sábado, 16 de enero de 2016

Aristóteles - La Retórica (Libro II: Efectos del discurso).

La Retórica es una especie de discurso que puede lograr cambiar la forma de pensar de quien sea espectador. Realmente es increíble que las palabras puedan cambiar nuestros estados de ánimo y cambiar la perspectiva de nuestras ideas, e incluso nuestros juicios. Ahondaremos un poco más en los efectos y estructuras de la retórica la cual Aristóteles, como ya habíamos visto en el libro anterior, la define como una habilidad basada en el convencimiento a través de las palabras. En efecto, si lo pensamos de otra manera, la retórica puede ser una habilidad que sirva tanto para hacer el bien como para hacer el mal, pues el engaño puede estar sumamente presente en los discursos.

Referencia: 

(1) Referidas a las fábulas de Esópo.
(2) Entiéndase por ''sentencias'' las frases famosas que quedan en la historia.
(3) Estos nombres los designé para tener una referencia. 
(4) Antigua diosa griega del mar.
(5) Para entender de manera complementaria estas líneas de razonamiento, véase Tópicos.
(7) Será de mucha ayuda analizar el apunte de Refutaciones Sofísticas.
(7) La hermana de Cauno se enamoró de él y al no ser correspondida se suicidó.
 La Retórica


LIBRO II: EFECTOS DEL DISCURSO

Capítulo I: Pathos y Ethos en la retórica


La retórica no sólo consiste en tener un argumento persuasivo y deliberativo para convencer a cierto público o particular, sino que también consiste en modificar la disposición del espectador, sin mencionar la actitud que debe tener el orador al tratar de convencer a su audiencia. 

Cuando se propone deliberar sobre ciertos asuntos es cuando la actitud del orador cobra vital importancia, mientras que en los juicios lo más importante es modificar la disposición de la audiencia


Es importante mencionar que en un discurso se deben considerar la actitud (ethos) y la pasión (pathos) para convencer al público. Sin embargo, muchas veces suele suceder que los oradores no son tomados en cuenta por su audiencia y esto en general se debe a tres causas:



  1. Discreción
  2. Integridad
  3. Buena voluntad

La falta de estos tres factores inciden al desprecio hacia el orador. Es por eso que Aristóteles, en el primer libro de este tratado, señala las virtudes y los sentimientos porque el conocimiento de estos es el que nos dará la discreción necesaria para hablar. También nos otorgará la buena disposición y voluntad para hablar. 

¿Cómo puede hacerse esto? En efecto, si conocemos el porqué de la furia de alguien, sabremos convencerlo para que su ira se aplaque, al igual si conocemos a alguien que nos quiere podremos aplicar distintas palabras según la disposición (o estado) en el que se encuentre el receptor

Capítulo II: Emociones negativas

La ira


Esta emoción es la que promueve el sentimiento de venganza y menosprecio (éste ultimo sin justificación). También denota cierto tipo de placer, pues la realización de la venganza es una especie de satisfacción del individuo como si se cumpliera un sueño. En general nos irritamos contra quienes no valoramos en absoluto y también a los que nos menosprecian. 


Por otro lado, están las acciones por parte del otro que nos molestan, porque sucede que nos irritamos con las personas que se alegran de nuestras desgracias y de igual manera, contra quienes no son preocupados de burlarse de nosotros. Contra quienes ironizan contra nosotros, pues la ironía es señal de desprecio, así como el olvido y despreocupación de fechas importantes. 


El menosprecio


Es la opinión de que algo no se considera en absoluto digno. Se derivan tres formas de menosprecio en total: 



  1. Desprecio: cuando se desprecia lo que no tiene valor.
  2. Humillación: cuando se un sujeto impide los propósitos del otro. 
  3. Ultraje: cuando se dice o hace aquello de lo que la victima se avergüenza. La razón del porqué se hace el ultraje es el complejo de superioridad. El único animo con que se hace es por disfrute. 

Estas son algunas de las emociones que representan los estados de animo contrarios al bienestar. El orador debe tomar esto en cuenta para dirigir la disposición de la audiencia hacia la indignación de quien se acusa. 

