sábado, 17 de septiembre de 2016

Lucio Anneo Séneca - Cartas morales a Lucilio el menor (Epístola III: Labores antes de la muerte) (??).

Lucilio está en edad de descansar y preparar su vida para un período adecuado. Es normal entre los estoicos leerla frase ''preparar la muerte'', en efecto,  esto significa que durante nuestra vida debemos guiarnos por la naturaleza y por la concientización de que moriremos en cualquier momento podremos morir, ya sea por naturaleza (enfermedad) o por asesinato. Veamos que nos tiene en esta tercera epístola, el filósofo espiritual de la Antigua Roma (y de la ''futura'' edad media).

Cartas a Lucilio el menor

EPÍSTOLA III: LABORES ANTES DE LA MUERTE

Cargos públicos

Lo primordial del sabio es evitar los embrollos y los estragos que muchas veces produce la estancia en los cargos públicos. Más aún, si uno se dedica a un trabajo debe permanecer el mayor tiempo posible en el mismo. 

Esto implica que también se sea consciente de que tal trabajo lo podrá perder eventualmente. No debemos tener un especial apego a las cosas; si las tenemos, entonces seremos hombres y mujeres que están al servicio de sus deseos, y por lo tanto, no son dueños de sí mismos. 

El placer y el bien 

Séneca plantea algo que puede resultar algo confuso: la risa y la alegría no son parte del placer. De hecho, los tipos de ''placeres'' con los que se deleite el vulgo son superfluas y poco duraderas; en cambio, las del alma siempre serán duraderas e importantes. El trabajo y el estudio serán los placeres que necesita el alma y por lo tanto el ser humano. 

Miedo a la muerte

Nada hay que temer a la muerte y esto ya lo hemos dicho un par de veces. La muerte es la extinción de todas las cosas malas y buenas ¿cómo podremos sentirnos tristes con una cosa que no nos dará dolor? 

La muerte va poco a poco consumiendo la vida, en efecto, desde que somos niños el tiempo nos arrebata algo de nuestro cuerpo o memoria, luego cuando somos adolescentes, luego cuando somos adultos y finalmente cuando somos ancianos. ¿De qué hay que temer si la muerte está siempre con nosotros? 

Amigos

Con los amigos hay que ser moderado y condescendiente; no hay que reprenderlos pero sí hay que mostrarles el camino. Sin embargo, cuando ya sepamos estar con nosotros mismos y ser autosuficientes, una opción es dejar la amistad o continuar con ella sin necesitarla del todo. 

La vejez

En la vejez el alma empieza a dejar el cuerpo paulatinamente. Séneca dice estar satisfecho con el trabajo que él ha hecho sobre su alma. En todo caso, ya en la vejez nada puede sorprender, así como tampoco puede afectar. 

El esfuerzo

Era muy típico en la antigua roma que los pseudointelectuales contrataran poetas o filósofos para que los ayudaran a decir y entender ciertas frases. No debemos ser perezosos y dejar que hagan por nosotros el estudio, sino más bien estudiar nosotros los preceptos de los antiguos. Que alguien lo haga por nosotros no implica ningún mérito y esfuerzo. ¿Cómo podremos llegar a la muerte siendo que nada hicimos por nosotros? 

Séneca lo dice así:


''La sabiduría no se presta ni se compra''

Incluso, si se vendiera, Séneca dice que nadie la compraría porque eso sería insensatez. 

La salud

Se piensa que el viaje puede curar las dolencias del alma, pero la verdad es que la curación debe concentrarse en el alma misma,más que en los viajes. Si no te resulta grato un lugar es porque es el alma la que está mal; cuando el alma está buena, entonces ningún lugar le puede molestar. 

Reprimendas

El regaño en realidad no es recomendable para la vida, así como tampoco el irritarse con los hombres. Séneca recomienda alejarse de quienes no entienden lo que se dice y acercarse a aquellos que estén dispuestos a escuchar.

Conclusión

La vida es toda una preparación para luego morir. Estos no son consejos que sirvan para una ocasión, o que sea para presumir ante los demás sino que sirven para el entrenamiento de uno mismo. La idea de esto es no derrochar el tiempo en prestaciones inútiles, como tampoco en cosas como sentirnos miserables porque se aproxima la muerte. En fin, una vida sin quejas ni pasiones es lo ideal para llegar a esa etapa en que todo se extingue. 

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