Mostrando entradas con la etiqueta Jacob. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Jacob. Mostrar todas las entradas

miércoles, 15 de marzo de 2017

San Agustín de Hipona - Cuestiones diversas a Simpliciano (Libro I: Preguntas sobre La Carta a los Romanos) (396).

¿Quien fue Simpliciano? Simpliciano fue uno de lso asesores del mismísimo San Ambrosio y amigo de San Agustín de Hipona. Este libro, naturalmente, está dedicado a su amigo Simpliciano, ya que este tenía algunas preguntas sobre la epístola a los romanos y otras cosas dichas por San Pablo. ¿Qué habrá tenido San Agustín que respondía las preguntas de todo el mundo religioso? Seguramente la oscuridad de las Sagradas Escrituras y la pasión filosófica que tenía Agustín lo llevaba a resolver fácilmente, lo que para otros parecía demasiado oscuro. 

CUESTIONES DIVERSAS A SIMPLICIANO



LIBRO I: PREGUNTAS SOBRE LA CARTA A LOS ROMANOS

Cuestión I: Las leyes que debieran cumplir los hombres

Simpliciano pide encarecidamente a San Agustín que le aclare las siguientes dudas que se le presenta cuando lee algunos versículos de San Pablo

Para qué se dio la ley

San Agustín asume que la duda de Simpliciano consiste en el cambio de la ley antigua a la ley nueva. Nuestro amigo se pregunta si tal vez, al tener una nueva ley, la antigua pasaría al olvido o si eventualmente podría considerarse pecadora. 

Agustín le asegura a Simpliciano que no debe pasarse al olvido y mucho menos será pecadora aunque así lo parezca. La ley antigua no servía para extirpar el pecado del hombre, sino más bien para que el hombre conociera el pecado. El hombre ya conoce el pecado por los ejemplos de Adán y otros hombres y por lo tanto, no tiene excusa para pecar; el hombre ya conoce la ley. 

La concupiscencia aumentó sus bríos con la ley

Dice Simpliciano que ''La concupiscencia aumentó sus bríos con la ley'' como si de alguna manera la ley fuera culpable de sus pecados, pero la verdad es que la ley es buena cuando se sabe utilizar de ella. Siguiendo la misma línea agustiniana, la voluntad sigue siendo un elemento fundamental para entender las Sagradas Escrituras. 

Como el pecado estaba muerto sin la ley y cómo revivió

Esta duda proviene de los que dice San Pablo:

''Porque no aparecía (el pecado) cuando faltaba la ley, sobreviniendo el mandato revivió''
(Romanos 7:9)

Más que estar muerto, Agustín nos dice que el pecado estaba oculto. Luego el pecado revivió al pecar Adán y los hombres quedaron con la condena del sufrimiento y de la muerte.

Solo los hombres espirituales cumplen la ley

Por supuesto, la ley siempre será buena para con los hombres espirituales. Si la ley prohíbe lo malo y permite lo bueno, entonces restará que sólo lso hombres espirituales podrán hacer el bien. 

''La ley es buena si se usa bien de ella''
(1-Timoteo 1:8)

De ahí que quien abuse de la ley o no la cumpla derechamente, tendrá que aceptar su propio mal. 

Doble sentido de la palabra carnales

¿Qué quiere decir el apóstol cuando dice ''pero yo soy carnal''? Podríamos pensar que el hombre está hecho de carne, pero también de espíritu. Ahora, incluso con la llegada de Cristo el hombre sigue siendo carnal. Sin embargo, peor aún será que además de ser carnal nos sometamos a los deseos de dicha carne y no al Espíritu. 

En todo caso, recordemos que el hombre no aborrece la carne al ser esta una creación de Dios, sino que más bien aborrece los pecados que esta lleva consigo. 

La pena del pecado original

Hay dos maneras de tener el pecado, pero una de esas dos es inevitable. En efecto, el pecado original es el pecado que ningún ser humanos se puede quitar, pues es la herencia del pecado de Adán es el mejor reflejo de eso. La otra forma de tener el pecado es justamente la acumulación de ellos. De ahí que San Pablo diga:

''Preferí vivir menospreciado en la casa del Señor a morar en las tiendas de los pecadores''
(Salmos 83:11)

Qué se entiende por la ley del pecado que vive en los miembros

Por supuesto, el pecado sólo es realizado por nuestras voluntades, pero esto no es sólo una suposición de San Agustín, sino que San Pablo también lo piensa:

''Pues el querer en la mano lo tengo, más el poner por obra lo bueno, no''
(Romanos 7:18)

Esto quiere decir que justamente, se tiene la voluntad, pero depende de la voluntad hacer el bien y hacer el mal. Por eso se dice que el pecado vive en los miembros, pues por el cuerpo se peca (siempre y cuando exista la voluntad de pecar). 

