jueves, 13 de noviembre de 2014

Platón - Las Leyes (Libro III y IV: Decadencia de estados (II) / Fundación del estado).

Sin duda que la decadencia de estados es un tema que aún es problema en el mundo de hoy. Dicen que cada país tiene el gobierno que se merece, pero ésta es una frase conformista e insuficiente para explicar el fondo de todo este asunto. Platón, tratando de dar una explicación al comportamiento de los Estados de ese tiempo, nos lleva a descubrir un contexto histórico y una aproximación al funcionamiento y los deberes del Estado.

Definiciones:

(1) Estadios: Unidad de longitud en Grecia que correspondía a 174,125 metros.


Referencias:

(1) En lo relativo al justo medio, Aristóteles en su ''Ética a Nicómaco'' menciona que la virtud está en el justo medio.
(2) Esta relación de gobiernos es vista también en el Libro VIII de La República.
(3) Los Éforos eran magistrados del Estado Dorio de Grecia. 
(4) Dios de la mitología romana que representaba el tiempo. Suele ser confundido con Cronos dios griego del tiempo.
(5) Tema ampliamente discutido en el Libro I de La República.
(6) Pregunta modificada para dejarla más clara y sintetizada.


Libro III
Decadencia de estados (prevención)

¿Como se formaron los Estados?

Los 3 personajes se remontan a los tiempos mas lejanos para describir como se formaron los Estados. Indudablemente, Clinias le dice al Ateniense que sería muy difícil determinar como se originaron, pero el Ateniense le replica que seguramente, muchos estados se han visto destruidos y otros han permanecido. Muchos de ellos han pasado del vicio a la virtud y de la virtud al vicio. 

Clinias acepta esta deducción y el Ateniense trata de hacerle comprender la antigua historia de los diluvios y enfermedades que acabaron con los hombres en tiempos remotos y que incluso algunos sobrevivieron.

Tomemos por un momento al hombre que sobrevivió al diluvio. Éste pudo conseguirlo seguramente gracias a estar ubicado en la parte más alta de una montaña donde además se conservaron restos de genero humano. En cambio, las ciudades que se sitúan en la costa, perdieron todo rastro y vestigio de género humano. 

El diluvio, la ciudad y la montaña.

Los que vivían en la montaña ignoraban los vicios y problemas que tenía el hombre civilizado. El Ateniense trata de hacer un símil entre las ciudades devastadas por desastres naturales y los Estados que son devastados ya sean por malas políticas o malos gobernadores. De los Estados derrumbados solo quedan pueblos vacíos y medios inapropiados para subsistir en él. Sin embargo, el Ateniense dice que de éste estado de cosas se heredaron las sociedades, las artes las leyes y los gobiernos. ¿Cómo es esto posible? se pregunta Clinias. El Ateniense le explica que sería imposible que el hombre de la montaña pudiera saber algo de leyes o de problemas de la ciudad (recordemos que el hombre de la montaña no sabía nada de los problemas del hombre de la ciudad y mucho menos como resolverlos). El hombre de las montañas, en un sentido más metafórico, le tendría miedo al diluvio y desde ahí no podría construir ni artes, ni leyes, ni gobierno alguno al estar desentendido de las ciudades. 

El gobierno patriarcal.

Es así como el Ateniense explica que los hombres que sobrevivieron a tal diluvio, se vieron en la necesidad de formar una nueva sociedad, eso si, sin contar con la civilización que estaba, ya que todo eso fue arrebatado por el diluvio. Aparte de comenzar a crear sociedades, también tuvieron que prescribir leyes, es decir, inventar un lenguaje para comunicarse y por último, crear un gobierno. El único gobierno del cual pudo haber vestigio sería el patriarcal. Homero en un pasaje de la Odisea tiene un extracto sobre este gobierno:

''No hay entre ellos deliberaciones en asambleas, ni se administra justicia. Viven en cavernas profundas  en las cimas de las más altas montañas, y allí cada uno da leyes a su mujer y a sus hijos, sin cuidarse de sus vecinos'' La odisea, Capítulo IX.

Este tipo de gobierno se formaban por familias independientes que a causa de los desastres naturales, debían dispersarse. Entre ellos, el más ancianos era el que gobernaba y éste le traspasaba su poder a su hijo y así sucesivamente. Todos estos gobernadores de las familias tuvieron que determinar costumbres, tradiciones y por lo tanto, leyes. Es así como se llega al origen de la legislación. Luego de esta forma de gobierno, viene en seguida la aristocracia o la monarquía. 

El Ateniense aún advierte una tercera clase de gobierno que describe Homero en la Illíada.

''Dárdano construyó una ciudad llamada Dardania. Las murallas sagradas de Illión, ciudad formada por la reunión de diferentes pueblos, aún no se habían levantado en la llanura; continuaban viviendo al pie del monte Ida, de donde nacen tantas fuentes'' La Illíada Capítulo XX.

De aquí se puede deducir que ''los hombres de la montaña'' de los cuales habíamos hablado, después de olvidado el desastre del diluvio, habían bajado de la montaña para crear una ciudad.

Mientras estos 3 tipos de Estado se iban desarrollando a lo largo de la historia, el Ateniense dice que la coordinación de estos 3 sería perfecta siempre y cuando hubiera dos Estados protectores y vengadores de las leyes mientras el tercero intentara infringirlas. 

La legislación en los estados

No obstante, las dificultad estaría en la legislación de estos 3 Estados. Esto es debido a que el legislador puede verse en una difícil situación cuando este pretende hacer un reparto más equitativo económicamente, ya que siempre habrán dos posturas y se tendrá que optar por la más justa. 

Por otro lado, estos estados se destruyeron y no pudieron seguir avanzando. El Ateniense y Clinias se proponen desarrollar el por qué de este hundimiento.

Cuando un hombre tiene un objeto que le proporciona ventaja ¿Puede ser que todo le salga bien? Si un gobernador quiere que el Estado subsista, necesita de buenos soldados, los mejores. Así, podría someter a los Estados inferiores y prescribir leyes y normas a los griegos. El Ateniense dice que los hombres siempre esperan que sus deseos se acomoden con su alma y si no es con esta, que sea en gran parte en su condición humana, así como también piden lo mejor para sus familias.

Los deseos de los hombres con frecuencia son pedidos a los dioses. Pero estos deseos no pueden ser sometidos a la voluntad del hombre, sino que la voluntad debe someterse al uso de la razón de los hombres (De ahí lo peligroso de tener deseos que la razón no guía).  Es la sabiduría lo que los Estados y los legisladores deben pedir a los dioses. 

La mayor de las ignorancias se presenta cuando a algo bueno y bello se le presenta aversión. Cuando algo que se reconoce malo se le ama. Y ese es el fin de todo Estado, confundir la entrega del amor las cosas malas. La ignorancia en fin consta de la disposición del alma a las cosas que están en contra de la ciencia y la razón.

¿Quienes mandan?

En todo orden de cosas, hay jefes o superiores que ejercen poder sobre los que deben ser sometidos. A éstos poderes El Ateniense los llama ''títulos'': 

  • En la familia, los padres son los que mandan a sus hijos ya sea en un estado pequeño grande y esto es normal y natural. 
  • Los títulos de nobleza ejercen poder sobre los que son inferiores.
  • Los ancianos deben tomar el mando y los jóvenes deben obedecer.
  • Los dueños con derecho a someter a un esclavo.
  • Los más fuertes mandan sobre los más débiles.
El Ateniense propone dos títulos más...
  • El más sabio somete al más débil.
  • El afortunado someta al menos afortunado.
El Ateniense advierte a Clinias y a Megilo que el legislador debe tener precaución con estos contrarios debido a que puede existir la posibilidad de una sedición. Es por eso que nada puede llevarse al extremo, todas las disposiciones del alma deben ir acorde al justo medio(1). 

La monarquía y la democracia.

Según el Ateniense, hay dos clases de constituciones políticas: La monarquía y la democracia. 

La monarquía esta relacionada con los Persas y la democracia con los atenienses. Estas dos clases de constituciones políticas deben tener mezclas de otras constituciones. No deben ejercerse solamente en su único aspecto, sino más bien deben ser las dos eclécticas. 

El Ateniense dice que los persas y los atenienses se han alejado del justo medio. Pero en Lacedemonia si se ha conservado esta postura del justo medio. 