Capítulo III: Emociones positivas

Hablemos ahora de las emociones contrarias a la indignación y a la ira. Estas son la calma y la quietud que al mismo tiempo aplacan a la ira. 

Los ejemplos que nos da Aristóteles con respecto a la calma son en referencia a la ira, es decir, nos enojamos contra quienes no reciben un castigo realmente merecido, pero nos calmamos cuando sí lo reciben. 

También sucede contra quienes se humillan y no discuten para nada. En efecto, no hay por qué encolerizarse contra quien comete daño contra sí mismo. A los que nos hablan en serio cuando les hablamos en serio, pues significa que nos tienen en consideración. No nos indignamos con quienes tienen ira contra nosotros porque esa ira significa que nos toman en cuenta, nos reconocen. También estamos en calma cuando el tiempo de ira ya ha pasado. 

Capítulo IV: El amor y el odio

Desde aquí hasta el capítulo XI hablaremos de todas las cosas que implican el ''pathos'', es decir, lo que hace modificar el juicio de la audiencia. Para esto, es fundamental conocer los diversos tipos de emociones y sentimientos para guiar a la audiencia. 

Amistad

Para identificar el amor es necesario nombrar las características de éste en cuanto a la amistad. Recordemos que el amor para los griegos no es necesariamente una relación entre parejas, sino que también entre amigos. Enumeremos las ocasiones en que ocurre la amistad.

  • Cuando alguien comparte nuestras alegrías y derrotas. 
  • Cuando alguien gusta de las mismas cosas que nosotros. 
  • Cuando alguien se porta bien con nosotros.
  • Cuando alguien ama a quien nosotros amamos.
  • Cuando alguien tiene los mismos enemigos que nosotros.
  • Cuando alguien nos ayuda en términos monetarios o de seguridad. 
  • Cuando alguien es razonable y por lo tanto justo. 
  • Cuando la compañía de alguien nos resulta agradable.
  • Cuando alguien es capaz de hacer una broma y aguantarlas.
  • Cuando alguien elogia nuestras cualidades.
  • Cuando alguien no es calumniador.
  • Cuando alguien nos toma en serio. 
  • Cuando alguien es semejante a nosotros.
  • Cuando alguien desea lo mismo que nosotros.
  • Cuando no nos da vergüenza hacer algo frente a ellos.
  • Cuando alguien no nos viene con disimulos. 
  • Cuando alguien nos da ánimos y nos apoya.

En general, estas son las ocasiones en que podemos reconocer la amistad. Obviamente, no podemos permanecer indiferentes ante estas muestras de amistad por lo que es recomendable hacer favores a quienes con nosotros son buenos. 

Enemistad

El odio es lo característico de la amistad y puede darse tanto en situaciones activas (de agresión) como pasivas (indiferencia). Entre el odio y la ira hay algunas diferencias que se deben tomar en cuenta. 

La ira sólo se da en lo general (odio a los hombres) y el odio solo se da en lo particular (odio a Sócrates). Por otro lado, la ira tiene su cura con el tiempo, mientras que el odio no tiene límite de tiempo por lo que no tiene cura. Además, la ira implica un sufrimiento y el odio a provocar el mal. 

Capítulo V: El temor y el ánimo

El temor

Nos basta identificar ahora mismo lo que es el temor y para ello nombraremos algunas características. El temor nace de la turbación de las cosas venideras que además representan algún mal. Por lo tanto, es factible pensar que no se le tiene temor a las cosas venideras que aún están muy lejanas como la muerte. Veamos ahora sí las características. Tenemos temor... 

  • Cuando la ira del enemigo puede hacernos daño en lo venidero.
  • Cuando alguien sabe que hemos hecho algo malo y nos puede denunciar. 
  • Cuando alguien ya ha cometido un delito y puede hacerlo contra nosotros.
  • Cuando alguien es superior a nosotros porque si entra en ira con nosotros, nos podrá hacer mucho daño.
  • Cuando alguien se libra de una persona superior a nosotros.
  • Cuando hacemos daño a alguien calmo, pues sus intenciones serán más difíciles de predecir. 
  • Cuando algo se nos hace imposible o depende absolutamente de los otros. 
  • Cuando las cosas no tienen remedio.

