domingo, 15 de noviembre de 2015

Aristóteles - Ética a Nicómaco (Libro I: Sobre la felicidad).

La felicidad es un concepto tan subjetivo que podría llevarnos a un error debido a las convenciones sociales que existen hoy en día. De ahí que se diga que se debe alcanzar la felicidad de cada uno, pero ¿cómo se logra esta felicidad? ¿acaso haciendo lo que uno quiera? ¿o haciendo todo lo que se considere bueno? Ya hemos visto en algunos libros de Platón el concepto de felicidad y el placer. Es hora de que veamos al gran Aristóteles que hasta ahora sólo nos ha hablado de lógica, física, naturaleza, biología y metafísica. Está demás decir que éste libro no está exento de críticas a las teorías platónica como ya estamos acostumbrados en algunos libros.

Definiciones:

(1) Zoion politikon: Significa ''animal político'' en griego antiguo. Esto quiere decir que el ser humano se relaciona social, colectiva y políticamente con sus semejantes.  
(2) Dianoético: en griego significa ''intelectual''.

Referencias:

(2) Sardanápalo era un rey de Siria conocido por su vida licenciosa.


Ética a Nicómaco


LIBRO PRIMERO: SOBRE LA FELICIDAD

Capítulo I: Toda actividad humana tiene un fin

Toda investigación y acción están orientadas hacia un fin y por lo tanto hacia el bien. Los fines en general se pueden desarrollar a través de las acciones, las actividades o las obras. Cada arte tiene un fin como por ejemplo, el fin del a medicina la salud, de la construcción el navío, de la guerra la victoria y etc.

Capítulo II: La ética y la política

Si todas nuestras acciones tienen un fin, ese fin debe ser el bien supremo no entendido en general, sino más bien para nosotros. Como ese fin tiene una gran importancia en nuestra vida, es necesario conocerlo bien. 

Si lo pensamos de manera general, veremos que dicho conocimiento (o dicha ciencia) es la política, pues ésta es la que rige las ciudades y decide qué debe hacerse y qué se debe evitar. A causa de que la política está en todas las ciencias, el fin de ésta significará el fin de las demás (economía, retórica, educación, etc). 

La política es el bien moral para todos los ciudadanos, en otras palabras, la política es lo que llamamos ética pública. Por otra parte, el bien particular, es decir, de un hombre, constituye la ética privada. Evidentemente, el bienestar de todos los ciudadanos será preferible al bien estar de un sólo hombre. 

Capítulo III: La política requiere de experiencia

La ciencia política debe llevarse a cabo por hombres que tengan experiencia y conocimiento para ejercerla. Es por esto que los jóvenes no deben involucrarse en los temas de la ciencia política, pues no poseen experiencia suficiente, además de conducirse éstos últimos siempre por las pasiones.

Capítulo IV: Investigar la felicidad por inducción

¿Cuál es el fin que debe perseguir la política y todos los hombres? En efecto, la felicidad. La felicidad quiere decir vivir bien y obrar bien. Sin embargo, la naturaleza de la felicidad es difícil de determinar. Por lo pronto, podemos decir que la felicidad de un pobre será ser rico, la felicidad de un enfermo la salud, la felicidad de un ignorante la inteligencia. 

Sería un trabajo tremendo investigar todas las opiniones que surgen del concepto ''felicidad'', por lo tanto, será mejor recurrir al método deductivo que va de lo general a lo particular. 

Capítulo V: Los modos de vida


Principalmente, los modos de vida son tres:


  1. Placer: los que se dejan llevar por los placeres y la licencia.
  2. Político: el que busca el bien para los ciudadanos.
  3. Contemplativa: la vida dedicada a la reflexión.

La mayoría de los hombres, según Aristóteles, escogen el primer modo de vida. La vida que permite la licencia que se asemejaba a la vida de Sardanápalo(2). 

Tenemos otro tipo de hombres cuyo fin son los honores, al cuidado de la ciudad y a la virtud. Son aquellos los que se dedican a la política, pero no obstante esto hay muchas personas que tratan de alcanzar la virtud sin éxito viviendo grandes infortunios. 

Con respecto a la vida contemplativa, ésta se analizará más adelante.

Capítulo VI: Refutación a Platón sobre el bien


Antes de comenzar el argumento, Aristóteles nos dice que aunque se esté refutando las teorías de los amigos, es preferible siempre estar de parte de la verdad. 

El bien puede decirse de muchas formas, de hecho, podríamos clasificarlos con algunas de las categorías del ser. 

Cualidad: la virtud
Cantidad: el justo medio o lo moderado
Relación: lo útil
Tiempo: oportunidad adecuada
Lugar: sitio correcto

De esto se desprende que el bien puede decirse de muchas formas y no sólo de una; por lo tanto, no hay una sola noción universal del bien. Es decir, es múltiple y no uno. 

Categorizaciones del bien

Muchos de los filósofos han tratado de agrupar el concepto del bien en un grupo. Los pitagóricos decían que el bien era una especie de unidad, Espeusipo también era de ésta opinión. Los platónicos solo consideraban que el bien solo abarcaba un aspecto de las cosas. 

Para Aristóteles el bien es definido de dos formas posibles: los que son por sí mismos (la virtud, la honestidad, el valor) y los que resulta por razón de ellos (el ocio como condición de la virtud). Podríamos decir que el mayor bien es que se encuentra en sí mismo, pero ¿qué pasa con el placer, el honor y la prudencia? En efecto, son bienes por una parte y por otra no. 

Si existiera la idea del bien, entonces sería difícil (por no decir inalcanzable) que el hombre pudiera conseguirla porque recordemos que la idea, según Platón, es una separación de las cosas sensibles. Quizás, al tener la idea del bien como un modelo podremos aproximarnos a bienes más próximos, pero si es así, esto reforzaría el concepto de bien como algo inalcanzable. 


Capítulo VII: El bien del hombre es un fin en sí mismo

Tenemos por tanto, fines que son en sí mismos y otros que nos procuramos por estos (por ejemplo, la virtud en la flauta nos dará relajo o tranquilidad). Estos últimos no resultan ser los bienes perfectos porque siempre son en vista de algo más, la idea es alcanzar el bien en sí mismo el cual es perfecto.

La felicidad como bien en sí mismo

Pero ¿cuál sería específicamente el bien perfecto y en sí mismo? Ese debería ser la felicidad, pues ninguna otra cosa se puede lograr utilizándose, sino que las otras virtudes se hacen para alcanzar ese bien. Por ejemplo, podríamos adquirir felicidad por medio de la inteligencia, pero inteligencia por medio de la felicidad. Por lo tanto, la felicidad es un bien perfecto y en sí mismo. 

La autosuficiencia como bien en sí mismo


La autosuficiencia está en las mismas condiciones de la felicidad, pero no debe entenderse de manera aislada y solitaria, sino más bien dentro de una familia porque el hombre es un animal político (Zoion politikon(1)). 

