 

''Tú, por el contrario, ni siquiera le echarás en cara lo que hizo él, no sea que aparezcas, en alguna parte, como cómplice''.

De todas formas, Verres no está desprovisto de personas que lo puedan ayudar en el juicio. Se nombran a personajes como Lucio Apuleyo y a Alieno en el banco de los abogados. 

Controversia con Agonis de Lilibeo

Agonis de Lilibeo era una liberta(2) que antiguamente era esclava del templo de Venus en Sicilia. En todo caso, Agonis logró convertirse en una rica propietaria, y un día decidió que todos sus bienes pertenecerían al templo de Venus. El pretor de ese tiempo que era Quinto registra el hecho sin problemas. Sin embargo, Verres llega a Sicilia y desaprueba el hecho queriendo devolver todos los bienes a la mujer, pero quien había hecho esto no era Verres sino que Quinto Mucio. Es decir, Verres se adjudicó la labor que había hecho Quinto Mucio, de hecho, Verres se quedó con todos los bienes de Agonis.


Primera sesión 


Cicerón le gana por lejos a Quinto quien no tiene más que aceptar que el orador conduzca al pueblo contra Verres. No se puede perder más tiempo y Cicerón envía a su hijo Tulio a recoger todas las pruebas escritas en contra de Verres. La idea es que se haga con los mismo pretores y gobernadores para que el tirano no alcance a poner a otros, y así dilatar el proceso. 

También planeó que, antes de que el hijo de Cicerón investigara toda Sicilia, enviar a un investigador proveniente de Acaya que lo haga en menor tiempo que él. Esto haría retrasar el proceso de Cicerón contra Verres. 

Injusticia con el pueblo

La injusticia en Roma es evidente, pues el más rico sin importar que sea culpable y cometa crímenes puede salir libre de polvo y paja. El pueblo siciliano está descontento con esto y le echa la culpa a los jueces, Cicerón da la oportunidad a los jueces de recobrar la confianza en el pueblo y condenar a Verres por sus actos. 

Tanto es así, que los mismos adherentes a Verres confían en que tienen comprado al Senado y otras autoridades de la isla. En cambio, Cicerón se apoya en las pruebas objetivas de los hechos. 

Los planes de Verres

Cuando Verres volvió a Roma en el año 70 a. C., se aseguró de no entrar en juicio y utilizó todo el dinero que tenía a mano, es decir, recusó(3) el juicio. El pueblo siciliano notó estas acciones y condenaban con palabras al tirano. Cuando llegaron los comicios consulares (elecciones de cónsul), Verres comenzó a utilizar más dinero del que había empleado anteriormente.   

Por otro lado, cuando Quinto Hortensio Hórtalo apenas había salido cónsul de Roma, le aseguró a Verres que no sería condenado, de hecho sería absuelto por sus crímenes. 


''Te informo que has quedado absuelto en los comicios consulares de hoy''

Era una situación indignante, pues Verres no quedaría absuelto por un tribunal especializado, sino que por los votos del comicio que estaban a favor de Quinto Hortensio. 

Además, Cicerón se había postulado a cónsul del a misma ciudad con mucho esfuerzo, pero el dinero de Verres para consolidarse en ese cargo fue mucho más poderoso que la sinceridad de Cicerón. Sin embargo, es inevitable que Quinto Hortensio se haga con el consulado, así como Cicerón será el edil de Sicilia.  

Volviendo al juicio contra Verres, esta es ''la'' oportunidad para los jueces de demostrar que un hombre absolutamente culpable, y adinerado pueda ser juzgado como cualquier ciudadano. 

En resumen, la acusación de Cicerón queda verbalmente registrada de esta manera. 


  • Declaramos que Gayo Verres, además de haber cometido muchas arbitrariedades y muchas crueldades contra ciudadanos romanos y aliados y muchos sacrilegios contra los dioses y los hombres, se ha llevado ilegalmente de Sicilia cuarenta millones de sestercios. Os presentaremos esto con testimonios, documentos privados y registros públicos de forma tan manifiesta que quedaréis convencidos de que, aunque hubiésemos tenido tiempo y días disponibles, para hablar a nuestra comodidad, no habría sido, con todo, necesario en ningún modo un discurso largo. He dicho.

Aquí termina la primera sesión del discurso de Cicerón, ahora veamos la segunda parte. 


Segunda sesión

Primer discurso

La acusación de Cicerón es clara y precisa, pero Verres no se aparecerá para dar la cara. De acuerdo al filósofo, sería un descaro que se presente a excusarse de los delitos frente al pueblo siciliano y por eso no se encuentra.

Cicerón no sólo pide que se les restituya los bienes a quienes Verres robo, sino que también expiar los sacrilegios que cometió en los templos religiosos de Sicilia. 


''En verdad hemos traído ante vuestro tribunal, no a un ladrón, sino a un saqueador, no a un adúltero, sino a un salteador del pudor, no a un sacrílego, sino a un enemigo de lo sagrado y de todo lo que sea religión, no a un asesino profesional, sino al más cruel carnicero de ciudadanos y aliados; de forma que, a mi parecer, no ha habido, desde que los hombres pueden recordar, otro reo de tales características a quien hubiera que condenar''.

La presencia de Cicerón, más que por el dinero o las ganas de destruir al tirano Verres en el juicio, representa la amistad y la lealtad hacia el pueblo siciliano. 