Lugares donde la ley aparece como mala

Es difícil imaginarse que en la biblia pudiese decirse algo así, pero en efecto lo está:

''Atravesóse la ley para que aumentase el delito''
(2-Colosenses 3:7)

Y uno aún más crítico que este:

''Porque cuando estábamos en la carne, las pasiones pecaminosas, aumentadas por la ley, obraban en nuestro miembros y daban frutos de muerte''
(Romanos 7:4)

Básicamente, estos dos pasajes quieren decir que la ley tiene la culpa de aumentar y incitar al pecado. En efecto, la ley lo hace, pero lo hace con quienes no la cumplen, pues recordemos que no pueden existir los buenos si no son puestos a prueba. De ahí que San Pablo también diga:

''Me complazco en la ley de Dios según el hombre interior''
(Romanos 7:22)

Es decir, aquellos hombres espirituales son los únicos que podrán conocer la ley divina de Dios. El hombre carnal se verá perjudicado por la ley y el espiritual se verá favorecido. 

La ley es buena

La única manera de ver que la ley es buena será justamente cumpliendo. De este resultado sobreviene lo que dice el apóstol sobre la ley:

''La ley, pues, es santa, y el mandato, santo, justo y bueno''
(Romanos 7:12)

Siguiendo la misma lógica en cuanto a las respuestas anteriores, quien cumple la ley se ve favorecido, quien no, será perjudicado. 

Error de los maniqueos sobre la ley antigua

Los maniqueos, de acuerdo con San Agustín, malinterpretan la ley antigua cuando ven el siguiente pasaje:

''La ley es fuerza del pecado''
(1-Colosenses 15:56)

La ley es simplemente letra para quienes no la saben cumplir, además de que se acentúa con el pecado cada vez más. 



Cuestión II: La intención de la Carta a los Romanos

El argumento de la Carta a los romanos



El fin de la Carta a los romanos fue simplemente que los hombres no se vanaglorien de sus propias obras, pues las buenas obras son hechas por Dios. 

La gracia de la fe precede a las buenas obras

Quizás esto puede ser lo más difícil de probar. Ya sabemos que las buenas obras son hechas por Dios, pero el origen de estas obras provienen por la gracia. En efecto, las obras no pueden preceder a la gracia, pues las obras mismas necesitan la gracia y no al revés. 


Es menor en los catecúmenos, mayor en los renacidos

La gracia puede darse más en un cierto tipo de personas que en otras. De acuerdo con San Agustín, la gracia se da menos en los catecúmenos, quienes eran los postulantes o candidatos a ser católicos de la iglesia. Sin embargo, mucho más evidente es en los renacidos, es decir, a los que se les presenta algún tipo de revelación que los hace ser parte de la iglesia inmediatamente. 


Para qué trae los ejemplos de Jacob y Esaú

La diferencia que se da entre Jacob y Esaú es justamente la gracia. En todo caso, la gracia se da por acciones, no se puede dar por sí sola como si fuese un milagro. 


Recordemos que Jacob y Esaú eran hijos de Isaac y Rebeca; Jacob era el favorito de Rebeca por su apacibilidad, y Esaú era el favorito de Isaac porque era muy buen cazador. Sin embargo, Dios ya había decidido que era Jacob quien recibiría la bendición y no Esaú.


Uno de los propósitos de que San Pablo traiga los ejemplos de los dos hermanos gemelos, es para refutar a los astrólogos. Estos decían que el comportamiento del ser humano se determinaba por el movimiento de los astros y de nacimiento de cada ser humano; sin embargo, al ser Jacob y Esaú tan distintos, ¿cómo es posible que al haber sido gemelos al mismo tiempo sean tan distintos? Para San Agustín, los geneltíacos y los astrólogos se basan sólo en hechos casuales. 


El otro es para respetar el orden de los hermanos, pues de ahí que se diga:


''El mayor servirá al menor''
(Romanos 9:11)

De aquí nace la refutación a los paganos como los astrólogos. El ejemplo de Jacob y Esaú perdurará por siempre para mostrarnos la diferencia y gracia del Señor.

Las obras buenas vienen de la gracia, no al revés

El propósito de las buenas obras no es para recibir la gracia, de hecho, se hacen buenas obras por haber recibido la gracia. 


Justicia en la elección de Jacob y en la reprobación de Esaú

Se puede preguntar con mucha razón porqué Jacob, que ya había sido elegido antes de nacer si antes de nacer no había hecho cosa alguna (buenas obras). Sin duda que es una cuestión difícil de resolver al ser los dos gemelos. Resolvamos en la siguiente pregunta.


Si la elección de Jacob provino de la presencia de la futura fe

Como no pueden haber razones que vayan justo al nacimiento, se puede deducir que Dios eligió a Jacob por predicción de las cosas que pasarían en el futuro.  