Según Aristóteles, la autosuficiencia es lo que da más felicidad al hombre que cualquier otra cosa, es lo más deseable. 

El bien propio del hombre

Éste bien que es propio del hombre, es la acción dirigida por el alma para alcanzar la virtud. No obstante, no es que el hombre haga una sola acción y se vuelve inmediatamente virtuoso, sino que debe practicarlo siempre y mientras más lo haga, más estará cerca del bien. De ahí la frase que utiliza ''Una golondrina no hace verano''. 

Capítulo VIII: La felicidad es una actividad de acuerdo con la virtud

Los bienes también pueden extrapolarse al ser en su dualidad porque existen los bienes exteriores (la fortuna), del alma y del cuerpo. De estas tres los bienes del alma son los más importantes, ya que ahí se encuentra la virtud, la prudencia, la sabiduría y todo lo anímico. 

La virtud en sí misma es agradable y por lo tanto, lo más preferible entre los hombres y lo que lo hace ser feliz. Sin embargo, Aristóteles añade que es necesario que se tengan cosas externas para ser feliz; riqueza, familia, descendencia, etc. No podría ser feliz quien siendo virtuoso tenga hijos malos, o que siendo virtuoso haya tenido hijos buenos pero que ahora están muertos.

Capítulo IX: La felicidad y la buena fortuna

La felicidad es el bien más preciado que puede querer el hombre. ¿Cómo se podrá conseguir? ¿Por medio del estudio, la costumbre, los dioses o la fortuna? Conseguirla por la fortuna podría ser un error, ya que establecimos que la felicidad se alcanza por medio de los bienes del alma, es decir, la virtud. Por lo tanto, la felicidad sólo es alcanzable por medio de la virtud, si decimos que es la fortuna, entonces nos estaríamos refiriendo a los bienes externos, pero es con los bienes del alma con los que conseguimos la felicidad. 

Capítulo X: La felicidad y los bienes externos

Solón nos decía que sólo se podía determinar la vida feliz de un hombre cuando éste moría. Seguramente, Solón lo decía porque una vez muerto, el hombre se deshace de todos los dolores y males que nos da la vida. Sin embargo, esto entraría en contradicción con lo dicho previamente porque habíamos establecido que la felicidad tenía que ver más bien con la actividad. 

Puede ser que a la actividad que se esté realizando para alcanzar la felicidad, muchas cosas y vicisitudes puedan obstaculizar (una tristeza, una pérdida, etc.), pero una vez superadas también podríamos llamar a esto una especie de felicidad. La superación de estos hechos hacen al hombre noble y magnánimo. 


Capítulo XI: La felicidad, los muertos y los descendientes

Aristóteles asegura que la tristeza o felicidad de los vivos (sobre todos de sus descendientes) no afecta en nada a los muertos. No obstante, reconoce que quizás la felicidad o infortunio de los amigos pueda afectar a los muertos (sólo en un grado ínfimo), pero éstos últimos no pueden hacer nada para que sus amigos sean más felices o sean menos felices.  

Capítulo XII: La felicidad y el elogio

Hay dos formas de elogiar a un hombre o las facultades que este tiene. Se elogia por una parte porque hay cierta naturaleza que hace ser elogiable algo, y por otro, se elogia a algo por relación a una cosa. 

Así, los dioses son elogiados porque son divinos y magnánimos; por otra parte, también se elogian a los hombres más próximos a lo divido y magnánimo. Por lo tanto, la felicidad es digna de elogio porque todos los seres divinos son felices. 

Capítulo XIII: El alma y la virtud

Si la felicidad se logra a través de la virtud y los bienes del alma, entonces debemos decir que la felicidad tiene que ver más con el alma que con el cuerpo. Es aquí donde reside la virtud humana. 

Veamos ahora lo que concierne a las partes del alma:

  1. Parte vegetativa: Una parte del alma tiene que ver con la nutrición y el crecimiento. Esta parte del alma en específico no está dotada de razón.
  2. Parte sensitiva: Una parte del alma la cual se deja llevar por los deseos y los placeres. Está desprovista de razón, pero puede entrar en ella en el sentido en que el deseo y el apetito, algunas veces escuchan a la razón
  3. Parte intelectiva: Una parte del alma que escucha a la razón para obrar correctamente. Obviamente, esta parte es racional. 

La virtud también se puede dividir en dos especies: tenemos las virtudes éticas (moderación y generosidad) y las virtudes dianoéticas(2) (sabiduría, inteligencia y prudencia). La diferencia entre las dos es que las éticas son ''sensibles'' y afectan al ser humano, mientras que las dianoéticas pertenecen a un plano más intelectual. 

Conclusión

Aquí vemos la preferencia de Aristóteles por una felicidad que debe llevarse a través de la virtud, despreciando el placer y el deseo que nos entrega el alma sensitiva. Su creencia en un dios que lo puede todo queda intacta, además de considerarlo como el bien sí mismo y la felicidad. Podríamos agregar una pregunta ¿un ser eterno puede ser feliz? ¿qué pasaría si fuéramos inmortales lo pudiéramos todo? ¿no nos aburriremos en algún momento? Supongo que eso dependerá de cada uno, en todo caso, Aristóteles prefiere más la virtud que ninguna otra cosa en la vida.

viernes, 13 de noviembre de 2015

Aristóteles - Metafísica (Libro XII, XIII y XIV).

En esta ocasión resumimos los últimos tres libros de Aristóteles con respecto a la filosofía primera: la metafísica. Los temas a tratar están relacionados con la esencia, los seres y críticas a algunas teorías de sus antecesores. Podemos decir que todos estos libro, si bien son abstractos y van más allá de la física, son bastante inspirados en lo que es la Física. De hecho, como opinión personal, este tratado sería muy difícil de entender en su absoluta complejidad sin los tratados de Física y lógica. En fin, todo es una mezcla que no puede verse desvinculada una de otra. El lugar donde explicamos nuestro conocimiento es el mismo siempre. Tendremos una consecuencia y consistencia en nuestro pensamiento si todo eso está vinculado; y bueno, cambiar si algo más fuerte y más fundamentados que nuestros pensamientos nos haga cambiar.

ADVERTENCIA: Se han omitido todas las redundancias que se hacen a libros posteriores y también las cosas que ya se dijeron de la teoría de las ideas. 

Referencias:

(1) Es el estudio del no-ser porque se considera el cambio constante de un ser como no-ser. En otras palabras, el accidente siempre va cambiando con respecto a sus categorías. 
(2) Una teoría ya vista en física y en los tratados sobre el cielo. 
(3) Esto ya lo hemos visto en el libro ''Acerca del cielo''.
(4) Calipo de Cícico fue un astrónomo quien fuera alumno de Eudoxo de Cnidos.
(5) En esta parte vemos claramente como Aristóteles no acepta la doctrina de que la Unidad sea el principio de todo. 