El ánimo

Desde otra perspectiva podemos vincular el temor con el ánimo, pues estas emociones debemos entenderlas a través de sus contrarios. Nos animamos...

  • Cuando las cosas temibles están lejanas y las salvadoras próximas.
  • Cuando disponemos de recursos para arreglar los problemas.
  • Cuando todas las cosas han salido bien.
  • Cuando nos enfrentamos a alguien inferior a nosotros.
  • Cuando no se han cometido delitos.
  • Cuando tenemos buena disposición con los dioses.
  • Cuando confiamos en que no nos pasaran males. 

Estas son algunas dicotomias que debemos tomar en cuenta para construir un discurso. 

Capítulo VI: Vergüenza y desvergüenza

La vergüenza sería una especie de perturbación frente a defectos de pasadas o venideras que causan descrédito en la persona, mientras que la desvergüenza es el menosprecio y la indiferencia respecto a los mismos defectos mencionados anteriormente. 

Vemos los casos en cuales se presenta la vergüenza:



  • Cuando aceptamos ayuda de alguien inferior a nosotros.
  • Cuando se toma a préstamo haciendo parecer que se pide.
  • Cuando se pide haciendo parecer que es reclamo.
  • Cuando no se toleran fatigas soportables. 
  • Cuando se atribuyen los méritos de otro.
  • Cuando no se participa de las cosas honrosas en que la mayoría lo hace.  
  • Cuando no se participa de la misma educación que los demás. 
  • Cuando se siente la culpa de todo.
  • Cuando nos ocurren cosas que nos llevan al descrédito.
  • Cuando hacemos actos deshonrosos
  • Cuando nos va mal y quien nos admiraba lo nota.

Generalmente ocurre que individualmente nos avergonzamos de las cosas (sobre todo considerando la lista anterior), pero ocurre que sentimos aún más vergüenza en presencia de quienes tenemos en cuenta. Estas personas son quienes nos admira, quienes admiramos, quienes deseamos que nos admiren, quienes están en competencia con nosotros y a quienes no despreciamos su opinión.

Para analizar la desvergüenza, basta aplicar la indiferencia a todos los actos mencionados anteriormente.

 Capítulo VII: Generosidad

La generosidad es la asistencia de quien necesita algo sin recibir nada a cambio. Las necesidades son deseos que si no se cumplen resulta doloroso para quien necesita. Por ejemplo, el que es pobre o el que es desterrado, si no recibe ayuda sufrirá enormemente; ahí entra la generosidad. 

Quien no es generoso hará todo lo contrario

Capítulo VIII: Compasión

Este sentimiento es un pesar ante la presencia de un mal destructivo, o un pesar que se siente sobre un daño injusto sobre algo o alguien. Ni los que son absolutamente felices o infelices pueden ser compadecidos pues unos lo tienen todo y lso otros ya no podrían estar peor. 

Veamos en que casos podemos sentir compasión.

  • Cuando ocurre algo relacionado con el mal y la destrucción.
  • Cuando ocurre una muerte o alguna enfermedad grave a un semejante.
  • Cuando un semejantes está falto de amigos. 
  • Cuando un semejante sufre deformidad, debilidad o parálisis.
  • Cuando alguien no puede disfrutar de un bien. 
  • Cuando un semejante de nuestra misma edad sufre porque ese dolor es como si nos perteneciera. 
  • Cuando personas de virtud están a punto de morir. 

Capítulo IX: Indignación

La indignación se presenta en nosotros cuando algo nos ocurre o les ocurre a los demás injustamente. Es todo lo contrario a compadecerse. Veamos cuando surge la indignación. Cuando alguien tiene un éxito inmerecido.

  • Cuando alguien tiene lo que verdaderamente no le corresponde.
  • Cuando alguien que es bueno no logra obtener cosas buenas.
  • Cuando alguien superior compite con alguien inferior. 

Ahora veamos qué clase de personas son inclinadas a indignarse.

  • Quienes poseen los mayores bienes porque quienes no tengan méritos no pueden tener los mismos bienes.
  • Quienes son ambiciosos con los bienes, pues cuando ven a otros tener los mismos se indignan.  