Si se quiere crear un Estado que dure a través de tiempo, éste se debe fundar en la distribución equitativa del desprecio y la estimación. En primer lugar, las disposiciones del alma deben ir en armonía con la templanza. En segundo lugar, la templanza con el cuerpo y en tercero la fortuna y las riquezas. Si el legislador o el Estado corrompen este orden, no cometerán sino injusticias y el Estado se derrumbará.

Clinias le dice al Ateniense que los ciudadanos de Creta se proponen fundar una nueva colonia. Clinias al estar feliz de encontrarse con Megilo y el Ateniense, les dice que por favor le den consejos sobre como formar una ciudad. El Ateniense y Megilo responden afirmativamente.

Finalmente, ya sea en un estado o de forma particular, no se debe propasar el justo medio, es decir, los estados deben estar entre la estricta obediencia y el libertinaje; las dos formas de exceso de la monarquía y la democracia.


Libro IV
Fundación del estado

La formación de la ciudad


Para formar una ciudad, Clinias dice que ésta debe estar alejada del mar, debe estar a 80 estadios(1) lejos del mar. Sin embargo, existirá acceso a la costa por todos los lados, además, no carecerá de ningún suministro y no habrá cerca de ella ninguna ciudad. El territorio de la ciudad será más montañoso que llano (igual a los territorios de Grecia). 

El Ateniense, dice que dejar la ciudad lejos del mar es una buena idea, pero sí ésta ciudad necesitará de legisladores o gobernadores divinos.

Por otro lado, será difícil cosechar en terrenos montañosos y por lo tanto, difícil será el comercio que se ejerza en la ciudad. Por esta razón, la ciudad deberá ocuparse de los árboles para obtener algún recurso; esto le servirá para hacer naves y transportes.

Según el Ateniense, es ventajoso que un Estado no tenga los mismos atributos malos que tenga otro. Así como ésta ciudad no tiene recursos del suelo, ni muchos recursos en general, al mismo tiempo representa una ventaja debido a que no sería una ciudad con muchas riquezas y por ende, no sería una ciudad ambiciosa. A una ciudad el conviene estar lejos del mar porque así sería menos visible para el enemigo, la mayoría de las ciudades se ubican en el mar y son de fácil acceso; a eso se refería el Ateniense en que no hay que imitar las cosas malas del enemigo.


¿Cómo debe ser un legislador?

Las leyes no se hicieron gracias a los hombres, sino que gracias a las diversos acontecimientos que pasan en la vida. Una guerra, por ejemplo, una vez que azota al Estado implicaría la proposición de nuevas leyes; por otro lado, la pobreza también es una situación que implica nuevas leyes para superarla. De esta manera, son los acontecimientos históricos los que dan vida a las leyes y no los hombres.

El Ateniense argumenta que es Dios y la suerte los que dominan este mundo y de esta forma, el hombre puede crear leyes a base de los acontecimientos. Pero hay aún una tercera forma la cual un Estado debe tener y esa es el arte. El arte ayuda a que la ciudad pueda abastecerse de servicios; por ejemplo, en un incendio será imprescindible el arte de apagar incendios. Y si la persona que apaga incendios tiene un talento innato que potencie su arte, mejor todavía.

¿Qué es lo que pediría un legislador para dar leyes a un Estado? Seguramente, dice el Ateniense, el legislador pediría un Estado gobernado por un tirano; que el tirano sea joven; que tenga memoria, penetración, valor, elevación de sentimientos y virtud. Con todo esto, el Ateniense dice que este será uno de los mejores Estados y habría una buena legislación. Clinias y Megilo se preguntan como sería esto posible y el Ateniense les responde.

El mejor Estado y legislación.

Dios hace que un Estado tenga la mejor de las situaciones. En segundo lugar se necesitan dos jefes (El tirano y el legislador) idealmente como hemos descrito anteriormente. El Ateniense dice que a medida que crece el numero de gobernantes, más difícil será llevar la empresa de gobernar un Estado y mientras el numero es menor, más fácil será.

Para que un Estado pueda ser el mejor, necesita primero pasar por la tiranía; en segundo lugar, el gobierno monárquico; en tercer lugar, democracia; y el cuarto, la oligarquía(2). Así, el gobierno de uno sería más fácil debido a que en los gobiernos con muchos gobernantes hay mas disensión. La tiranía facilita el paso de un gobierno a otro.

¿Que gobierno se pretende establecer en la ciudad a formar? El Ateniense les pide a Clinias y a Megilo que describan los gobiernos de sus ciudades. Los dos responden que el gobierno de sus ciudades se acercarían mucho más a la Tiranía que a cualquier otro gobierno, ambos exclaman que ésto es debido a los Éforos(3) quienes ejercían tiránicamente su poder. El Ateniense dice que nunca es conveniente que exista una parte señora y otra esclava, ya que la autoridad siempre será ejercida por la parte señora. 

El mito del gobierno de Saturno(4).

En la época de Saturno todos vivían felices, ya que la tierra daba recursos en abundancia. Al ver Saturno que el hombre era incapaz de gobernar sin recurrir a la licencia y a la injusticia, puso a otros seres muchos más superiores que los seres humanos para gobernarlos, los demonios. Estos eran gobernadores excelsos que gobernaban a los hombres de manera correcta. 

Así es como los hombres deben acercarse a ejercer el gobierno como lo hacía Cronos. Deben guiar al Estado y a ellos mismos hacía su parte inmortal (el alma), para ejercer un buen gobierno. Por otro lado, hacer leyes que vengan desde el uso de razón de los hombres porque estos serán los preceptos de las familias y del Estado. 

Las leyes y el legislador

El Ateniense al comprobar que existen varios tipos de gobierno, se pregunta ¿Sería posible decir que hay varios tipos de leyes? Dicen que las leyes no tienen por objetivo la guerra, ni la virtud en su conjunto, sino solamente lo que atañe al interés del más fuerte(5). En efecto, es el más fuerte quien hace las leyes en el Estado y además, los demás ciudadanos deben obedecerlas porque de lo contrario serán castigados. Hasta ahora, el Ateniense admite que así es la naturaleza porque, como lo habían dicho anteriormente, los padres mandan a los hijos, los ancianos a los jóvenes y los hombres ilustres bajo los que no son ilustrados.

Se teme generalmente que uno de los vencidos, o que tenga menor autoridad, se rebele contra los más poderosos y que el Estado esté en constante peligro a causa de la venganza de los vencidos. Por eso, es adecuado hacer leyes que beneficien a todos y no solamente a algunos (sobre todo a los que ejercen el poder). En añadidura, el Ateniense dice que el sacrificio a Dios debe ser considerado siempre para que las leyes puedan estar sustentadas bajo el poder divino.

El Ateniense pone ahora en conocimiento lo que debe hacer un legislador. Comienza contando el libro del poeta Hesíodo donde dice que'' el camino del vicio es llano y fácil mientras que el de la virtud es escarpado y dificultoso''. Clinias y Megilo afirman que el poeta tenia mucha razón al decir esto, sin embargo, el Ateniense quiere hacerles ver otra perspectiva. 


El Ateniense hace una situación hipotética en donde se le pregunta al legislador:


  • ¿No hemos oído de tu boca hace poco que no es conveniente dejar a los poetas en libertad de decir lo que quieran, porque, por no conocer las leyes, causarían muy grandes desordenes en el Estado?
Clinias y Megilo asienten ante la pregunta hipotéticamente planteada de el Ateniense. Y en seguida continúa: 

  • ¿No es cierto que cuando los poetas están en el trípode de las musas no son dueños de sí mismos y como si fueran otras personas, comienzan a imitar la realidad presentándonos contradicciones con la misma ?(6)


Lo que quiere decir el Ateniense es que entre el dicho de Hesíodo y lo que debe hacer un legislador, existe una contradicción. El legislador no puede tener en cuenta contradicciones, ya que las leyes siempre deben ser muy claras. Por otra parte, debe persuadir a sus ciudadanos de dichas leyes, no se puede legislar al modo que los médicos tratan las enfermedades porque siempre difieren en las soluciones.

Los médicos.

El Ateniense dice que existen dos clases de médicos; unos que han aprendido por instrucción de un superior; y otro que es médico por vocación e igualmente enseña.   