 METAFÍSICA



LIBRO DUODÉCIMO (Λ)

Capítulo I: La esencia

Si el universo se considerara en partes, entonces la esencia sería la primera parte de éste. Nada puede tener una existencia separada, excepto la esencia. 

Capítulo II: Esencia susceptible de cambio

Específicamente, este tipo de sustancia es susceptible a la mudanza (cambio de lugar), pero si dicho cambio se hace a un opuesto o intermedio, entonces es un sujeto el que experimenta el cambio. El cambio de esencia sólo se puede dar por la producción y la destrucción. La materia siempre cambia a excepción de la materia de los seres eternos; por lo tanto, también es susceptible a la mudanza. 

Capítulo III: La materia y la forma no devienen

Ni la materia ni la forma primitiva (que no se puede dividir) devienen. La materia puede destruirse y producirse pero nunca devenir (por ejemplo, el fuego no puede devenir en agua) y la forma tampoco deviene en cuanto a que es lo que persiste siempre en los sujetos. 

Capítulo IV: La causa de los principios

Algunos principios comprenden a todos los seres en una perspectiva, pero de otra no. Podríamos decir que la materia y sus contrarios (como podrían ser lo caliente y lo frío) son de alguna manera principios. De hecho, estos podrían encerrar lo que es una esencia y un principio, pues muchos seres comparten estas características. 

Por lo tanto, la materia, la forma y la privación serían comprendidos como principios de los seres. Sin embargo, también cabe considerar el principio motor, es decir, lo que mueve a un ser también es un tipo de principio. 

En fin, comprendido lo anterior tendríamos cuatro principios: la materia, la forma, la privación y el primer motor (no el de todos los seres). 

Capítulo V: Principio de los seres sensibles

Existen unos seres que puede existir ''aparte'', es decir, que no necesitan de otro para existir; estos se refiere a la sustancia que son la causa de todas las cosas. Las cosas que no existen aparte son los que corresponden con la forma, pues estos necesitan de la sustancia para existir. 

También se pueden considerar como principios el acto y la potencia, aunque estos difieren en cada ser. De hecho, muchos de los seres pueden comprenderse como acto y potencia al mismo tiempo. 

Por último, es claro que las causas se pueden considerar como principios; causa material, causa formal, causa eficiente y causa final que difieren en cada ser. Sin embargo, la materia primera es el principio de los seres sensibles. 

Capítulo VI: Necesidad de una existencia eterna

El movimiento y el tiempo deben ser eternos porque de otra manera, ninguno de los seres podría existir. Estos seres inmortales deben tener una sustancia inmaterial y además estar en acto porque como dijimos en el libro anterior, el acto es anterior a la potencia. 

Profundizando más en este último punto, si la potencia fuera anterior significaría que nada podría existir. La potencia representa la posibilidad de que una cosa pueda ser y pueda no ser; por lo tanto, la anterioridad debe estar en acto. 

Capítulo VII: Dios como el primer motor

El primer movimiento que debe tener el primero de los seres es el movimiento circular(2). Dicho movimiento lo produce un ser intermedio entre lo que mueve y es movido y lo que es movido y no mueve; por otro lado, también es actualidad pura y no potencia. 

Este ser que está en acto mueve a los demás seres por el objeto del amor sin ser movido. Además de eso, este ser es necesario y por esto representa el bien. Es un ser digno de nuestra consideración, pues nos contempla y la contemplación es la felicidad perfecta de los seres (la que en los otros seres a excepción de éste último, sólo está en pequeños momentos). Finalmente, Dios es el primer motor, mueve a los demás sin ser movido.

Capítulo VIII: El movimiento de los cielos

El ser primero

Según Aristóteles, el primero de los seres no es susceptible de ningún movimiento (no se le puede mover), sino que él es el primero que imprime un movimiento único y eterno. No hay que olvidar que dicho ser también es eterno. 

Los astros (o planetas)

Es claro que los planetas son esféricos y tienen un giro circular, ésto se deba a que estos seres tienen una esencia eterna y se ubica anteriormente a lo que es movido.

Todos estos planetas tienen un número de movimientos(3). Cada filósofo hizo su aporte en este respecto y los presentaremos a continuación:

Eudoxo proponía este número de movimientos en los astros.

La luna: 3 
El sol: 3
Marte: 4
Mercurio:4
Jupiter: 4
Saturno: 4
Venus: 4
Estrellas fijas:1 

Todo esto daba una suma de 27 esferas y por lo tanto 27 movimientos distintos. 

Calipo de Cícico(4) agregó más movimientos a los ya mencionados por Eudoxo, quedando ordenados de esta manera:

La luna: 5
El sol: 5
Marte: 5
Mercurio: 5 
Júpiter: 4
Saturno: 4
Venus: 5
Estrellas fijas: 1

La suma de más movimientos por parte de Calipo se debe a que consideraba que los movimientos propuestos por su maestro eran insuficientes. Las esferas de Calipo suman 34 esferas en total. 

Para Aristóteles, el movimiento de los planetas también es errático. Al ser así, entonces el filósofo añade más esferas al sistema de Calipo.

La luna: 5
El sol: 5+4
Marte: 5+4
Mercurio: 5+4
Júpiter: 4+3
Saturno: 4+3
Venus: 5+4

Estrellas fijas: 1

Así vemos que sólo se añadieron 22 esferas al sistema de Calipo sin contar la luna ni las estrellas fijas. Por lo tanto, el sistema aristotélico de las esferas del universo quedarían en 55 (sin contar las estrellas fijas). 

Capítulo IX: La inteligencia suprema

La inteligencia debe ser la más excelente divinidad que existe porque ésta es la que imprime el primer movimiento. No debe ser movido y debe al mismo tiempo permanecer inmóvil y moviendo a los otros. La inteligencia se piensa a sí misma y no es pensada por otro ser anterior.


Capítulo X: El universo y el bien

Todo en el universo está ordenado en una armonía única y por un solo ser. En un ejército el orden existe porque el general es el que da orden a éste y no al revés.

Teorías de otros filósofos

Muchos filósofos dicen que los principios se encuentran en los contrarios, pero los contrarios por sí mismo no pueden hacer nada. Es por esto que Aristóteles proporciona un tercer elemento que es el que hace que un objeto pase de un contrario a otro. En otras palabras, hace que ocurra el movimiento de un contrario a otro. 

Los pitagóricos decían que el bien es el principio de todas las cosas, pero no dicen cómo es que éste es el principio. 

Para Empédocles el bien se representa por el acto de unión hecho por la amistad. Sin embargo, aquí vemos que entonces la amistad sería una causa motriz, es decir, un principio anterior al bien.

