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sábado, 18 de marzo de 2017

San Agustín de Hipona - Réplica a la carta de Manés llamada ''el fundamento'' (396).

La batalla dialéctica en contra de los maniqueos no ha terminado en lo absoluto, pero la pelea no debe ser tomado desde el lado de la violencia. El mismo San Agustín de Hipona nos enseña en este libro que a los maniqueos no se les debe devolver violencia, sino que todo lo contrario, se les debe dulzura y paz. Claro, no sería nada consecuente un cristiano que no siguiera las máximas que dio Jesús a sus discípulos si éste aplicara la fuerza. Veamos cómo refuta el santo de Hipona a este maniqueo.

Referencias:

(1) Es interesante ver que las imágenes más grandes que nuestro cuerpo pueden ser guardadas en nuestros cerebro. Sin embargo, ¿qué diría San Agustín de las cámaras fotográficas que guardan imágenes grandes en pequeñas fotos?

RÉPLICA A LA CARTA DE MANÉS

El trato a los maniqueos

Como buen cristiano, San Agustín nos dice que debe contener su enfado frente al debate contra los maniqueos. Dice Agustín que los maniqueos cometen sus herejías no por malicia, sino que más bien por imprudencia. Por supuesto, si es por imprudencia entonces se les debe enseñar cómo pensar correctamente, y si es por malicia entonces se les tendrá que castigar.

El mismo San Agustín fue en algún tiempo maniqueo, y todos tuvieron que tenerle paciencia. ¿Cómo se volvió cristiano? se dice que uno de los obispos de Roma, San Ambrosio, inspiró a San Agustín a convertirse. Por lo tanto, si con Agustín necesitaron paciencia, con los maniqueos con mayor razón.

Carta de Manés

Los maniqueos tenían su doctrina escrita en una carta llamada ''Carta del fundamento''. La primera crítica de Agustín comienza con la primera oración de la carta:

''Manés, apóstol de Jesucristo por la providencia de Dios padre. Estas son las palabras saludables que emanen de la fuente perenne y viva''

Ya se puede ver la primera herejía en decir que Manés fue apóstol de Jesucristo. Por supuesto, en ninguna parte del Evangelio se leerá el nombre de Manés por lo que es imposible que haya sido un apóstol. 

Ahora, ¿qué razones tiene Manés para autodenominarse apóstol? originalmente, Manés se había autodenominado el Paráclito de Jesucristo, pero ahora es el mismísimo apóstol. Esto no tiene otra razón que el pecado que más aborrece San Agustín: la soberbia

La adoración a Manés

Ciertamente, los maniqueos creían que Manés era el mismísimo Espíritu Santo. Pero esto es una herejía y uno de los peores errores que pudieron cometer los maniqueos. ¿Cómo va a ser el Espíritu Santo si el mismo Espíritu Santo es el Padre y el Hijo? ¿Acaso un mortal que nació de mujer y hombre (no como Jesús que fue del Espíritu Santo) puede ser el Espíritu Santo? Esta pregunta nunca tuvo respuesta por parte de los maniqueos. ´

Como si fuera poco, en la carta se dice que Manés fue hecho apóstol por Dios padre. San Agustín nos dice que es posible que la secta maniquea no acepte este tipo de nacimiento, es decir, a través del Espíritu Santo y por eso aceptan el nacimiento de Manés que fue de hombre y mujer. Por cierto, todos los maniqueos celebraban la muerte de Manés con fiesta, una fiesta que se llamaba ''Bema''.

En todo caso, si Manés fue traído por el Espíritu Santo, eso quiere decir que éste aún no ha llegado y que debería seguir esperando. Sin embargo, el Espíritu Santo ya fue enviado para corregir a los hombres, pues el mismo Espíritu Santo es Jesús. 