Como vemos, Aristóteles piensa que los hombres inferiores no pueden indignarse, pues no tienen nada para sentirse de ese modo. 

Capítulo X: Envidia

Este sentimiento se da cuando alguien igual a nosotros tienen una fortuna más abundante que nosotros. Veamos las cosas que nos provocan envidia.

  • Las cosas que afectan a nuestro honor y ambiciones de gloria. 
  • Las cosas que otros ganan por suerte.
  • Las personas que tienen nuestra misma edad, espacio y prestigio.
  • Las personas que nos representan competencia.
  • Las personas que están colmadas de prestigio y riquezas. 
  • Las personas que ganan lo que a nosotros nos corresponde.
  • Las personas que consiguen algo rápidamente en contraste a nosotros.

Estas son las cosas que nos afectan internamente y externamente con relación a la envidia. 

Capítulo XI: Emulación

La emulación básicamente consiste en imitar las virtudes y bienes ajenos con afán de superación. Los que emulan se creen dignos de bienes que aún no poseen y entonces comienzan a imitar las acciones de aquellas personas admiradas.

Veamos los casos donde existe la emulación.

  • Los jóvenes frecuentemente admiran a los más dignos. 
  • Existe hacia los hombres benefactores y nobles.
  • Existe hacia los hombres con valentía, sabiduría y poder.
  • Existe hacia los hombres que la gente admira o que nosotros admiramos.

Para identificar lo contrario a la emulación bastará aplicar estos conceptos de manera contraria. 

Capítulo XII: Modos de ser: jóvenes

Ya que hemos hablado del pathos y las distintas emociones y sentimientos que nos sirven para modificar la disposición de la audiencia, ahora baste hablar sobre el ethos. 

El ethos tiene que ver con cuatro cosas principalmente:



  1. Emociones: Todos las causas y efectos de los sentimientos nombrados anteriormente.
  2. Estados: Excelencias y vicios que escoge cada uno.
  3. Edades: Referidas a la juventud, a la madurez y a la vejez.
  4. Don de la fortuna: La nobleza de sangre, recursos y riquezas.

De esto se desprende que los jóvenes, los maduros y los ancianos tienen distintas emociones. Empecemos a analizar a los jóvenes y luego a los otros. 

Veamos algunas características de los jóvenes.

  • Propensos al deseo y a hacer lo que desean.
  • Son incapaces de dominar los deseos sexuales. 
  • Son temperamentales e instintivos. 
  • Desean siempre la superioridad y la victoria.
  • No son deseosos de dinero porque aún no conocen lo que es vivir a falta de este. 
  • Son confiables porque aún no les engañan.
  • Están llenos de esperanza. 
  • Son engañados fácilmente pues por tener mucha esperanza.
  • Son vergonzosos y generosos pues aun no son engañados.
  • Son seguros de sí mismos y creen saberlo todo. 
  • Son propensos a reír y son bromistas.

Estos son los modos de ser de los jóvenes.

Capítulo XIII: Modos de ser: viejos


En esta fase todo es menos excesivo, es decir, todo lo contrario al adolescente, pues el maduro ya ha sido engañado y decepcionado por lo que tiene más precaución. 

Veamos algunas características de éste modo de ser.



  • Son malhumorados ya que todo lo ven por el peor lado.
  • Son suspicaces por su desconfianza y desconfiados por su experiencia.
  • No aman ni odian apasionadamente.
  • Son pobres de espíritu porque sólo necesitan lo necesario para vivir.
  • Son mezquinos por conocen la necesidad del dinero. 
  • Son cobardes.
  • Son desvergonzados porque no les importa lo que puedan pensar de ellos.
  • No son proclives a la esperanza pues han sido engañados muchas veces.
  • Son proclives al pasado más que a la esperanza. 
  • No actúan por sus impulsos, pero si por el ánimo de lucro.
  • Son compasivos por amor a sus semejantes.
  • Son enojosos y no bromistas.
Así es como entendemos que los viejos son lo contrario a los jóvenes en términos de actitud (o ethos).