Anaxágoras decía que la inteligencia (el nous) era el principio de todas las cosas. Este filósofo sí estaba más cerca de la idea de los principios propuestos por Aristóteles, aunque Anaxágoras no menciona ningún propósito. 

Finalmente, Platón nos decía que la idea era un principio, pero se podría objetar  ¿en base a qué idea existe el principio de la idea? y es aquí donde también puede estar el argumento del tercer hombre ya utilizado en otros libros. Sin embargo, el principio tampoco se puede basar en los seres sensibles porque de ser así, habría una cadena infinita de principios, lo cual es imposible. 





LIBRO DECIMOTERCERO (M)

Capítulo I: ¿Existen los seres matemáticos?

En Platón los seres matemáticos sí existen y están luego de ''conocer'' a los seres sensibles; luego de los seres matemáticos están las ideas. Otros pensadores (tales como los pitagóricos) aceptan solamente a los seres matemáticos como única sustancias. Veamos en el capítulo siguiente si de verdad existen y dónde se encuentran.


Capítulo II y III: ¿Se encuentran en los seres sensibles o separados de ellos?

Algunos libros atrás se había establecido que los seres matemáticos no podían existir en los seres sensibles, pues no podían haber dos sólidos en un mismo cuerpo. 

Sin embargo, toda la materia está unida a lo que es la superficie, la línea, el punto, etc. y pareciera ser que no se separa de la materia por ningún motivo. Además, ¿podría ser posible que un animal tenga una existencia separada de la que tiene? ¿una existencia basada en el número? no parece viable. Por lo tanto, Aristóteles nos dice que si bien los seres matemáticos son anteriores (sólo por anterioridad lógica: no es que sean lo primero que existan en un ser) a la materia, no están separados de ella.

Los seres matemáticos como el punto, la superficie, la línea no tienen una existencia separada, pero tampoco tienen movimiento. 

Además, la ciencia matemática es una de las más rigurosas pues examina a los seres que no tienen movimiento que además son seres simples (indivisibles como el punto o la superficie). 

Capítulo IV: No hay ideas en el sentido que lo propone Platón

Orígen de las ideas

Aristóteles nos da en esta parte una introducción de cómo surgió la teoría de las ideas. 

Heráclito postulaba que todo lo sensible estaba sometido a un flujo constante y esto era lo verdadero; el cambio constante. Los pitagóricos reducían todo a los números. Sócrates se enfocó en las virtudes morales y en la definición de las cosas. Gracias a esto, se pudo elaborar una forma de investigación llamada inducción, que según Aristóteles es el punto de partida de la ciencia. 

De acuerdo con Aristóteles, Sócrates no separaba a los seres de lo universal ni de la definición, lo que sí hicieron sus sucesores. Es decir, ellos consideraron a la idea como una representación de todos los seres. 

Ya hemos visto algunas refutaciones por parte de Aristóteles como la teoría del tercer hombre. De hecho, si hay ideas acerca de lo sensible, también tendrán que existir ideas sobre la esencia ¿cuál sería la idea de la esencia? En otras palabras ¿cuál sería la idea de la idea?

Propuesta de Aristóteles

¿Dónde se encuentra la idea entonces? La idea en contraste a Platón, es la esencia misma de las cosas. Todo género de las cosas es una idea y no está separada de ningún ser. 

Capítulo V: Las ideas son inútiles

Las ideas no son causa de ningún movimiento ni de cambio ni contribuyen a la ciencia de dichos seres. En efecto, la idea no es la causa de una obra, pues no es necesario tener la atención en la idea de la obra para comenzar a producirla. Además, las ideas no están sometidas ni a la producción ni a la destrucción porque son inmutables; por lo tanto, no pueden ser causa en este sentido. 

Capítulo VI: La doctrina de los números

Como dijimos anteriormente, los números existen en las cosas sensibles. Algunos filósofos dicen que los números se diferencian entre sí, y entonces habría mónadas diferentes unas de otras; por otro lado, hay unos que dicen que estas en realidad tienen identidad y se mezclan. 

Otros como Platón dicen que los números existen separados de la materia sensible y otros que los consideran como los primeros de los seres. 

Capítulo VII: Las unidades

¿Podrán las unidades ser combinables entre sí? ¿la mónada es parte de la díada así como la díada parte de la tríada? ¿o son separadas? Veamos lo que nos dice Aristóteles.

Si las unidades fueran incombinables, entonces el número no podría existir. Esto se debe a que el número posee unidades que no se distinguen entre sí. Por otro lado, las unidades también deben tener anterioridad y posterioridad; por ejemplo, antes de la díada está la mónada y después está la tríada. Cada unidad se va adhiriendo a un las otras unidades reunidas (e.g. si a una díada se le agrega una unidad se transforma en tríada).


Capítulo VIII: La unidad y el número 

Podríamos decir que la unidad y el número se distinguen por la categoría de cantidad, pero estaríamos en un error al afirmarlo. Los número solo se pueden distinguir por la categoría de cantidad, pero la unidad no se puede distinguir por cantidad porque de ser así, entonces un número se distinguiría de otro a pesar de tener la misma cantidad de unidades. Tampoco puede tener cualidad porque ésta va junta con los números, es decir, el número dos tiene como cualidad ser dos veces (pluralidad). 

La unidad, según Aristóteles, es la materia mientras que el número es la forma de ésta. Por otra parte, la mónada (o la unidad) es anterior a la díada, pero también es posterior si se quiere que la díada se convierta en tríada. 

Capítulo IX: El número y la magnitud

La magnitud sería lo relativo a la materia de lo grande y lo pequeño en los objetos. El número por su parte está compuesto de unidad indivisible y no de magnitudes. Sin embargo, los números no existen independientes de la magnitud. En efecto, cada número puede ser más grande o pequeño que otro y por lo tanto, están fuertemente relacionados. 





domingo, 8 de noviembre de 2015

Aristóteles - Metafísica (Libro IX, X y XI).

¿Existe algo más inquietante y progresivo que la potencia? La potencia nos arroja a múltiples posibilidades en la vida. Podemos pensar que somos un estudiante en potencia, un profesor en potencia, un padre en potencia, etc. Todo dependerá de nuestra vida y la acción que llevemos, hasta llegar al acto de ser cadáveres. Esto realmente pareciera no ser muy alentador, pero es la realidad que tiene la vida, la fugacidad de la potencia que depende de cómo nos comportamos frente a la salud de nuestro cuerpo ya sea física y psicológica. Otro de los temas abordados en este apunte es el estudio de la filosofía y cuán importante es este para una investigación (algo ya afirmado en el libro II de Metafísica.

Referencias:

(1) Euclides de Megara fue alumno de Sócrates quién, luego de la muerte de su maestro fundó su propia escuela filosófica, basada en las enseñanzas del maestro y de Parménides de Elea. 
(2) Esta aseveración seguramente se debe a la influencia de las paradojas de Zenón, donde el movimiento se reconoce como una imposibilidad (aporía). 
(3) Sin embargo, los cuerpos simples (agua, fuego, tierra y aire) son materias y por lo tanto deberían estar en potencias. 
(4) Aristóteles también habla dice que en la Unidad hay ''Igualdad'' y en la pluralidad ''Desigualdad'', pero no profundiza en ellas. 