Hechos e interpretaciones de la carta

Promesa de vida eterna

Luego tenemos el contenido formal de la carta que dice:

''Estas son las palabras saludables que manan de la fuente perenne y viva; quien las oiga y primeramente las crea y luego cumpla lo que ordenan, nunca estará sujeto a la muerte, antes bien disfrutará de la vida eterna y gloriosa. En efecto ha de considerarse dichoso quien haya sido instruido por este divino conocimiento; liberado por él permanecerá en la vida sempiterna''

Estas palabras no significan mayor cosa para San Agustín, pues ellas son promesas y no relatos de la verdad. Así como cualquier doctor de la sabiduría, cualquier ignorante podría hacer una declaración como esa. Para San Agustín, las declaraciones siempre deben ir unidas a la lógica de la verdad y de los hechos.

Adán y Eva

La siguiente también es otra declaración que viene a continuación. 

''Me indicaste, queridísimo hermano Patricio, que deseabas saber como fue el nacimiento de Adán y Eva, es decir, si fueron proferidos por la Palabra, o engendrados del cuerpo. Al respecto se te respondera como conviene. Muchos en distintos escritos y revelaciones, han introducido y mencionado estos dispares. Por eso casi todas las gentes ignoran la verdad del caso, incluidas todas aquellas que por largo tiempo y abundantemente discutieron sobre ello. Pues si a ellos les hubiese acontecido conocer lo concerniente al nacimiento de Adán y Eva, nunca hubiesen estado sometidos a la corrupción y la muerte''

Continúa...

''Necesariamente han de mencionarse muchas otras cosas para poder llegar a tal misterio sin ambigüedad''

Como vemos, los maniqueos aseguran que Adán y Eva fueron engendrados a través de la materia pues por eso pudieron perecer. 

Batalla antes de la creación

Sigue la misma carta:

''Por eso, si te parece escucha primero lo que aconteció antes de la formación del mundo y de qué modo se entabló un combate, para que puedas discernir la naturaleza de la luz y de las tinieblas''

Para San Agustín, esta interpretación es ridícula porque ninguna batalla pudo ser librada antes de la creación, pues no había nada antes de la creación. 

Dos sustancias

Esta es la clásica teoría de los maniqueos para describir lo contrario al bien. 

''Al comienzo hubo dos sustancias, distintas la una de la otra. Dios padre eterno en su santa estirpe, magnífico por su poder, verdadero por su misma naturaleza, siempre exultante por su eternidad, poseía el imperio de la luz. El contenía en sí la sabiduría y los sentidos de la vida, por los que abarca también los doce miembros de su luz, es decir, las riquezas desbordantes de su propio reino. En cada uno de esos reinos están escondidos miles de innumerables e inmensos tesoros...''

Las teoría consiste en la creencia de que hay dos sustancias: el bien y el mal, las cuales luchan eternamente por la supremacía. Como ya sabemos, San Agustín dice que es ridículo que pueda existir una fuerza que le haga ''competencia'' a Dios, pues si es así, entonces no podemos decir que es todopoderoso. 

Declaraciones de Manés

Una cosa es demostrar las cosas y los hechos, pero una muy distinta es relatar historias y hechos. El relato no sirve para enseñar si no más bien como anecdotario, puede ser que alguien aprenda a través del relato pero eso no quiere decir necesariamente la verdad.

El alma y la visión de la tierra

La memoria

Ya habíamos dicho en un libro llamado ''Sobre las dimensiones del alma'' que la memoria prueba que el alma es infinita y no corpórea. ¿Cuál es la prueba? que el alma pueda guardar imágenes de cosas más grandes que el propio cuerpo en donde se encuentra(1)

La verdad

Por otro lado, el alma no sólo se queda con estas imágenes en la memoria, sino que también puede juzgar la verdad y la falsedad de las cosas. De ahí que podamos tener una imagen de la verdadera Cartago  e imaginar la verdadera Cartago (que no es lo mismo). 

La doble tierra

Los maniqueos, al considerar el bien y el mal como dos sustancias irreconciliables, posiciona el mal en una tierra que limita con el mundo de la luz. Por supuesto que este razonamiento es normal incluso hasta nuestros tiempos, pero si se es cristiano, el argumento se vuelve absurdo, pues el mal, que representa el no-ser, no puede significar ninguna competencia a Dios que es todopoderoso. 