En la ciudad hay personas que son libres y esclavos. Los esclavos siempre se sirven de otros eslavos para que le curen, en cuanto al médico de éste enfermo, siempre va apresurado curando a otros enfermos y no se centra en uno, sino en varios esclavos y encima sin dar explicaciones de la enfermedad. Por el contrario, el médico de vocación es el que trata con hombres libres como él y a éstos dedica mucho más tiempo y cuidado. 

Los 3 dialogantes acuerdan en que es la última característica la que debe estar también en un legislador, debe existir alguien dedicado a tal oficio y a tal objeto, en vez de estar dedicado a múltiples objetos. El primer método se llamará método sencillo y el segundo método doble.

Lo que debería hacer el legislador.

¿No es cierto que el Estado se funda con la unión de dos sexos que posteriormente conformarán una familia? Pues es en éste punto donde es preciso comenzar a fundar leyes en el Estado, en el matrimonio. Las leyes que debería promulgar el legislador para fundar el Estado son las siguientes:
  • Todos están obligados a casarse entre los 30 y 35 años. Quien no lo haga será castigado con una multa correspondiente (Método sencillo).
  • Todo el mundo se casara desde la edad de 30 a 35 años. (Método doble).
La diferencia entre estos dos métodos es que el primero hay una instrucción en la que no hay reflexión o pensamiento; solamente se debe obedecer mientras que en la segunda se deja a la reflexión de cada uno. Es preciso no emplear la fuerza en las leyes, sino más bien moderar la fuerza por medio de la persuasión.

Clinias y Megilo acuerdan que es el segundo el más apropiado para fundar la ciudad. El método doble tiene dos propósitos en realidad, uno es presentar la ley y otro es el preámbulo de la ley para que ésta se entienda. Una vez que la ley se logre entender, no habrá necesidad de amenazas y castigos.




Conclusión



Verdaderamente interesante las ideas que Platón postula en éste libro. El contexto histórico que se desprende de éste libro es amplio y muy claro en cuanto a la fundación del Estado. Por otro lado, la importancia del legislador en promulgar leyes y que éstas sean lo más claras posibles (recuerden el ''preámbulo''). Seguiremos analizando éste libro el cual fue uno de los últimos que nos dejó el filósofo.

sábado, 8 de noviembre de 2014

Platón - Las Leyes (Libro I y II: Problemas en la educación / Decadencia de estados).

Uno de los últimos libros escritos por Platón, pero no el menos importante, es más, Las leyes y La República, comprenden el desarrollo completo de la ciudad platónica con todas sus características. En esta ocasión, los diálogos no son protagonizados por Sócrates ni sus discípulos, ésta vez solo hay tres personajes que discuten las leyes que deberían ser apropiadas para una ciudad. Que esta sea la última obra escrita por Platón, no significa que se terminen aquí los apuntes de Platón, al contrario, seguiré haciendo más análisis de libros como me lo pueda permitir.

Definiciones:

(1) Creta: Es la isla más grande de Grecia y esta ubicada al norte de este país.
(2) Knosos: Fue una ciudad ubicada en la isla de Creta.
(3) Lacedemonia:  Fue una ciudad ubicada en el Peloponeso; su ciudad más importante fue Esparta.
(4) Plutón: Dios de la mitología griega que representaba la riqueza. Zeus lo cegó para que distribuyera las riquezas sin prejuicios.
(5) Baco: Otro de los nombres que recibe Dioniso, dios del vino.

Referencias:

(1) Criptia: Técnica antigua que consistía en esconderse en el terreno y atacar al enemigo por sorpresa.
(2) Los ciudadanos de Lacedemonia se caracterizaban por ser escuetos en sus palabras. De ahí viene la palabra ''lacónico/a''que se refiere a las personas que hablan poco.
(3) La palabra poeta se designaba en Grecia a todo artista ya sea compositor de música, danzas o melodías.
(4) Tema discutido en La República.


LAS LEYES 

Personajes:
  • Extranjero: el ateniense.
  • Clinias: el cretense.
  • Megilo: el lacedemonio.

LIBRO I
Problemas en educación


El estado y las leyes.

Tres extranjeros se dirigen a Creta(1) desde Knosos(2). El ateniense, quien es uno de los que más habla a través del libro, es el mismísimo Platón, según los escritos de Cicerón. El diálogo comienza de la siguiente manera.

Se encuentran el Ateniense, Clinias y Megilo. El Ateniense pregunta quien fue quien puso leyes ¿Dios o el hombre? Clinias responde afirmativamente que fue un Dios. En Creta fue Júpiter y en Lacedemonia(3) Apolo. 

Creta era conocida por ser una de las ciudades mas fuertes de Grecia, la supremacía que ellos tenían en la disciplina del arco y la flecha era imbatible;por otro lado, tenían leyes prescritas sobre la comida en común, uno de las ideas platónicas más connotadas que ya hemos visto en La República

El Ateniense les dice que un Estado es superior cuando su constitución le permite ser bueno en la guerra. Clinias y Megilo asienten lo dicho por el Ateniense; sin embargo, ¿será bueno mantener esta afirmación con respecto a los pueblos? Vuelven a  responder que sí.

¿Será que cada familia está en la misma condición y nadie es enemigo de nadie? Clinias le dice al Ateniense que todos son enemigos de todos, la primera guerra que tiene le individuo es la guerra interna consigo mismo. La más vergonzosa de las guerras, es justamente perder esa con uno mismo. Ahora, si seguimos este razonamiento, tendríamos que asumir que en la ciudad hay personas que son superiores e inferiores.

Clinias reflexiona sobre esto y admite que los Estados se encuentran en el mismo caso que los particulares, muchos de ellos son superiores y otros inferiores. En todo caso, donde los buenos ciudadanos se sobreponen a los malos, la superioridad del Estado frente a otros es garantizada. Por el contrario, si los malos gobiernan el Estado, éste no sería superior ni siquiera a sí mismo.


Estado superior a sí mismo.
Estado inferior a sí mismo.
Donde gobiernan las buenas familias
Donde gobiernan las malas familias

Los jueces.

Si en el estado donde gobiernan los malos, una familia tuviera muchos hijos y entre hermanos existiera conflicto, ¿no serían la mayoría malos y los pocos buenos? probablemente sí. Es posible en todo caso, que estos hermanos tengan un juez entre ellos. Este juez debe ser alguien que pueda reconciliar a los hermanos entre sí, sin recurrir a la violencia ni al asesinato de ninguno. Clinias acepta que éste sería el mejor juez. Por otro lado, el juez debe prescribir leyes que sean contrarias a la guerra, pero de todas maneras debieran haber leyes que regulen la situación de una guerra intestina, esa guerra llamada sedición. 

Nadie quiere una guerra intestina ni exterior, es por eso que los conflictos deben ser solucionados a través de la paz y el entendimiento. No se debe subordinar la paz a la guerra y ese será el trabajo de los jueces y legisladores. Clinias acepta este razonamiento, no sin antes mostrarse preocupado, ya que las leyes de Lacedemonia se preocupan solo de la guerra.

La descripción de Creta por el Ateniense.

Clinias acepta que el Ateniense haga una descripción de la ciudad Creta. 

El Ateniense dice que las leyes de Creta son apreciadas en toda Grecia. Los bienes están distribuidos en dos clases, humanos y divinos y ambos están relacionados. 

Bienes humanos:
  1. La salud.
  2. La belleza.
  3. El vigor.
  4. La riqueza representada por Pluto(4).
Bienes divinos:

  1. La prudencia.
  2. La templanza.
  3. La justicia.
  4. La fuerza.
Todos estos bienes deben ser acordes con las disposiciones de las leyes y que cada uno de estos bienes se corresponden entre sí. 

La educación de los jóvenes debe estar regulada por los maestros de principio a fin, estudiando incluso lo que ellos sienten; emociones tanto buenas como irascibles. Lo mismo pasaría con la adquisición de riquezas.




Lo que establecen los legisladores.

Una vez terminado la descripción ideal de Creta por el Ateniense, se comienza a  analizar las cosas que establecen los legisladores en cuanto a la guerra. Las 4 cosas que establecieron los legisladores fueron:
  1. La comida en común.
  2. Los gimnasios.
  3. La caza.
  4. La resistencia al dolor.
En cuanto a la última cosa establecida, Megilo dice que para soportarlo se servían de la Criptia(1).

¿Sería correcto considerar ésta última parte? Debe ser mas beneficioso -dice el Ateniense- vencer los placeres de uno mismo, más que rendirse contra el dolor y soportarlo. El Ateniense dice que así debería estar escrito en las leyes de cada constitución (Creta y Lacedemonia). 