METAFÍSICA


LIBRO NOVENO (Θ)

Capítulo I: La potencia y la privación


Todos los tipos de potencias se refieren a un principio como poder y único. Esta potencia puede cambiar porque tiene la capacidad de modificarse, ya sea por un ser o por sí mismo. 

Potencia pasiva y activa

Es de la siguiente forma en que se diferencia la potencia activa y pasiva. La primera es la que puede modificar a otro ser (y así misma), mientras que la otra tiene la capacidad de ser modificada. 


Capítulo II: Potencias racionales e irracionales

Potencias racionales

Las potencias racionales efectúan por sí mismas efectos contrarios. Un ejemplo de esto es que la potencia racional está representada en la ciencia, pues es ésta la que puede discernir entre lo que tiene un objeto y lo que no tiene por privación. De hecho, el objeto del conocimiento es conocer lo uno y lo otro que tenga el objeto. 

La ciencia de la potencia racional es la ciencia de los contrarios. Por ejemplo, el profesor puede enseñar una cosa como no enseñarla, el médico puede curar como no curar. 

Potencia irracional

Las potencias irracionales solo producen un solo y mismo efecto. No tienen contrarios y generalmente están vinculadas con los cuerpos simples. Por ejemplo, el fuego sólo produce calor, la salud sólo produce salud, etc. 

Capítulo III: Refutación a la escuela de Megara(1)

Los de Megara creían que la potencia sólo se puede entender si está en acto. Es decir, si no hay acto, no puede haber potencia(2). Aristóteles considera que esto es absurdo porque entonces, quien no construye no tiene el poder de construir, pero el que construye tiene el poder de construir. 

Nadie podría tener la capacidad de construir si no construye, como tampoco el fuego no podrá calentar si no calienta. En otras palabras, esto significa que la escuela de Megara elimina el movimiento y la producción de un arte; elimina la posibilidad.

Es fácil rebatir la teoría de la escuela de Megara, pues es factible reconocer el tránsito de la potencia al acto. Alguien que no cura tiene la posibilidad de curar si lo aprende, aunque, por otro lado, puede ocurrir que algo exista sólo en acto como sólo en potencia, no es nada irregular. 

Capítulo IV: Posibilidad de existir y no existir

Con la refutación anterior a la escuela de Megara, surge la duda de que si algo puede existir eternamente. Porque, si decimos que todo tiene la posibilidad de curar, enseñar, aprender etc., entonces decimos al mismo tiempo que todo es posible. Sin embargo, el mismo Aristóteles reconoce que algunas cosas son imposibles. 

En efecto, si bien A puede significar la posterior existencia de B, B no necesariamente tiene que existir por A; B puede existir sin la ayuda de A.  Para que B exista, es necesario que A tenga una relación con B. Si A no tiene relación con B, B no existirá. 

Capítulo V: La acción de la potencia

Existen potencias que nos son dadas por naturaleza como los sentidos y otro tipo de potencias dadas por el hábito. La última se nos da a causa de que aprendemos algo anteriormente para lograrlo y la primera se desarrolla de manera autónoma (potencia pasiva).

La acción de la potencia podrá tomar lugar cuando un objeto tenga la capacidad de ser movido, y además la pasividad. 

Capítulo VI: Cualidad de la potencia

A través de estas lecturas hemos podido dar cuenta que la potencia se diferencia totalmente del acto, desde el punto de vista del objeto. 

El acto se entiende por medio de los siguientes ejemplos: quien construye (acto) y el que tiene la facultad de construir (potencia); el ser despierto (acto) con respecto al que duerme (potencia); el que tiene los ojos cerrados (acto) con el que tiene la facultad de ver (potencia). 

Una de las cualidades de la potencia es ser un movimiento incompleto. En efecto se puede dar un paso y haberlo dado, es necesario que primero se esté en potencia y luego en acto. Por otra parte, se puede ver y haber visto, pensar y haber pensado porque estos son en realidad actos y no potencias. 


Capítulo VII: Casos de la potencia

Aristóteles nos ofrece una definición en cuanto al tránsito de la potencia al acto:

''La voluntad realizándose sin encontrar ningún obstáculo exterior: por el contrario, aquí para el que es objeto de curación habrá potencia, si no hay en él mismo algún obstáculo''.

De aquí se desprende que la materia de una casa puede estar en potencia, siempre y cuando no exista un obstáculo que se lo impida. Sin embargo, en algunos casos es necesario que la materia esté en otro objeto; por ejemplo, la esperma no es el hombre en potencia, hasta que se encuentre en otro ser; la tierra no es todavía potencia de la estatua hasta que esté en otro ser (el bronce). 

En este sentido, la esperma y la tierra serán consideradas como la materia primera.


Capítulo VIII: El acto es anterior a la potencia

Hemos dicho algunas veces que la potencia pareciera ser primera que el acto, pero en realidad no es así. Es evidente presenciar esto porque toda potencia proviene de un ser y dicho ser debe estar en acto. Por ejemplo, el hombre viene del hombre; el músico del músico, etc. El primer motor de las cosas siempre está en acto.

El acto es anterior a la potencia porque representa a la forma y la potencia a la materia. Para que la materia se produzca se necesita un ser con forma. 

Todo lo inmortal se encuentra en acto, según Aristóteles, los astros son más actos que potencias. No obstante, hay algunos seres que, estando sometidos a los cambios, también están en acto pues tienen un movimiento único y en sí mismos (el fuego hacia arriba, la tierra hacia abajo)(3).  

Capítulo IX: El acto del bien es superior a la potencia del bien

Con respecto al bien

La diferencia entre el acto como bien y la potencia como bien es que ésta última está sometida a la posibilidad no-ser. Por ejemplo, el que está sano en potencia, luego puede estar enfermo. En cambio en el acto nunca hay ningún cambio y por esto es preferible el acto; en éste último no es posible que se presenten dos contrarios (la salud y la enfermedad en un mismo sujeto). 

Con respecto al mal

En el caso del mal es mucho peor tener el mal en acto, pues si está en potencia éste puede cambiar al bien. En los seres eternos, el mal no existe porque si fuera así, entonces estos se podrían destruir; la destrucción se considera como un mal. 

 Capítulo X: Verdadero y falso

En libros anteriores observamos la equivalencia entre el ser y el no-ser con respecto con lo verdadero y lo falso. 

Ser: verdadero
No-ser: falso

Otra de las cosas que determina la verdad y falsedad de las cosas es la reunión y la separación. Ser significa estar reunido y no-ser significa estar separados y a la vez muchos. Unas cosas están eternamente separadas y otras eternamente unidas, lo que quiere decir que las primeras siempre son falsas y las últimas siempre son verdaderas.