Capítulo XIV: Modos de ser: maduros

Los hombres maduros son un intermedio entre los jóvenes y los viejos, se encuentran en un justo medio entre ambas actitudes. No sólo eso, el maduro puede tener todas las características provechosas de las dos edad anteriormente mencionadas. ¿Cuándo se llega a ser maduro o madura? según Aristóteles a los 30 años de edad. 


Capítulo XV: Don de la fortuna

Para entender bien esta sección debemos conocer el término de ''abolengo'', es decir, la persona que tiene una descendencia de antepasados con poder y gloria. Cuando los antepasados de estas personas son hombres de bien, su legado de excelencia dura mucho tiempo, pero puede desgastarse y así pueden nacer hombres con no mucha inteligencia. 

Capítulo XVI: Modos de ser: ricos

Así como hemos visto los modos de ser de las edades en general, ahora toca hablar sobre personas que califican como ''ricas''. 

Veamos algunas de sus características.
  • Son insolentes y arrogantes porque son afectados por la posesión y la riqueza. 
  • Son inclinados a la molicie y a la ostentación.
  • Son soberbios e incontinentes. 

Todas las malas acciones que cometen no las hacen simplemente por maldad, sino por soberbia e indiferencia. 

Capítulo XVII: Modos de ser: poderosos

Los poderosos son mucho más arrogantes que los ricos puesto que son más importantes que ellos. Si bien son diferentes, los poderosos también comparten el concepto de fortuna con los ricos. Así como son importantes, estos son vistos por todo el mundo y con razón de eso deben moderarse más que los ricos. 

Capítulo XVIII: El discurso y su forma

A la hora de discutir, disuadir, convencer o persuadir debemos tener en cuenta a la persona que queremos hacer todo esto, pues es justamente ésta persona el juez de nuestra capacidad de convencimiento, ya sea un discurso de exhibición, forense o deliberativo. Muchas veces debemos entender a este juez como un rival porque posterior al discurso puede venir la contra argumentación. 

El discurso debe formarse de manera tal que todos los caracteres (ethos) y las disposiciones (pathos)  nos ayuden a convencer a nuestra audiencia. 

Capítulo XIX: Lo posible y lo imposible

Antes de mirar esta sección será de mucha ayuda revisar los apuntes de Peri hermeneias de éste blog.

Lo posible es todo lo que es y lo que puede llegar a ser y al mismo tiempo, su contrario puede darnos una posibilidad. Por ejemplo que un hombre enferme, también puede significar que sane y viceversa. También se entiende por grados, pues cuando es posible que una casa bella exista, más posible aún será que una casa normal exista. 

Así mismo sucede que quien realizó un acción también tuvo la intención de hacerla y viceversa; por ejemplo, quien sedujo primero tuvo la intención de seducir. Esta forma de posibilidad está unida a la frecuencia con que pasan las cosas, es decir, lo que ocurre mayormente. 

Capítulo XX: Argumentos comunes

Lo que comprende los argumentos comunes son el ejemplo y el entimema. 

Ejemplo

Este tipo de argumento tiene dos tipos; el que se refiere a hechos ocurridos anteriormente y otros se deben a la imaginación (fábulas esópicas(1)). 

  • El primer tipo de ejemplo tiene que ver con recurrir a hechos pasados (en el contexto de Aristóteles ejemplos históricos), donde una realidad es inmodificable; por ejemplo, el sometimiento del rey Darío a Egipto. 



  • Luego tenemos los ejemplos que vienen de la imaginación o de los cuentos; por ejemplo, las fábulas de Esópo donde un caballo estaba un prado y un pájaro le estropeaba el pasto. Para castigarle, el caballo habló con un hombre pero éste último le pidió una condición; ponerle riendas y montarlo. Cuando el caballo aceptó , el animal quedó completamente esclavizado al hombre. Moraleja: cuidado de castigar a los enemigos, pues por malas intenciones nos llega a nosotros el castigo. 



Las fábulas son útiles en el discurso político, pues, al no tener acontecimientos históricos que nos den sustento a la argumentación, podremos recurrir a una fábula que tenga semejanza con la argumentación. A pesar de que éste método es fácil de emplear, es mucho más conveniente servirse de los hechos y ocurridos porque lo que ya ha ocurrido es más probable que vuelva a ocurrir.