El Ateniense crítica esta postura diciendo que los legisladores de tales ciudades les prohíben los placeres y los dolores desde pequeño y luego les piden que sean esclavos del dolor. Si es así, entonces los jóvenes al no conocer lo placeres, jamás podrán saber como superarse a sí mismos en el sentido de evitar estos placeres; si no los conocen ¿como podrán superarlos? 

Otra de las cosas que los legisladores proponen son las comidas en común y la gimnástica. Clinias dice que estos son elementos que demuestran el valor y la templanza. Sin embargo, el Ateniense responde que si bien son beneficiosos desde muchos puntos de vista, también resultan perjudiciales y arrastran consigo los efectos de la sedición. La gimnástica en exceso provoca la intemperancia en la ciudad. 

El Ateniense dice que para crear leyes, se tienen que tener en cuenta dos cosas: El placer y el dolor en las costumbres públicas como particulares. Megilo dice que en Lacedemonia, los legisladores han expresado alejarse inmediatamente de los placeres debido a que en estos se encuentra el exceso y la embriaguez. Megilo añade que en Lacedemonia jamás se encontrará a hombre divirtiéndose en un banquete o algo por el estilo. El Ateniense le dice que los placeres deben ser permitidos siempre y cuando estos sean con moderación. Las comidas en exceso también serían perjudiciales, así como la gimnasia; Como dice el ateniense todo debe ser tomado en moderación.

La causa de las victorias: La educación.

Existen leyes que son prescritas por legisladores y estos han sido educados en dichas leyes. El Ateniense trata de explicar a Clinias que l educación es uno de los elementos que llevan a la victoria a un estado frente a otro.

Pensemos en el ejemplo de una asamblea. En las asambleas, frecuentemente, siempre hay un tumulto y este es conducido por un jefe, pero este jefe debe ser un enemigo de los tumultos, es decir, alguien que sea capaz de proporcionar orden a una asamblea y además ser un conocedor de las leyes que esta asamblea tiene. Por otro lado, en un Estado no solo sera suficiente una persona, todos los ciudadanos deben ser bien educados a modo de que las asambleas pueden ser convenientes y ordenadas. El orden, la disciplina y la educación deben ser las que reinen en todo orden de cosas. Solamente así se obtendrá la victoria de un Estado; de lo contrario, si tenemos a un Estado donde mande un jefe que se embriaga y cae en los excesos, es segura su derrota en todo ámbito. Por ende, la causa de la victoria sería la educación.

Clinias pregunta al Ateniense si es posible y necesario que ese mismo orden debiera estar presente en un banquete. El Ateniense asiente afirmativamente que es posible y pasa a explicarlo.

Hay una característica particular de los atenienses y es que a ellos les gusta hablar mucho; en contraste, los lacedemonios resultan ser un poco más callados(2). Antes de comenzar, el Ateniense quiere establecer lo que se entiende por educación en el hombre: 

  • Para que la educación se logre se necesitan hombres formados desde su infancia en alguna profesión; por ejemplo, el labrador desde pequeño a mover la tierra; el arquitecto a construir pequeños castillos.
  • Los maestros deben educarlos primero en los instrumentos para alcanzar una profesión; por ejemplo, si el niño quiere ser arquitecto, se le debe enseñar a medir, a calcular, a sumare, a restar etc.
  • Cuando sean niños, todo debe ser enseñado a través del juego.

Todos hombre es uno y a cada uno lo puede aquejar el dolor y el placer. El Ateniense agrega también que es preciso establecer que el dolor tiene una espera, esa espera se llama temor y la espera del placer es la esperanza. Por otra parte, es la razón la que preside a estas dos pasiones y cuando la razón se convierte en aun decisión general para el Estado, entonces se le llama ley. 

Sin embargo, las pasiones siempre nos arrastran hacia donde ellas quieran, ya sea cometiendo vicios o virtudes. El Ateniense dice que los seres humanos tenemos ''hilos de hierro'' que conducen nuestras pasiones y existe un hilo dorado que nos conduce a todos nosotros que se llama ''razón'' y también se le llama ''ley común del Estado''. Entonces, todos seríamos como marionetas que debieran ser dirigidas por éste ''hilo de la razón'', es decir, por el Estado.

El Ateniense se pregunta ¿qué pasaría si diéramos de beber vino a esta marioneta hasta embriagarse? pues, volvería a ser niño y no podría ser dueño de sí mismo debido a la embriaguez. No obstante, como habíamos dicho al principio, se tiene que probar que el banquete es un beneficio y que debe existir orden en el mismo. Clinias se pregunta ¿Cómo puede ser bueno reducir al hombre al estado más vergonzoso que tiene (a propósito de hablar de banquetes)? El Ateniense le responde que éste tiene el mismo proceso que ir al médico.
  • Cuando vamos al medico, la medicina que nos da puede dejarnos muy convalecientes y con muchos días de reposo. Por otro lado, es beneficiosos por que es el remedio que nos pondrá bien. ¿No tenemos un estado vergonzoso también aquí como lo tenemos ne el banquete? Por supuesto que sí. 
Clinias cree difícil encontrar en los banquetes lo que se proponían al principio a pesar de las explicaciones del Ateniense. Luego, se proponen analizar los dos temores del hombre:
  1. Uno que viene por el temor de las amenazas.
  2. El segundo por las cosas que se dicen de nosotros debido a nuestras acciones. A este temor se le llama pudor. 
El pudor es una experiencia que puede darnos una lección cuando cometemos ciertas acciones, nos ayuda a no volverlas a repetir, o a pensarlas antes de repetirlas. Así, se necesita pasar por experiencias ya sean estas embarazosas o que nos produzcan pudor, ya que es debido a estas que conocemos. Una vez que conozcamos los vicios, podremos saber a que nos estamos enfrentando, de ahí la importancia de la experiencia. 


LIBRO II
Decadencia de estados (causas)

Los sentimientos: el placer y el dolor.

Los primeros sentimientos de los niños son el placer y el dolor. Es la virtud lo que los hace dirigir estos sentimientos en un buen orden, es decir, sentir atracción por algunas cosas, o sentir aversión por otras. La armonía del hábito y de la razón, conforman precisamente lo que es la virtud. Y ésta virtud es la educación.

Los animales están dotados los sentimientos del placer y el dolor, pero ellos no tienen un sentimiento fundamental en la naturaleza humana y es este el que nos ayuda a disfrutar de los banquetes. Ese sentimiento se llama orden y es el que nos enseña Apolo y las musas.

Los movimientos que se hacen en las danzas son medidos y calculados, así también la música que están en los banquetes tienen la misma característica. Para que un banquete sea bello, se debe cantar y danzar bien, luego la educación sería el arte de cantar y danzar armoniosamente. Así, diremos que quien tenga buena educación cantará y bailará bien y el que no, se señalará como un mal educado.

Los tres dialogantes se proponen discutir las características de lo bello y cómo ésto está presente en el hombre. A este respecto, toda figura y toda melodía que represente las buenas cualidades del alma y del cuerpo son bellas; si no las representan son todo lo contrario. ¿Es posible que todos los bailes y todas las melodías produzcan un mismo placer en todas las personas? 


  • Es posible considerando que los que consideren buenas las danzas y melodías que representan las buenas disposiciones del alma, son personas con buenos hábitos.
  • En cambio, las personas que no consideren buenas las danzas y melodías que representan las buenas disposiciones del alma, son personas con malos hábitos.
A pesar de esto, las personas del segundo apartado, sienten un tipo de placer hacia las danzas que están lejos de representar las buenas disposiciones del alma, pero al mismo tiempo, se hacen un perjuicio ellos mismos debido a que se fomentan las malas disposiciones del alma. 

Los hombres de malos hábitos así como los de bueno hábitos, se complacen con la compañía de sus similares y tarde o temprano, se llegan a parecer a estos.

Los jóvenes y los premios

El Ateniense pregunta a Clinias y Megilo que si sería buena idea dejar un Estado con buenas leyes a disposición de los poetas. Los dos responden negativamente y el Ateniense responde que en Egipto se llevan a cabo leyes que prescriben a los ciudadanos dedicarse solamente a lo que les concierne. A modo de ejemplo, que los pintores se dediquen exclusivamente a la pintura y los músicos a la música.