LIBRO DÉCIMO (I)

Capítulo I: Sobre la unidad

La unidad se representa como anterior por medio de la forma y de la indivisibilidad, bajo la relación de la cantidad. Ésta siempre ha sido anterior y por ende éste tipo de unidad se encuentra antes que la unidad de la materia. A ésta unidad la llamaremos unidad primitiva, pues encierra el concepto de primera mientras tenga un movimiento perfecto e infinito (movimiento circular). También forman parte de la unidad de la sustancia. 


Capítulo II: Unidad y esencia

En libros anteriores habíamos establecido que el ser y la unidad se encontraban en todos los seres. Que estos dos conceptos pertenecen a una noción universal, puesto que todos los seres tienen, valga la redundancia, ser y unidad. 

No obstante, la unidad en sí misma representa una naturaleza, la esencia de cada ser, pues toda esencia debe ser indivisible. 

Capítulo III: Unidad y pluralidad

Evidentemente, la unidad y la pluralidad son contrarios desde la perspectiva de indivisibilidad, que representa la unidad y la divisibilidad que representa la pluralidad. 

Estos dos conceptos también se definen por medio de la noción sensible; en este caso, la pluralidad como es divisible, entonces se ubicaría en los sentidos y se posiciona antes que la unidad. 

Modos de la unidad

Los modos de la unidad son de alguna manera, análogos a los de la pluralidad(4):

Unidad:


  1. Identidad: lo primero que se entiende con la unidad es la unidad numérica; por ejemplo, un solo y mismo ser creado por la materia y la forma. También hay identidad en cuanto a la sustancia primera; las rectas iguales son idénticas.
  2. Semejanza: lo semejante se da cuando dos cosas no siendo totalmente idénticas en la sustancia, son iguales en cuanto a su forma; por ejemplo, un cuadrilátero grande es semejante a uno pequeño. 
Pluralidad: 

  1. Heterogeneidad: lo heterogéneo es una diferencia absoluta entre dos seres.
  2. Desemejanza: todo lo contrario al punto anterior de la semejanza en la unidad.

Estas son las diferencias esenciales entre unidad y pluralidad en los seres. 

Capítulo IV: Contrariedad

Cuando las cosas difieren de una manera total en sus características, entonces tenemos lo que llamamos ''contrariedad''. Para que algo sea contrario debe tener la máxima distancia que se pueda tener con otro objeto. Como estos contrarios deben encontrarse en dos extremos, nada más allá de estos extremos puede existir; por lo tanto, diremos que la contrariedad también es una especie de fin.

Las contrariedades más grandes se encuentran en el género, pues es el género donde existe la distancia más grande entre dos cosas. 

La contrariedad primera se representa por la privación y la posesión. La oposición se comprende de la misma manera que la contrariedad, de hecho, la contrariedad es la oposición primera. 

Capítulo V: Oposición de lo igual

¿Es lo igual opuesto a lo grande y lo pequeño? De alguna manera sí, pues lo grande y lo opuesto son contrarios, pero ¿entonces lo igual sería un intermedio entre ellos dos? Si fuera así, lo igual ya no sería un extremo (y por lo tanto tampoco un opuesto). 

La solución a  dicho problema sólo sería establecer que lo igual es opuesto a lo grande y lo pequeño, con la condición de que se tomen los dos conceptos al mismo tiempo. En otras palabras, ambos en conjunto (lo grande y lo pequeño) son opuestos a lo igual. De esto se desprende que lo igual no es ni lo grande ni lo pequeño, aunque sí pueda tener las propiedades de los dos (por ejemplo, ciertas cosas son igualmente grandes, o son igualmente pequeñas). 

Capítulo VI: Oposición de unidad con pluralidad

Surgen ciertas dificultades al oponer la unidad con la pluralidad, pues podemos decir que la pluralidad representa a muchos y la unidad a pocos. Pero la pluralidad en cierto sentido también puede representar a pocos, por ejemplo, dos y cuatro son pluralidades pero dos es menos que cuatro, por lo tanto, dos es poco frente a cuatro, pero dos no es unidad. ¿Cómo concebimos la unidad entonces?

Para resolver este problema debemos establecer que lo mucho se puede entender como un exceso, o como una cantidad mayor respecto de otra cosa, mientras que lo poco es una falta o una cantidad defectuosa.

Unidad y número

En el caso de los números, todo número tiene una cantidad y para ser contable necesita de unidad. El número dos sería la primera cantidad dentro de una pluralidad, ya sea por falta o por defectuosidad. Por lo tanto, ''lo poco'' no es unidad sino más bien ''díada'', de ahí parte la pluralidad. 

Por otro lado, podemos decir que la unidad es opuesta al número, tanto como la medida es opuesta a lo conmensurable. Esta oposición no se entiende desde la relación (e.g. el dos es más grande que el uno), sino desde la dicotomía ciencia/objeto de ciencia. Por lo tanto, la unidad sí es opuesta a la pluralidad. 

Capítulo VII: Intermedios deben tener la misma naturaleza de los contrarios

Ya habíamos discutido en algunos otros libros atrás que los intermedios deben tener la misma naturaleza de los contrarios. El intermedio también debe ser el opuesto al contrario porque de otra manera, ¿cómo podríamos decir que el intermedio es algo distinto de los extremos? En efecto, no se puede. 

Lo que no tiene intermedios

La contradicción es el único concepto donde no hay intermedio entre contrarios; por ejemplo, la igualdad y la desigualdad no tienen términos medios. 

La oposición por dicotomía ciencia/objeto de ciencia tampoco tiene intermedios, pues ¿qué sería lo intermedio entre unidad y número? 

Capítulo VIII: Los seres diferentes en especie son iguales en género

Los géneros constituyen la igualdad y la identidad de dos seres y su especie es lo que los distingue. Por ejemplo, sabemos que el hombre y el caballo son diferentes (especie), pero son iguales en cuanto a que los dos son animales (género). 

La especie, que es donde se da la diferencia, puede ser idéntica cuando dos cosas del mismo género, tengan una especie que no es opuesta. Cuando son opuestas se establece la diferencia entre especies. 

Capítulo IX: La especie y su diferencia

En este capítulo se plantea que entre el hombre y la mujer no hay diferencia en especie, a pesar de ser diferentes en cuanto masculino y femenino. Sin embargo, el macho y la hembra no son de especies diferentes porque los dos son animales de todas maneras. 

En base a esto tendríamos dos diferencias en cuanto a especie; si bien el hombre y la mujer no se diferencian en especie, los colores sí se diferencian por especie ¿por qué se da esta diferencia? Porque unos son modificaciones propias del género y otras no afectan al género mismo. En otras palabras, en primera instancia las diferencias pueden establecerse en la esencia misma del objeto y por otro sólo en la materia. 