Traición a Cayo Carbón

Durante la guerra civil que se sostuvo entre Mario y Sila, Verres era el cuestor del cónsul Cayo Carbón, quien estaba contento con la cuestura de Verres. No obstante, Carbón tuvo que dar toda clase de elogios al futuro tirano. 

Un día, Verres viajó a la Galia con el dinero que reunió como cuestor (dinero que le pertenecía al pueblo). Cuando se hacían las cuentas y se vio que no había dinero, el pueblo culpó a Carbón de haber robado el dinero. Junto con otros problemas que tenía, Carbón se suicidó. 

Era la oportunidad perfecta para Verres de descartarse. Cuando se encontró a salvo dijo lo siguiente:


''Cayo Carbón fue un mal ciudadano,un cónsul deshonesto y un hombre sedicioso''

Cicerón denuncia este hecho diciendo que encima de ser un crimen, tuvo una falta de lealtad y consideración a quien le confió el dinero de la ciudad. 

Traición a Cayo Dolabela y robo de especies 
El día que Sila fue gobernador de Roma, Gneo Dolabella era convocado a cónsul el año 81 a. C. Este puso a Verres como su legatus(4) y como tal, Verres podía cometer una de sus peores fechorías: el robo de arte. 


  • Saqueó las estatuas del templo de Apolo en Grecia
  • Robó una gran cantidad de oro del templo de Minerva
  • Robó cuadros y especies de Acaya
  • Robó otras estatuas de Quíos, Eritras y Halicarnaso. 
  • Saqueó el templo de Juno en Samos. 
  • Saqueó el templo de Diana en Perga. 

No sólo eso, Cicerón aseguraba que Verres tenías las obras de arte en su propia casa. 

Segundo discurso

En este discurso, Cicerón se enfoca directamente a la acusación, en efecto, anteriormente sólo habíamos visto los antecedentes de cada delito cometido por Verres.  

Después de una larga alabanza a los valores y hazañas del pueblo siciliano, Cicerón comienza a nombrar las cosas que experimentaba el pueblo en ese tiempo. Todos querían que Verres fuera sucedido rápidamente por Lucio Metelo, quien fue el próximo pretor de la isla. Si bien Cicerón elogió el gobierno de Lucio, éste último defendió a Verres en contra del pueblo siciliano, al igual que sus sucesores.

Traición a Dión de Halesa

La primera vez que Verres llegó a Sicilia, éste escribió una carta desde Messina(3) a Halesa(4), para llamar a su presencia a Dion de Halesa. Dion había recibido una cuantiosa herencia de su padre, con la única condición de que debía instalar unas estatuas en el foro a favor de Venus Ericina. Sin embargo, Verres sobornó a un siciliano para que demandase a Dion por la herencia, y obligó a éste último a pagarle 25 sestercios además de cederle una raza de caballos fina. En todo caso,Quinto Hortensio ya estaba enterado de estas injusticias. 

Derecho de los sicilianos

En ese tiempo los sicilianos se regían por la lex Rupilia (ley Rupilia), una ley provincial de Sicilia hecha por el cónsul romano Publio Rupilio. 

La ley consistía en que el conflicto que un particular tenía con el pueblo, o que el pueblo tenía con el particular debía ser mediado por un senador. Si un romano reclama de un siciliano, entonces se asigna un juez siciliano; si un siciliano de un romano, entonces se asigna un juez romano. 

Todo este sistema judicial que venía de la lex Rupilia fue alterado, modificado y finalmente arrebatado a los ciudadanos sicilianos por Verres. En efecto, en esa época existía lo que hoy se entiende como ius Verrinum (derecho de Verres) que en realidad servía como ius nouum (derecho nuevo), para hacer y deshacer las leyes. 

Conocido es el caso de Heraclio de Siracusa quien era un sacerdote del templo de Júpiter, que esperaba una herencia recibida después del sorteo de los litigios. Verres, llamado por la cuantiosa herencia que recibiría este siracusano, intervino en las leyes modificando la ley rupilia con ayuda de unos jueces y dejándose la herencia para él. Ante la gran imposición de Verres y sus jueces, Herión, quien podía haber sido millonario con la herencia, huyó de Siracusa con toda su pobreza. Verres y sus jueces decidieron condenarlo por no presentarse al juicio. 


Tercer discurso

Este discurso tiene que ver fundamentalmente con el tópico del trigo. El trigo para los sicilianos es el alimento que no solo les sirve para vivir, sino que también para sustentarse económicamente. 

Como vimos en la primera sesión, Verres se aprovechó nefastamente del diezmo que se le exigía al pueblo siciliano en trigo. Verres modificó ese diezmo y dictó el precio a su manera. 


Conclusión

Estas son una de las cuantas acusaciones a Verres por parte de Cicerón y el pueblo siciliano. Debo pedir disculpas porque probablemente, el análisis no deja apreciar bien la retórica que utiliza Cicerón en sus discursos o textos. Este fue uno de los cuantos juicios que Cicerón ganó por mucho, hay que considerar que Verres tenía todas las desventajas de ganar, pero también es cierto que nadie quería enfrentarse en un juicio con él. Recordemos que Cicerón no sólo acabó con este tirano, sino que también ganó un juicio contra el gobernador Sila unos años antes. Tenemos en este discurso a un orador difícil de derrotar.