La elección por gracia y propósito de Dios

En efecto, la gracia de Dios no se da por obras, pues habíamos dicho que la gracia precede a la obra. Así dice en el versículo:



''No por mérito de las obras, sino por voluntad del que llama, se le dijo que al menor serviría el mayor, para que el propósito divino, conforme a la elección, perdurase''
(Romanos 11:13)

Por supuesto que Dios no necesita hacer una buena obra, sino que solamente su voluntad representaría la gracia. 

Si la fe debe contarse entre los dones de la gracia

La gracia precede a todo mérito y por lo tanto existe antes de toda obra. Sin embargo, los méritos están con la fe y como lo méritos no preceden, la fe no estaría en la gracia, pero sí sería la base de todo mérito. 


Como la reprobación de Esaú fue justa

Como sabemos, entre Jacob y Esaú, éste último no fue escogido para tener la bendición de Dios. Pero ¿por qué? ¿cómo es posible que Dios diera bendición a alguien que ni siquiera había nacido como para dar algún mérito?  


La respuesta de San Agustín ya la tuvimos al decir que Dios lo hizo para predecir las cosas del futuro, pero más allá de eso es porque Dios hace las cosas para amarlas. Es decir, ¿qué mérito tiene el sol para ser lo que es? ¿Qué tiene la luna que fue inferior al sol? ¿o que la Luna tuviera más brillo que otros astros? Ninguno de estos seres son aborrecidos por Dios, todos son amados por igual


Jacob y Esaú eran amados, pero Esaú fue aborrecido finalmente por sus obras y no por su nacimiento. Por lo tanto, la reprobación de Esaú fue justa. 

La fe es don de Dios misericordioso

Nadie puede jactarse de la fe porque como dijimos, si la fe es la base de las buenas obras, y las buenas obras son hechas por Dios y no por el hombre, entonces que no se ufan el hombre de aquellas obras y mucho menos que sea para agradar a los otros hombres. 

Los problemas de Esaú

Seguimos con los problemas de Esaú que en realidad no son menores. Pareciera ser que San Agustín, a pesar de dar las razones del porqué Esaú fue desaprobado no está contento con las respuestas. 

Aquí San Agustín añade otra explicación del problema. Debemos pensar que Dios es quien elige quien será el elegido, y no los seres humanos entre ellos. Por eso se dice:


''No depende del que quiere o del que corre, sino que de la misericordia de Dios''
(Romanos 9:16)

Pareciera ser que este es el argumento más doctrinario y consecuente con las Sagradas Escrituras. Todo lo bueno se cumple por voluntad de Dios.

¿Qué es el pecado? Los vasos de perdición se ordenan a la corrección de los demás

El hombre no es un ser que se debe aborrecer: su alma y su cuerpo son buenos en cuanto a que existen, pues todo lo que existe es bueno. Por lo tanto, Dios no aborrece el cuerpo ni el alma del hombre, lo que sí aborrece es el pecado que este comete por voluntad. 

El pecado es un desorden y una perversidad; de ahí que no se debiera aborrecer a Esaú como hombre sino como pecador. 

Ahora, ¿qué son los vasos de perdición? hay un versículo de la biblia que dice:

''Si para mostrar Dios su ira y dar a conocer su poder, soportó con mucha paciencia a los vasos de ira, aptos para la perdición, ¿Tú quién eres para pedir cuentas a Dios?''
(Romanos 9:22)

De alguna manera, estos vasos de perdición son aquellos pecadores que desatan su ira con su prójimo. Dios construye estos vasos de ira para que todos se convenzan de la conversión a la religión. Por otro lado, también podemos pensar que aquello es una prueba Dios para con los verdaderamente elegidos.

No todos fueron llamados, pero sí de todas gentes, de judíos y gentiles

Todos los hombres son creación de Dios y por eso todos son buenas hasta cuando utilizan su libre albedrío para pecar. Sin embargo, de todos los hombres que existen no todos fueron llamados por Dios: los únicos que fueron llamados fueron los gentiles y los judíos. 

Ahora, entre los gentiles y los judíos, mucho más ''preferidos'' fueron los judíos, porque Dios intercedió por Israel. Podemos pensar que el mérito judío tiene que ver con el cumplimiento de la ley antigua.

La intención del apóstol al escribir la Carta a los Romanos.

La intención del apóstol es básicamente la siguiente: que nadie se gloríe de ninguna obra y ni mucho menos que lo haga para ser alabado por otros hombres. 

Pero nadie puede hacer una buena obra si no tiene fe y para tener fe se necesita primero que todo creer. Creamos pues en la gracia del Espíritu Santo. 

Conclusión

No fueron inocuas las reflexiones de Simpliciano, pues se nota que le dieron muchos desafíos a San Agustín. El dilema de Jacob y Esaú ha sido ampliamente debatido entre los teólogos porque es aquí donde la gracia y voluntad de Dios parece muy oscura. Me da la impresión que también San Agustín aprovecha de rebatir y dejar en claro el poderío de Dios frente a cualquier cosa, pues, en efecto, quien quiera que esté de lado de Dios tendrá como recompensa el reino de los cielos.