Las que presentan modificaciones en la esencia pura presentarán diferencias en su especie, mientras que las que presentan modificaciones en la materia no presentarán diferencias (por ejemplo, el hombre negro y el blanco no presentan diferencias).

Capítulo X: Lo perecedero e imperecedero

Es claro que podemos diferenciar lo mortal de lo inmortal como conceptos contradictorios, aunque también son considerados como términos universales. En efecto, lo mortal no es un accidente así como tampoco lo es lo inmortal. 

Lo mortal e inmortal son las esencias de los seres que le corresponden (Dioses y humanos por ejemplo). Por lo tanto, sí hay diferencias entre ellos dos. 



miércoles, 4 de noviembre de 2015

Aristóteles - Metafísica (Libro: VII y VIII).

Ya hemos hablado de la importancia del ser accidental y del accidente en sí mismo. Lo que ahora abordaremos en estos dos primeros libros es la sustancia y todo el análisis que conlleva, para terminar con el análisis en profundidad de la potencia en el libro octavo. El examen de estos conceptos requiere especial atención y complementación de los libros precedentes, analizados ya previamente.¿Será posible que la forma se produzca de algún modo? ¿Qué estará antes? ¿La materia o la forma? Estas son las preguntas que veremos a continuación en el siguiente análisis de los libros mencionados.

Definiciones:

(1) ''Hyle'' en griego antiguo significa ''forma'' y ''Morphé'' significa ''materia''. 

Referencias:

(1) No se debe confundir con lo dicho en Categorías donde se habla de la sustancia primera; el individuo particular (Sócrates por ejemplo); y la sustancia segunda, lo que nos permite conocer la sustancia primera (el concepto de hombre nos ayuda a conocer qué es Sócrates).
(2) Arquitas de Tarento fue un filósofo matemático perteneciente a la escuela de los pitagóricos. 



METAFÍSICA


LIBRO SÉPTIMO (Z)

Capítulo I: El ser primero


Vimos en libros anteriores (repetidamente) que el ser tiene varias acepciones porque se encuentra tanto en lo esencial, como en lo accidental. Evidentemente, entre ellos dos el ser primero es la esencia y no el accidente. 

Es el ser esencial el que nos ayuda a comprender qué son las cosas y cuál es su verdadera naturaleza. En efecto, comprenderemos mejor cuando nos dicen ''él es un hombre'' que decir ''tiene dos brazos y dos piernas''. 

Por lo tanto, la pregunta por el ser: ¿Qué es el ser? viene a reducirse a ¿Qué es la sustancia?

Capítulo II: Acepciones de la sustancia

Y así como el ser se entiende de muchas maneras, la sustancia también es un concepto que puede resultar ambiguo. Tenemos algunas cosas que parecieran ser anteriores al cuerpo (el cual es sustancia) como la línea, la superficie, etc. Platón ya aceptaba como seres a las ideas a los números matemáticos.

Capítulo III: Materia y sustancia

Los sentidos de la sustancia son cuatro:

  • La esencia
  • Lo universal
  • El género
  • El sujeto

Los primeros tres términos se han mostrado con evidencia por qué son parte de la sustancia. Veamos el sujeto. 

En primer sentido el sujeto es la materia, en el segundo es la forma y en el tercero es el conjunto de estos dos. La definición de sustancia como lo que no es atributo de ningún sujeto, parece insuficiente en la opinión de Aristóteles y se propone a analizarlo más. 

Hilemorfismo


La materia sería una de las características más definitorias de la sustancia, pues sin ella solo podrían existir atributos y éstos no son en absoluto sustancias. La materia es la ausencia de atributos. 

Sin embargo, lo dicho anteriormente no es posible porque la sustancia además de ser determinada se puede separar. Por lo tanto, la sustancia puede ser sólo una cosa: el conjunto de la forma y de la materia. Aquí Aristóteles construye su teoría del Hilemorfismo(1), es decir, el entendimiento de la sustancia como el conjunto de la materia y la forma. 

Capítulo IV: Forma y sustancia

La esencia de un ser es el ser en sí, por ejemplo, ser músico no es ser uno, es decir, antes de ser músico, primero debemos ser. Así, tenemos que una superficie, primero que todo, debe ser superficie para luego ser superficie blanca. 

La definición de algún ser no siempre nos revela la sustancia del mismo, pero para que ésta puede definir la esencia de cada objeto, debe por tanto definir lo primero del objeto. Por lo tanto, la definición de la sustancia debe comprender sólo los géneros, pues estos no están sostenidos por ningún otro concepto (no como la especie la cual necesita servirse del género inevitablemente). Sólo desde aquí se logra la forma de la sustancia. 


Capítulo VI: El ser y la forma

Según lo que hemos investigado hasta ahora, la forma sustancial sería la esencia misma de cada ser, pero el ser y la forma son cosas distintas entre sí. Por ejemplo, la forma sustancial de hombre y la forma sustancial del hombre blanco no son las mismas porque si fueran idénticas, entonces decir hombre sería lo mismo que decir hombre blanco (lo cual no es correcto).

La forma sustancial y las ideas 

Si juntamos la teoría de la forma sustancial con la teoría de las ideas habrían muchas dificultades. Una de ellas sería que tendríamos que diferenciar el bien del bien en sí, el animal del animal en sí y así sucesivamente. 

La identidad entre el ser y la sustancia obviamente se puede dar entre cosas que son idénticas, ejemplo, la unidad debe estar conforme con la forma sustancial de la unidad y no separada (como pretende la teoría platónica).

Identidad de las sustancias

Dijimos al comienzo que no puede haber igualdad entre el ser y la forma sustancial del ser, pero en el caso en que sí lo puede haber es cuando nos enfocamos en el sujeto. Por ejemplo, la forma sustancial de hombre y la forma sustancial de hombre blanco, si bien no son iguales el sujeto es el mismo, el hombre. 

Capítulo VII: Producción

Todos los seres provienen desde lo que entendemos por materia y la materia proviene de un ser natural. La materia, como hemos visto en otros tratados, está sometida a la generación y a la corrupción; por ejemplo, el hombre proviene de otro hombre (ser proviene de otro ser); a esto llamamos producción. Por otro lado, tenemos lo que llamamos creación lo cual proviene del arte. 

Los pensamientos estarían en la parte productora, pues es la forma la que produce luego la materia (por ejemplo, la idea de la casa posteriormente forma la casa material) y por otro lado tenemos las operaciones, las cuales se describen como la última idea que llega al espíritu.

El nombre en la producción  

Cuando una cosa es producida, ésta nunca toma el nombre de la materia del objeto; por ejemplo, no se dice la estatua piedra, sino la estatua de piedra. 