Así, en los jóvenes también existe lo propio; por ejemplo, ser alegres danzando y cantando a su ritmo. Los jóvenes generalmente no están en reposo a diferencia de los ancianos que por su edad lo están. 

Los jóvenes siempre compiten por premios y elogios que puedan hacer los ciudadanos. En las competencias, el ganador es siempre el que logra atraer al público, es decir, transmitir placer al público. 

Si en un concurso pusiéramos a competir a un joven recitando un poema, a un cantor y a un charlatán con títeres ¿quien ganaría en términos de dar placer al público? Si tuvieran que elegir los niños, ellos elegirían al charlatán; si fueran las mujeres, por el joven recitando un poema y los ancianos se quedarían con la música.


Competidores:
Charlatán
Poeta trágico
Cantor
Jueces que votarían por los competidores:
Niños
Mujeres
Ancianos

Se debiera en todo caso siempre dar el premio al hombre de bien que cause placer porque aquellos son los que trabajan y practican la virtud.

El Ateniense condena absolutamente que se elijan ganadores por medio de una votación popular, es decir, el poeta(3) que levante más manos entre el público, será el que gane. Las razones...

  1. Somete a los artistas a los malos gustos del vulgo.
  2. En vez de purificar el gusto de la multitud, esta se hace peor debido a que la multitud solo quiere ver representada sus costumbres (que generalmente no suelen ser las mejores).
Con esto se puede deducir una vez más lo que decía el Ateniense. La educación es un arte que atrae a los jóvenes a seguir correctamente las leyes de cada Estado. 

El ateniense dice que todo lo que se hablaba en el dialogo, no está representado en las ciudades donde habitan Clinias y Megilo (Esparta y Lacedemonia). Por otro lado, Los legisladores siempre deben abogar por la justicia antes de favorecer los placeres. Deben también establecer las diferencias que existen entre un hombre justo e injusto, que le primero vivirá en la dicha y el segundo en la desdicha(4). Además, el hombre justo es siempre quien está más cerca de la verdad y el injusto mas cerca de tener un alma depravada.

Cómo debe enseñarse a los jóvenes

Así como los legisladores deben dar a conocer las características de la justicia, también se deben enseñar a los jóvenes desde muy pequeños lo dichoso que es vivir en la justicia a través de cantos, bailes o fábulas. Para la enseñanza de los jóvenes, como introducción a la justicia, será ejercida a través de tres tipos de coros.


  1. Coro de las musas: Estaría compuesto de niños que cantarían las máximas de la justicia ante el público y los ciudadanos.
  2. Coro de jóvenes que no pasen los 30 años: Tomarán a Apolo por testigos de la verdad de las máximas.
  3. Coro de hombres de 30 a 60 años: Compondrán fábulas que retraten los oráculos divinos. Estos cantos irán dedicados sobre todo Baco(5).
Clinias no comprende este último tipo de coros y el Ateniense comienza a explicárselo. Nadie puede despreciar la sabiduría y la experiencia de los ancianos, pero es también muy cierto que los ancianos se rehúsan a cantar e incluso si lo hacen, lo hacen con repugnancia y mala voluntad. ¿Que podríamos hacer? El Ateniense dice que es recomendable que los jóvenes no beban vino desde una edad temprana, sino que a partir de los 18 años. Desde ahí, que beban moderadamente hasta los 30 años y que se abstengan de toda clase de placeres. A los 40 años comenzarán a entregarse a los placeres e invitar a sus banquetes a Baco. Con éste régimen, los ancianos estarán más dispuestos a gozar cantando y creando sin mostrar repugnancia a los cantos. 

La mayoría de las veces el placer tiene una doble finalidad, sobre todo cuando se trata de beber y comer. Estos dos son placeres que nos agradan; por otro lado, también son placeres necesarios porque el cuerpo necesita alimentarse para estar saludable. Sin embargo, el placer se sitúa entre las cosas que nos producen agrado, pero que no necesariamente están cerca de la verdad, si bien puede encontrarse utilidad (alimentar el cuerpo), belleza (deleitarse con una obra) y semejanza, estas no quieren decir que sean exactas y que participen de la verdad. Un juicio en las competencias no debe hacerse en base al arte que cause un placer, sino a cuan exacto es éste arte en imitar la realidad. 


La música y el cuerpo.

Para que una obra sea perfecta, debe juzgarse por su proximidad con la realidad y para que esto sea así, el artista debe conocer el objeto que quiere representar, debe conocerlo bien. Porque si no se conoce el objeto en cuestión, ¿como se podrá estimar su belleza si ni siquiera se sabe lo que es?, ¿Se puede obtener un juicio de una cosa que no se conoce? Evidentemente, no.

Lo que se necesita para juzgar un objeto que un artista se propone representar ya sea mediante la pintura o la música es lo siguiente:

  1. El objeto imitado.
  2. Si la imitación es fiel.
  3. Si la imitación es bella.

Por lo tanto, los ancianos que juzguen sobre la música de un artista, deben ser expertos en aquella y demostrar sus conocimientos para emitir juicios correctos sobre el trabajo de un artista. Así, los legisladores deben conocer de cerca los asuntos en donde ellos mismos determinen leyes. No puede fundarse un juicio sobre cosas que no conocemos en lo absoluto. 

Volviendo al tema de la música, el Ateniense le dice a Clinias que ya se ha observado la primera parte de la Corea; es decir, todo lo que vieron correspondía a la música y a los placeres que esta trae. Ahora, se tornaran a discutir sobre los movimientos del cuerpo.

En el desarrollo del cuerpo encontramos dos conceptos claves para entender: la gimnasia y el baile. Es claro que la gimnasia precede al baile y es así como se examinará esta parte. Preciso es que para la gimnasia se necesite un compás. Luego de esto se presentará la idea de la melodía, el sentimiento y el recuerdo. La combinación de estos 4 elementos crearía lo que llamamos baile.
Para terminar, el Ateniense hace una última reflexión sobre los banquetes comparándolo con el Estado. Todo banquete que se funde en los principios de orden y obediencia a las leyes, no será un desastre y al contrario, será beneficiosos para el cuerpo y el alma de todos quienes se sirvan de él; en otras palabras, no se deben ver los banquetes solo por el lado de la diversión. Si es que algo así pasar debe prohibirse el uso del vino. Según el Ateniense, así debe ser en todo orden de cosas, el estado que está dirigido sin orden y sin templanza, estará destinado a caer en la decadencia. 


Conclusión

Pareciera haber cierta semejanza con el pensamiento aristotélico en la parte de que nada es bueno en exceso. En efecto, Aristóteles decía que todo lo que esté fuera de un punto medio, cae en un vicio y no será considerado virtud; ésta solo está situada en el punto medio de dos extremos.


Es interesante ver la comparación que hace Platón en cuanto a los banquetes y el manejo del estado. Es preciso señalar que muchas de las ideas aquí presentes ya se han discutido en libros anteriores como La República.


jueves, 30 de octubre de 2014

Platón - Alcibíades (o de la naturaleza humana).


Aunque aún no sea aprobada su legitimidad, éste texto comprende un tema importante para la filosofía platónica, el tema de la naturaleza humana. Sócrates estima mucho a Alcibíades, pero en este texto le hace recomendaciones duras. Inmediatamente, el lector se dará cuenta que ''éste'' Alcibíades no es el mismo que aparece en El banquete; ya no es irracional o extrovertido como cuando irrumpió al final del banquete. Al contrario, nos veremos con un Alcibíades sobrio y muy reflexivo con Sócrates.

Definiciones:

(1) Lacedemonia: Fue una ciudad ubicada en el Peloponeso; su ciudad más importante fue Esparta.

Referencias:

(1) Hijo de Xantippe y estratega griego quien luchó en la batalla de Micala.
(2) A lo que se refiere Sócrates es a la antigua frase ''Gnoscete Ipsum'' que está en la entrada del oráculo de Delfos y que significa ''Conócete a ti mismo''


Alκibιάdης

Personajes:
  • Sócrates.
  • Alcibíades.
Διαλογο

Al comenzar el diálogo, Sócrates declara su amor por Alcibíades para darle apoyo en lo que pareciera ser una grave situación de Alcibíades. Sócrates percibe que Alcibíades no necesita de nadie y que solo se necesita a sí mismo tanto en el cuerpo como en el alma. 