Pero la teoría de los maniqueos no termina aquí. Al estar las dos tierra limitando, estas dos tierras tendrían una sustancia material más que inteligible, es decir, la tierra de la luz y la tierra del mal serían cuerpos y no seres inteligibles (lo que pone más problemas aún). Ahora ¿por qué serían materiales? justamente por la limitante que tienen dichas tierras, los únicos que pueden limitar unos con otros son los cuerpos. 

La creación de Dios

Como ya sabemos, San Agustín nos dice que Dios creó todo de la nada, incluyendo al ser humano. ¿Por qué? Ciertamente porque Dios no necesita materia para crear sus cosas. De hecho, los maniqueos nombran los seres de dicha creación en la siguiente parte de la carta:

''Aquí existían tinieblas infinitas, brotando de la misma naturaleza, enormes y con sus propios vástagos. Más allá de ellos estaban las lenguas cenagosas y turbias con sus habitantes; dentro de ellas vientos horribles e impetuosos con su propio príncipe y padres. Dentro a su vez, se hallaba la región del fuego, incorruptible con sus jefes y naciones. De igual manera, más dentro, una raza llena de oscuridad y humo, en que moraba el príncipe y jefe de todos, teniendo a su lado otros innumerables príncipes, de los cuales él era a mente y el orígen. Estas fueron las cinco naturalezas de la tierra pestífera''

En esta parte aparece algo confuso, pues se hablan de muchas cosas a la vez, y se puede pensar que todas esas cosas son una. San Agustín las distingue como las siguientes:

  1. Tinieblas
  2. Aguas
  3. Vientos
  4. Fuegos
  5. Humos


La pregunta es ¿de dónde vienen estas criaturas? la arbitrariedad de estas cosas molesta a San Agustín, pues la existencia de una criatura se debe a la sustancia y toda sustancia es, y por lo tanto es verdadero, y por lo tanto bueno. 

De aquí que San Agustín tenga el postulado de que toda naturaleza es buena en cuanto que existe. Nada que sea de parte de las tinieblas puede tener alguna existencia, pues es la privación de todo bien. 

El mal y la corrupción

En efecto, para San Agustín el mal no es más que pura corrupción. En las investigaciones de San Agustín podemos descubrir diversas formas de corrupción:

  • Corrupción del alma sabia: ignorancia
  • Corrupción del alma prudente: imprudencia
  • Corrupción del alma justa: injusticia
  • Corrupción del alma fuerte: flojedad
  • Corrupción del alma en quietud y tranquilidad: ambición
  • Corrupción del alma saludable: enfermedad
  • Corrupción de las fuerzas: cansancio
  • Corrupción de la hermosura: fealdad
  • Corrupción de la rectitud: torcedura
  • Corrupción de la integridad: división


Si la corrupción está mal entonces la incorrupción es un bien. Falta ver entonces cuál es el orígen de este mal, aunque ya ha sido discutido por San Agustín:

La verdad es que en este respecto, San Agustín añade otra definición al mal y a la corrupción. Estas vienen de la nada. Como la nada es contraria a la existencia y las tinieblas son realmente nada, entonces el mal proviene de ahí. Una definición distinta a la cual Agustín adhería a que el origen del mal estaba en la voluntad del hombre. 

Para explicar mejor el orígen de la corrupción, San Agustín nos dice lo siguiente:


Ahora si bien la voluntad nos lleva a cometer el mal, esta se hace con el permiso de Dios

Conclusión

Esta, más que una exhortación a rechazar la filosofía y culto maniqueo, es una exhortación a dejar de pensar carnalmente e intentar interpretar las escrituras a través de la razón. Podríamos considerar este libro como un ataque general y medular a la doctrina maniquea, pues golpea duramente a la ideología que permanece en su carta magna llamada '' el fundamento''. Me interesó la nueva postura de San Agustín con respecto al orígen del mal, pues ya había dicho que el mal era el desorden, residía en la voluntad del hombre, y ahora nos dice que proviene de la nada, al considerar la nada como la no-existencia de las cosas.