Capítulo VIII: Forma y esencia no se producen


Todos los objetos tienen una causa productora y ésta causa puede ser evidentemente el sujeto. Sin embargo, el sujeto no produce una esfera o un bronce, sino que produce una esfera de bronce. En efecto, al sujeto le es imposible crear una forma independiente de la materia y tampoco puede hacer bronce sin forma. Esto quiere decir que el sujeto hace de un objeto indeterminado, un objeto totalmente determinado. 



La figura no es una esencia, sino más bien un tipo de producción realizado por el sujeto. Tampoco sería la forma ya que la figura es lo que se hace después con un objeto, es decir, después de su creación. Además la figura se hace por medio del arte.

Capítulo IX: El azar

Según Aristóteles, hay cosas producidas por el azar como la salud y otras son producidas por el arte (es decir, intencionalmente) como una casa. Una de las razones de esto es la materia. La materia puede cambiar y también puede permanecer inmóvil a menos que un objeto externo la mueva (como por ejemplo la piedra). 

El azar va a existir solo en la materia que tengan movimiento en sí mismos. Si no lo tienen es porque necesitan un objeto externo para moverse, por lo tanto, su movimiento debe ser planeado.

Capítulo X: El todo y las partes

¿Qué es primero, el todo o la parte? ¿el ángulo agudo es parte del ángulo recto? ¿los dedos son anteriores al cuerpo entero? Estas son las preguntas que llevan a Aristóteles hablar sobre el todo y las partes. Veamos más en profundidad. 

Por lo pronto, podemos decir que las partes como el ángulo agudo son anteriores al todo porque pueden existir sin la necesidad de que exista un ángulo recto. 

¿Dónde está el todo? Según Aristóteles el todo se encuentra en la forma y no en la materia. En efecto, el hombre muere si se lo divide en partes; en extremidades, en nervios, en carnes, etc. Es el concepto de hombre el que reúne estas partes y las hace una. En otro sentido, el hombre sería la forma y sus partes serían su materia. Por lo tanto, la forma sería el todo y la materia sería las partes y no sólo eso, el todo sería anterior a las partes

Capítulo XI: De las partes de la esencia

Pareciera ser que en cierto punto la forma y la materia se separan, pues lo circular se diferencia de la madera o del bronce. Esto se debe a que el círculo puede existir de manera independiente de la materia. 

Sin embargo, esto no lo podemos observar cotidianamente. Generalmente vemos que la materia está unida a la forma de manera inseparable, ya sea por su materia inteligible o sensible. Por materia inteligible entendemos la forma que se puede sustraer de una materia; por ejemplo, la línea se puede sustraer de un ángulo recto. Mientras que la materia sensible se sustrae por la forma en identidad material, por ejemplo, el círculo representado por la circularidad de una moneda.

En efecto, el hombre no puede vivir sin sus partes porque sin ellas no podría ejercer el movimiento. 

Capítulo XII: Condiciones de la definición

Para tener una información previa del concepto de definición, véase los apuntes de Segundos Analíticos de éste blog. 

Hay algunas cosas que se deben observar en la definición. Cuando tenemos una definición como: el hombre es un animal de dos pies, ¿por qué esta definición quiere decir un solo ser y no varios? En efecto, cuando decimos hombre y bípedo tenemos dos tipos de seres.

La definición consta de unir el concepto clave con su atributo, es decir, ''hombre'', en este caso sería esencia y ''bípedo'' sería atributo. La definición intenta representar un ser determinado. 


Capítulo XIII: La sustancia no es universal

La sustancia como hemos dicho en otros libros es lo que no se encuentra en otro sujeto. Lo universal no puede encontrarse en los sujetos porque lo universal abarca todos los sujetos comunes. En este sentido, la sustancia sería más bien algo particular que universal. Lo universal en última instancia, sería el atributo de un sujeto y la sustancia no. 

Crítica a la teoría de las formas

Por ejemplo, el concepto de ''hombre'' (que es una sustancia) no podría ser Universal como lo postula la teoría platónica. En la teoría de las formas teníamos la existencia de la idea de hombre, pero uno podría preguntarse ¿de dónde viene ésta idea? de otra idea de hombre ¿y esa otra idea de hombre? de otra y así. 

Capítulo XIV: Crítica a las ideas como sustancias

Difícil es comprender que dentro de un ser hay otra existencia independiente. La idea del hombre en sí tiene una determinación independiente de la sensible, pero así mismo, la idea de animal y la idea de bípedo también la tendrán lo cual dificultará más las cosas. 

Además, supongamos que existe un animal en sí que sea bípedo. Éste tendrá que compartir la misma idea en sí de un animal que sea todo lo contrario (ápodo o cuadrúpedo), lo cual sería absurdo. ¿Sería que el animal en sí que es sustancia esté fuera del animal mismo? Es indudable que para Aristóteles la sustancia es algo que está en el animal y no fuera de él. 


Capítulo XV: No hay demostración ni definición de los seres particulares

Existen dos tipos de sustancias(1): una que se compone de la materia y la forma y otra que es puramente forma. Las sustancias sensibles se componen de materia y siempre están sujetas a la destrucción. 

A causa de que la sustancia sensible se corrompe continuamente, no puede haber ni comprobación ni definición de la misma. La comprobación tiene que ver con los necesario y la definición con la ciencia; y como estos dos conceptos (definición y comprobación) no pueden ser contingentes, de la sustancia sensible particular no podría haber definición. 

Capítulo XVI: No hay sustancias compuestas de sustancias

Ninguna parte de los animales es independiente y sí son separadas de su sujeto, pasan a ser lo que conocemos como materia. Cuando las partes de un cuerpo están separadas se transforman en partes en acto, pero cuando están unidas con el cuerpo están en potencia.  

Podemos pensar que de alguna manera, la unidad es una sustancia que es anterior a otra sustancia (al hombre por ejemplo). Recordemos que la sustancia es lo que no se predica de un sujeto y por lo tanto, nuestra unidad no está compuesto de un ser sino que está unida a él. 

Finalmente, así como existen sustancias sensibles particulares, también es posible que existan sustancias sensibles eternas las cuales estarían identificadas con los astros (siempre perduran a través del tiempo).

Capítulo XVII: Sustancia y forma sustancial

La sustancia es un principio y una causa. Cuando se pregunta el por qué es siempre preguntar por qué un ser se encuentra en otro ser. Ahora, lo relevante de esto no es preguntar por qué el hombre (sustancia) es músico (accidente). Esto no hace más que dar una respuesta particular y anecdótica sobre un ser. Sin embargo, preguntar por qué el hombre (sustancia) es un animal (sustancia) cobra una importante relevancia, pues se pregunta porqué un ser está dentro de otro ser. 

La respuesta para esta pregunta es en realidad buscar la esencia de un ser. Por lo tanto, cuando nos preguntamos porque el hombre es un animal, decimos que lo es porque esa es su esencia y su forma sustancial.