Es bello y poderoso lo cual se admite sin mayores trabas. Es perteneciente a una de las familias más poderosas de Grecia, su padre tiene muchos amigos y parientes poderosos y los mismo ocurre con su madre. Tiene el apoyo de Pericles(1) quién es ni más ni menos que su tutor. Pertenece a uno de los más acaudalados ciudadanos. Sin embargo, Alcibíades no parece estar orgulloso.

El discurso al pueblo.

Al terminar Sócrates de describirlo, Alcibíades se siente un poco molesto y le pregunta cuáles son sus intenciones después de dejar claro sus atributos.

Sócrates demuestra preocupación por Alcibíades debido a que éste pareciera desdeñar todas las ventajas que tiene ya sea por parte de su familia y por parte suya. Se infiere que quizás, los intereses de Alcibíades van dirigidos a otros aspectos. 

Alcibíades en poco tiempo tiene que dirigir un discurso al pueblo, ya que es político, pero Sócrates le dice que antes debe considerar algunas cuestiones con respecto al discurso que va a enunciar.

Entonces Sócrates le pregunta a Alcibíades que va a aconsejar al pueblo. Se supone que el discurso que pronunciará, se trata de algo que Alcibíades sabe mucho mejor que los ciudadanos. Obviamente, es claro que si se quiere dar un buen consejo, se debe ser conocedor de dicho tema a aconsejar. 

¿Quién puede dar consejos?

Sócrates enumera las cosas que Alcibíades había aprendido a hacer:
  • Aprendió a leer y escribir
  • Aprendió a tocar la cítara.
  • Aprendió a luchar.
Alcibíades responde afirmativamente diciendo que no ha aprendido otras lecciones. Sin embargo, si los ciudadanos deliberaran sobre cosas de ortografía, Alcibíades no sería capaz de expresar su opinión en tales asuntos, lo mismo pasa con la música. ¿Por qué razón no podría? Porque alguien realmente dedicado a la ortografía o a la música, podría dar una lección mucho mejor a los ciudadanos que el propio Alcibíades, sin importar si el experto fuera grande o pequeño; bello o feo. Así, el que da consejos debe ser el más sabio, no necesariamente el más rico. Si el pueblo deliberara sobre cosas de salud, le importará la opinión y el consejo del médico, no del más rico.

Lo que se entiende por ''mejor''

Sócrates le pregunta sobre qué cosas va a aconsejar a los atenienses en el discurso. Alcibíades responde que todo lo que sea de su interés, cosas que están involucradas con la guerra, la paz y la república. Por supuesto, en cosa de guerra convendría hacer siempre lo mejor y más provechoso para el pueblo. Sin embargo, ¿qué se entiende por mejor en lo que concierne a la guerra y la paz? Alcibíades no sabe que responder a esta pregunta y Sócrates le dice que sería vergonzoso que un ciudadano en el discurso le hiciera la misma pregunta ¿Qué entiendes por ''mejor''?

Alcibíades responde que sería lo mejor atacar a una ciudad que ha obrado injustamente. Lamentablemente, Sócrates le dice que ignorar esto después de haber hecho el discurso, hubiera sido fatal. El concepto de justicia siempre tiene que quedar claro, sobre todo en situaciones tan delicadas como ésta. 

El recuerdo de lo aprendido.

Alcibíades queda perplejo debido a que él siempre pensó que era lo justo y lo injusto incluso desde que era niño. Sócrates le dice que el asunto de lo justo y lo injusto, en realidad nunca lo aprendió de nadie. Entonces, ¿cómo sabe de esas cosas si nadie le habló, ni le enseño sobre ellas? Alcibíades responde que ''todo el mundo'' le ha enseñado sobre tales cosas. Sócrates responde con una ironía diciendo que ese maestro no es muy famoso, pero Alcibíades dice que no es errónea su respuesta, puesto que el idioma griego lo ha aprendido bajo un contexto donde todos lo hablan.

Si bien es cierto que todos aprenden un idioma cuando se está expuesto a tal, ''todo el mundo'' no sería capaz de enseñar lo que está bien y lo que está mal a cada ciudadano. Esto es debido a que no se lograría un acuerdo entre determinar que es bueno y que es malo. Y así también lo ve Alcibíades quien reconoce aceptar que los hombres siempre pelean sobre lo que es verdaderamente sano e insano. Las cosas concretas si se pueden aprender, pero son las abstractas tales como lo bueno y lo malo en donde hay verdaderas complicaciones.

Luego, Sócrates dice que es él mismo quien ha dicho que no sabe qué es lo justo y lo injusto cuando en verdad lo ha aprendido de Homero, quien sería su ''maestro''. Pero Alcibíades objeta a Sócrates que él fue quien le dijo que ignoraba lo que era justo y lo injusto. Veamos esto de la siguiente forma.

  • Si bien es Sócrates quien dice a Alcibíades que él fue quien el dijo que ignoraba los asuntos de lo justo y lo injusto, es Alcibíades quien le dice si eso es verdadero o falso, es decir, Alcibíades es quien dijo que no conocía nada de lo justo y lo injusto.
Por lo tanto, el verdadero protagonista de este diálogo, sería Alcibíades.

El bien y el mal

Alcibíades concuerda con Sócrates que todo lo justo es bello, pero dentro de lo bello también existen cosas malas; como dentro de lo feo hay cosas buenas. Une ejemplo es que en la guerra, muchos soldados mueren por salvar a sus compañeros. Una cosa es la muerte, cuya característica sería mala y la buena que va de parte de la lealtad de salvar a un compañero.

Sócrates pregunta que preferiría más, ¿el bien o el mal?, Alcibíades responde naturalmente que el bien. Atribuyen el valor como el mayor de los bienes y la cobardía como el mayor de los males. Así, la vida y el valor son contrarios a la muerte y a la cobardía. El acto de salvar a un amigo, y morir en el intento, sería un acto bueno y además bello.

La variación y la ignorancia

Ahora, si seguimos el razonamiento anterior, ¿como se explica que lo justo (''salvar a un amigo'') sea a la vez injusto (''la muerte de quien salvó al amigo)? Al aceptar el razonamiento anterior, Alcibíades queda atónito, puesto que está cayendo en una contradicción y eso no le convendría al dar un discurso al pueblo de Atenas. Sócrates le dice a Alcibíades que cuando una persona da respuestas contradictorias a preguntas como ésta, es simplemente porque realmente no sabe la respuesta.

Sócrates dice: 

''Cuando alguien ignora una cosa, su espíritu no puede menos que variar de opinión''.

Al ignorar una cosa, empezamos a variar de opinión siempre. Si dirigiéramos un barco, en el timón siempre estaríamos girando a modo de descubrir cómo se puede navegar bien, en cambio, quien sabe de navegación jamás variará porque sabe lo que tiene que hacer. El ignorante entregará el mando a quien es más experimentado.

Lo que quiere decir Sócrates es que muchas veces hacemos cosas creyendo que las sabemos hacer, pero en realidad no sabemos y cometemos errores. Por otro lado, ¿quienes son los que se equivocan? Los que saben, no se equivocan; los que entregan el mando conscientes de su ignorancia, tampoco se equivocan; ¿y los que creen que no se equivocan? Estos serían los verdaderos ignorantes.

Ahora, Alcibíades ignoraba completamente lo justo porque él pensaba que al mismo tiempo era injusto, pero esto sería una contradicción; por lo tanto, no podría hablar correctamente sobre lo que es justo. Finalmente, Sócrates le dice a Alcibíades que padece el peor de los males, ser ignorante.

Sobre los maestros y los discípulos

Quien pueda instruir a otro en alguna disciplina, es también una prueba de la sabiduría de los que saben. Los maestros incluso desde estos tiempos antiguos han sido los que han traspasado sus enseñanzas de generación en generación, haciendo que los demás aprendan. Pericles, quien fuera maestro de Alcibíades, tiene como discípulo a sus dos hijos quienes no le hacen caso en nada; por otra parte, también tiene al hermano de Alcibíades, Kleinias, quien tampoco parece aprender mucho de Pericles. Hasta el mismo Alcibíades reconoce ser un mal alumno.


La ciudad, los hombres y las mujeres

Luego, Alcibíades dice que los políticos en Grecia tienen una mala preparación, que incluso él podría enfrentarse contra ellos, pero al ver que tienen una mala preparación, no habría necesidad de instruirse o ejercitarse siquiera. 