Entimema

Decíamos en el primer libro de éste tratado que un entimema es un razonamiento que sólo necesita dos premisas para ser lógico; por ejemplo, de que se llame Ana se deduce que es mujer. 

La idea de utilización de ejemplos y entimemas es que se tenga una estructura argumentativa más sólida. Primero debemos enunciar el entimema para luego dar lugar al ejemplo, si se hace de manera contraria, la argumentación será inductiva (de lo particular a lo general) lo cual no sirve para la retórica. Además si se comienza con ejemplos se tendrá que dar muchos para hacerse entender, si empezamos con el entimema sólo bastará un ejemplo. 

Capítulo XXI: Las sentencias(2) en el discurso

La sentencia es una frase referida a cosas generales y en ningún caso particulares. Frecuentemente (y sobre todo en la Antigua Grecia) dichas frases sólo se usan para referenciar comportamientos o prácticas. Cuando en un entimema se toman las premisas de maneras separadas, tenemos sentencias. 

Sentencia y entimema

Por ejemplo:

''Nunca debe un varón que esté naturalmente en sus cabales instruir a sus hijos hasta hacerlos demasiado sabios''

El ejemplo anterior es una sentencia porque no está indicado el motivo de por qué no se debe instruir a los jóvenes hasta hacerlos demasiado sabios.

Ahora pongamos la razón:

''Porque aparte de la holganza que ello trae consigo, se ganan la envidia y la enemistad de sus conciudadanos''.

Y es con el conjunto de la sentencia y la razón que formamos el entimema. Por lo tanto, la sentencia es parte de un entimema y además no entrega motivo. Veamos otro ejemplo:

Sentencia: ''No hay varón que sea feliz''
Entimema: ''No hay varón que sea feliz porque será esclavo del dinero o de la suerte''. 

Cuatro tipos de sentencia

Por lo que se dijo anteriormente, fácilmente se pueden deducir cuatro tipos de sentencias:


  1. La que lleva añadidura: aquellas que son partes de un entimema; por ejemplo, ''Nunca debe un varón en sus cabales...''. 
  2. La que no lleva añadidura: aquellas que son evidentes a simple vista; por ejemplo, ''Para un varón lo mejor es estar sano''.
  3. Las que son paradójicas y dudosas: aquellas que no son evidentes y necesitan más explicación; por ejemplo, ''así que yo, dado que ni se debe provocar la envidia ni holgazanear, afirmo que no debemos recibir instrucción''.
  4. Las que no expresan paradoja ni duda: si bien no son paradójicas ni dudosas, no son evidentes a primera vista; por ejemplo, ''No se debe ser desmesurado, si no se quiere que las cigarras canten desde el suelo''. 

La utilización de sentencias solo se puede dar en al edad adulta y no en la jóven porque es en esas edad en la que se puede hablar con propiedad debido a la experiencia. 

En un principio siempre se debe recurrir a las sentencias más trilladas hay antiguas si no se puede construir una propia. Los proverbios, la forma más popularizada de sentencias como por ejemplo; ''conócete a tí mismo'', pueden ser contradecidas gracias a las sentencias pues bien podría decir uno: ''Porque si éste se hubiera conocido a sí mismo no habría pretendido ser general''.  

Por supuesto, el ethos será clave en las sentencias ya que la expresión de estas añade un elemento más para el convencimiento. De hecho, las sentencias sirven mucho para el público que es vulgar, pues ellos se sienten muy bien con las cosas que coinciden con su opinión. Así, la sentencia como una oración que expresa generalidad, debe ir acorde con el auditorio para ser generalizable. 

Finalmente, las sentencias proporcionan al discurso un modo de ser (ethos) con el cual puede convencer de mucha mejor manera a la audiencia. 

Capítulo XXII: Argumentos del entimema

Es estrictamente necesario que un entimema comience de cosas generales y conocidas para la audiencia. No sólo el orador debe tener en cuenta esto, sino que también aquellos que son defensores o acusadores. Desde aquí veremos todo el análisis del razonamiento (Logos).