Este comentario molesta a Sócrates profundamente, ya que le reprocha a Alcibíades que no debiera estarse comparando con personas que sean inferiores a él. Por lo tanto, Sócrates le dice que la rivalidad que debe tener Alcibíades debe ser en relación al rey de las otras ciudades; como Lacedemonia(1) por ejemplo. 

Sin embargo, Sócrates le muestra a Alcibíades que Lacedemonia está muy lejos de ser derrotada por él. Son mucho más fuertes en todos los sentidos, por lo cual, Alcibíades le pide consejo sobre qué hacer frente a esta situación. Sócrates le dice que tendrían que acudir a quien realmente pueda conocer a la persona adecuada para tal trabajo; por ejemplo, alguien que pueda dirigir la ciudad y que sea instruido en ese arte, también este alguien debe estar provisto de bien juicio. Luego se proponen analizar la ciudad. ¿Qué hace que una ciudad tenga unidad? ¿Que elemento hace que los estados estén en acuerdo? Alcibíades responde que la amistad, mientras que es la enemistad lo que los desune.

El hombre y la mujer hacen lo que es propio de su naturaleza. ¿Pueden llegar a un acuerdo si cada uno hace lo que le es propio? Alcibíades responde que sí; es más, responde que en esto equivale la justicia: en hacer lo que cada uno le compete. Si seguimos este razonamiento, podemos ver que existe justicia mientras hay amistad (porque hacer lo que a cada uno le compete es ser amistoso según Alcibíades). Sócrates hacer ver esto a Alcibíades un poco más despacio. 

''Cognoscete ipsum''



A modo de ejemplo, miremos nuestra mano. Accesorios como una sortija son adecuados para la mano y en parte le pertenecen. El calzado pertenece a los pies tanto como el abrigo o la ropa en general pertenecen a las otras partes del cuerpo. Ahora, ¿Cual es el arte que mejora el calzado? el del zapatero y nuestros pies ¿cómo lo mejoramos? por medio de la gimnástica. Por eso, no por preocuparte de lo que te pertenece (las manos o los pies), te ocupas de ti mismo. Entonces ¿Cuál es el arte donde uno se ocupa de sí mismo? La única manera de ocuparse y cuidarse a uno mismo es... conociéndose(2)

Llegando a este punto, se proponen analizar de qué cosa se sirve el hombre para hacer sus oficios. El zapatero de sus ojos y el citarista de sus manos. El hombre en general se sirve de todo su cuerpo, pero ¿a quién sirve el hombre? el que se sirve del hombre es el alma. Como conclusión, quien conoce a su cuerpo no se conoce a sí mismo, quien se conoce a sí mismo es quien conoce su propia alma.

Así hay muchos ejemplos:

  • El banquero que cuida su fortuna , no se preocupa de si mismo; al contrario, esta muy alejado de sí mismo.
  • Quien está enamorado del cuerpo de una persona, no está enamorado de la persona en sí, sino de un atributo.
  • Un ser humano puede amar verdaderamente, solo cuando ama el alma del otro.
Es aquí cuando Sócrates declara nuevamente su amor por Alcibíades. Todos amaban a Alcibíades por su juventud, pero cuando esta se fue envejeciendo, todos se alejaron; Sócrates fue el único que permaneció allí con él debido a que amaba su alma.

Consejos para Alcibíades

Considerando el amor que tiene Sócrates por amor, éste le da consejos sobre política y cómo enfrentar al pueblo ateniense.
  • Conocerse a sí mismo.
  • Que otros se preocupen de los cuidados de nuestro cuerpo y de nuestra fortuna.
Y sobre todo, darle a los ciudadanos lo que es la virtud. Es por eso que además de estas dos características fundamentales, Alcibíades debe entrenarse en lo que es la virtud para que la pueda entregar.

Conclusión


''Cognoscete ipsum'' Expresión fundamental para entender la última parte de éste interesante diálogo. ¿Habrá algo más importante que el cuidado de uno mismo alejándose de todo lo que nos pertenece? Probablemente, en este mundo donde prevalecen mucho más las cosas materiales, es preciso decir que el cuidado de uno mismo se ha quedado descuidado, nadie quiere cuidar de sí mismo y nadie quiere conocerse. Como dijo Séneca, ''nadie quiere estar consigo mismo porque nadie se soporta a sí mismo''.

viernes, 24 de octubre de 2014

Platón - Lisis (o de la amistad).

Aquiles y Patroclo


Este libro también es llamado ''de la amistad'' y pertenece a nuestro filósofo Platón. Sócrates se dispone a conversar con Lisis las cosas relacionadas con la amistad. Un libro corto donde lamentablemente el diálogo se interrumpe y la conclusión pareciera estar a libre interpretación del lector. Conozcamos uno de los asuntos más curiosos de la historia de la humanidad que incluso en nuestros tiempos, nos resulta ambiguo describirlo.

Referencia:

(1) Esta afirmación también aparece en El banquete.
(2) Esta palabra también será utilizada por Aristóteles en la explicación del ser.
Apología de Lisis

Personajes:

  • Sócrates.
  • Hippotales.
  • Ktesippos.
  • Menexenos.
  • Lisis.

Contexto:

Sócrates estaba en la Academia y se dirigía al Liceo. En su camino se encuentra con Hipotales y Ktesippos. Ambos le dicen a Sócrates que los acompañe a una Palestra a compartir una conversación junto con otros jóvenes. Hipotales le dice a Sócrates que quien los dirige es Mikos, quien siempre ha elogiado a Sócrates. Se acepta la invitación y se van a dicho lugar.

Sócrates descubre que Hipotales está enamorado de Lisis debido a que éste le dedica versos. Sócrates acepta ayudar a Hipotales, se acerca a Lisis y éste se encuentra además con su amigo íntimo Menexenos, quien está al lado de Lisis.

Conversación con Lisis:

La esclavitud

Sócrates comienza diciendo a Lisis que sus padres lo deben amar mucho debido a las riquezas que posee. Sócrates comienza con las preguntas: 

Lisis afirma que sus padres lo quieren mucho, ya que lo colman de riquezas y siempre quieren lo mejor para él. Por otro lado, también afirma que es una desdicha vivir en la esclavitud y sin libertad. Sin embargo, Sócrates al preguntarle si sus padres le permitirían subir al carro de su padre, ellos responderían negativamente. Incluso responderían negativamente si Lisis solo quisiera cabalgar una mula.

En cambio, Lisis le dice a Sócrates que el carro solo lo podría manejar el cochero porque a él, le pagaban por hacerlo. En el caso de la mula, quien castiga al animal es el muletero; quien por cierto Lisis lo llama esclavo. Luego le pregunta a Lisis si por lo menos se puede gobernar a sí mismo, pero le responde que no, ya que es el pedagogo quien gobierna a Lisis; quien además sería otro esclavo. 

Sócrates recalca que es inaudito que un hombre libre tenga que obedecer a los esclavos, por otra parte, la madre tampoco le deja tocar ninguna de sus cosas.


                ¿Dónde está la libertad y la confianza en los padres?


Lisis responde que quizás sus padres no le dejen ejercer su libertad debido a su corta edad, pero Sócrates le dice que esto no sería razón suficiente para coartar su libertad. Si tuviera que escribir, escribiría con su propia letra; si tuviera que tensar la lira, lo haría por sus propios medios sin la necesidad de sus padres. Por lo tanto, Lisis será capaz de ejercer su libertad cuando éste sea más hábil que su padre en dichas materias.

No solo los padres serían lo que confiarían sus asuntos a Lisis (siempre y cuando éste sea más experto), sino que también sería el vecino y los ciudadanos de otras ciudades quienes le pedirían hacer otros asuntos. 

Finalmente, se quiere decir con esto que, una vez que comprendamos el desarrollo de un arte en específico, seríamos libres para hacerlo sin las limitaciones de los demás; en cambio, si somos ignorantes en alguna ciencia, tendríamos que estar al servicio de los demás y por lo tanto, seríamos esclavos.


Amigos y enemigos

Así, si somos sabios se nos acercarán amigos y al contrario si somos ignorantes, no se nos acercará nadie. Lisis asume que no se puede estar orgulloso de ser ignorante y que aún necesita de maestros para que pueda aprender algunas cosas.

Sócrates quiere explicar este mismo concepto a Menexenos, amigo íntimo de Lisis. La pregunta es algo complicada ¿quién es el amigo, el que ama o el que es amado? Menexenos reconoce que le es imposible contestar y Sócrates le pregunta que si por el solo hecho de que solo uno de ellos ama, entonces serían los dos amigos. Menexenos responde afirmativamente, pero Sócrates luego le comenta lo duro es que un amor no sea correspondido. 

Sin embargo, aceptan por el momento esta primera hipótesis aunque el amado no sea correspondido. El amigo es el que es amado, no el que ama; y enemigo es aquel a quien se detesta, no quien detesta. No obstante, si se sigue ésta hipótesis, veremos que el que es amado sería amigo de quien es detestado; seríamos amigos de nuestros enemigos. Por lo tanto, no se puede concluir la amistad con ésta hipótesis.




Los semejantes


Al no poder llegar a un buen razonamiento con la hipótesis anterior, Sócrates decide explorar el asunto desde otra perspectiva. 

Comienzan considerando las máximas de los poetas quienes dicen que lo semejante siempre está con lo semejante(1). En el caso de los enemigos, si un enemigo comete injusticia a otro enemigo no podrían ser enemigos. Entonces, los malos no podrían ser semejantes entre sí.

Como conclusión de ésta segunda hipótesis, los buenos pueden ser siempre amigos y conocen la amistad, pero los malos nunca pueden serlo entre sí y no conocen la amistad.

Pero Sócrates plantea una duda. Si lo semejante es amigo de lo semejante, ¿Cómo pueden procurarse un bien o un mal si los dos son iguales? ¿Cómo pueden sacar provecho del uno y del otro si son semejantes? si no lo hay, no podría ser amistad porque sin provecho la amistad no es nada. 

Entonces, lo semejante no puede ser amigo de lo semejante y si el bueno es amigo del bueno, es solamente porque es bueno. Pero si el bueno puede satisfacerse a sí mismo, ¿porque va a necesitar a otro bueno? ¿Podrá amar el bueno lo que es inútil? Evidentemente, que no y el que no ama a su amigo, no puede tener una amistad.

Finalmente, la segunda hipótesis que proveniente de los poetas y sabios, resultaría inconsistente para explicar la amistad.


                                                            Los contrarios

Sócrates le pide a Lisis que también analicen la siguiente hipótesis. Cuando se piensa en los contrarios, podemos ver que el débil se hace amigo del fuerte; el enfermo del médico; el ignorante al sabio; es decir, todos buscan a su contrario y no a su semejante. Por lo tanto, lo contrario sí sería amigo de lo contrario. 

No obstante, si los contrarios son amigos de los contrarios, ¿Cómo podría ser el bueno amigo del malo? Entonces, la tercera hipótesis también quedaría eclipsada por la inconsistencia de los contrarios. 

Los tres géneros

Ahora tratan de analizar el problema de la siguiente manera. Sócrates dice que existen tres tipos de géneros: Lo bueno, lo malo y lo que no participa en ninguna de estas dos, es amigo de lo bueno y de lo bello.

Siguiendo el razonamiento anterior, lo bueno no es amigo de lo bueno y lo malo no puede ser amigo de lo malo, pero éste tercer género es solamente amigo de lo bueno, puesto que nada puede ser amigo de lo malo. Así, el bien solo es amigo de lo que no es ni bueno ni malo. 

A modo de ejemplo, un cuerpo sano no necesita ni del médico, ni de auxilios puesto que la salud ya la tiene. En cambio el enfermo es amigo del médico en cuanto lo necesita para curar su enfermedad; el cuerpo sería un intermediario entre lo bueno y lo malo.

Enfermedad
Cuerpo
Médico
Malo
Lo que no es ni bueno ni malo
Bueno

Puede ser que el cuerpo afectado por la enfermedad busque el bien para sanarse; es decir, lo que no es ni bueno ni malo (el cuerpo), es amigo de lo bueno (médico) cuando es quejado por una enfermedad (malo). También puede pasar que cuando lo que está entre lo bueno y lo malo esté afectado por algo malo, continúe siendo malo.


Aquí Sócrates introduce el concepto de ''Accidente''(2) que tiene como significado, las cosas que están en nuestro cuerpo o en una entidad solo por apariencia. Por ejemplo, Si una piedra llegase a ser teñida por un color (accidente) que no les es propio (rojo por ejemplo), su color verdadero seguirá siendo el gris (o el plomo). Sócrates dice que hay accidentes que pueden cambiar la esencia de un objeto, como hay otros que no.

Por lo tanto, lo que no es bueno ni malo, puede llegar a convertirse en malo, como también puede llevar a convertirse en bueno a pesar del mal. Así, el amigo estaría en medio de lo bueno y lo malo y es llevado al bien gracias a la presencia del mal.


¿Por qué somos amigos?


Lisis y Menexenos asienten las ideas de Sócrates con aprobación y agradecimiento. Sin embargo, Sócrates confiesa que todo el discurso anterior pueda no ser más que una ilusión. ¿Se es amigo de algo, o se es amigo porque sí, sin serlo de cosa determinada? Lisis responde que de una cosa y además con una razón y un fin dentro de esta amistad. Lisis y Menexenos sin saber a dónde quiere llegar Sócrates, les da un ejemplo aún más claro.

Tomemos como ejemplo al mismo cuerpo enfermo. Este sería amigo del médico, puesto que su enfermedad y el deseo de curarse lo lleva a esto. Sabemos que la enfermedad es un mal y la salud un bien; en otras palabras, la salud es nuestra amiga y la enfermedad nuestra enemiga. La medicina es amada por la salud que procura.

No obstante, pareciera ser que esta amistad se logra solo para alcanzar fines alternativos: Se desea la medicina porque se desea salud, se desea salud para desear otras cosas y así sucesivamente. Entonces, tendríamos que decir que la amistad se logra no por el deseo de poseer una cosa, sino que por el hecho de lograr un fin con determinada cosa. 


La necesidad del mal en el bien

Si seguimos ésta lógica, el bien solo se puede conocer y puede ser amado por causa del mal. Esto se debe a que si no padecemos de ningún mal, el bien nos sería inútil. Por lo tanto, se necesitaría de un enemigo para establecer el concepto de amistad entre los hombres. 

Menexenos no queda muy convencido con este razonamiento, pero Sócrates se empeña en defender su argumento diciendo que no hay otra forma en que el cuerpo pueda conocer el bien si no hay un mal. Es cierto que a veces el hambre y la sed conducen al mal y en otros casos, al beneficio. Pero esto no necesariamente suprimiría los deseos de estar mejor de salud.

Si el mal no fuera la causa de la amistad, ninguna amistad podría existir puesto que si se suprime la causa de cierto elemento, también se suprime su efecto.

El deseo en la amistad

Sócrates propone una nueva causa de la amistad en el proceso. Admite que la verdadera causa de la amistad es el deseo del ser amado. Para resumirlo de manera más clara lo haremos de la siguiente forma: 
  1. El que desea, desea lo que le falta.
  2. El que carece de algo es amigo de lo que le falta.
  3. Entonces la conveniencia sería la verdadera causa de la amistad.
Ahora sí Menexenos y Lisis quedan más satisfechos con la solución dada por Sócrates. Por lo tanto, la amistad sería una especie de atracción y conveniencia hacia la otra persona. 

Sócrates dice que si la semejanza difiere de la conveniencia no podría haber mayor problema, pero si son iguales entonces no podrían sustentar su hipótesis de que lo semejante no puede ser amigo de lo semejante, puesto que sería inútil.

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Lamentablemente, Menexenos dice a Sócrates que no pueden permanecer más tiempo donde están, ya que sus respectivos pedagogos los llaman para asistir a clases, y puesto que les deben obediencia, Sócrates confiesa lamentarse sobre la situación porque no pudo alcanzarse una conclusión en éste tópico.


Conclusión

¿Qué conclusión podríamos sacar de un libro que en sí no logró ser concluido? Difícil es establecer qué concepto podemos extraer de esta obra, sin duda, quedará en la retina uno de los textos más antiguos que hablan de la amistad. En mi opinión, aceptaría la hipótesis de que el mal es necesario para que la amistad surja. Por otro lado, es cierto que es más apropiado que deba existir una conveniencia o atracción en la amistad. En fin, ya veremos por otros filósofos qué es la amistad, ¿Quién sabe? Quizás otros filósofos puedan seguir el concepto y desarrollarlo en su totalidad.