La idea de esto es aclarar la demostración argumentativa que se hace en un discurso. Por eso, también hay que evitar los elogios triviales, pues, si elogiamos a Aquiles por ser hombre, no lo estaríamos elogiando más que a Sócrates. Para evitar esto, diremos que Aquiles fue virtuoso por matar Héctor y Sócrates por refutar a Hipias. 

Líneas de razonamiento

Sigamos con los entimemas y dividamos en dos según las líneas de razonamiento que se dan en los entimemas, pues hay entimemas de dos tipos:

  • Demostrativos: Se forma a través de proposiciones compatibles.
  • Refutativos: Se forma a través de proposiciones incompatibles.

Veamos otras líneas de razonamiento de manera detallada. 

Capítulo XXIII: Otras líneas de razonamiento

El entimema demostrativo hace que una argumentación tenga una defensa, es decir, cuando defendemos una posición. El entimema refutativo, evidentemente, refutamos una posición u opinión. 

Por lo demás, también hay otras líneas de razonamiento(3):

  • Semejanza de las palabras: justo puede ser semejante a beneficioso, aunque no podemos decir que morir justamente es beneficioso por lo que se debe tener cuidado con ésta línea. 
  • Lo más y lo menos: se usa cuando decimos que si algo no se aplica a una determinada cosa, menos se aplicará a otra. Por ejemplo, si la inmortalidad no la tienen los humanos, menos la tendrán los animales. También puede hacerse del modo inverso. 
  • El tiempo: se usa cuando se piensa en una situación pasada y que hubiera pasado si se hubiera hecho de otra manera. Por ejemplo, ''Si hubiera hecho mis cosas, ahora no estaría en problemas''. 
  • Lo dicho por otro: se usa cuando se quiere usar lo dicho o hecho por alguien en su contra. Por ejemplo, ''Dices hay que ser bueno con los adultos, pero no eres bueno con tus padres''. 
  • Definición: se usa cuando quiere probarse las creencias o pensamientos de quien habla. Por ejemplo, ''Si existe un primer motor, entonces crees en Dios''.  
  • Diferencias de términos (Homónimos): se usa para dar otro significado a una palabra. Por ejemplo., la palabra agudo puede significar ''delgado'', pero en otro contexto puede relacionarse con el acento al hablar. 
  • División: cuando de una imposibilidad no se puede plantear una posibilidad: Por ejemplo, si todos los hombres cometen tres tipos de injusticias, si uno no comete las dos primeras, menos la última. 
  • Inducción: cuando se generaliza una situación por semejanza de otra. Por ejemplo, ''Si no cuida sus caballos, no será recomendable que cuide los ajenos''.
  • Decisión: cuando se recurre a un hecho anterior para juzgar con sustento. Por ejemplo, ''La muerte es un mal porque los dioses lo han hecho así, de otro modo, ellos morirían''. 
  • Por partes: cuando del todo se predica sus partes. Por ejemplo, ''Si Sócrates es ateo, ¿a qué Dios ofendió?''
  • Exhortar y elogiar: cuando se exhorta o disuade de dos cosas contrapuestas. Por ejemplo, ''Si tus razones son justas, los dioses te amarán, pero si no lo son los hombres te odiarán''. 
  • Proporción entre términos: guardar proporción entre términos que pueden confundirse. Por ejemplo, decir que los hombres bajos son niños, o que los niños grandes son adultos, en cuanto al tamaño.
  • Igualdad de antecedente y precedente: cuando una causa y un efecto es el mismo. Por ejemplo, ''dar la tierra y el agua es ser esclavo''. 
  • Elección de un antes y después: cuando en un determinado tiempo se hace una cosa y luego de un acontecimiento otra. Por ejemplo, ''Si nos exiliamos para volver a luchar, ahora que hemos vuelto ¿nos exiliaremos para no luchar?''.
  • Lo que resulta increíble: cuando se habla sobre algo inverosímil, pero increíble. Por ejemplo, ''las leyes necesitan leyes que las corrijan'' (pero es inverosímil que un concepto abstracto necesite de otro y encima ser corregido).
  • Contradicción general: cuando se emplea una contradicción sobre cualquier cuestión. Por ejemplo, ''dicen que soy inclinado a los pleitos, pero no pueden probar que he estado en uno''. 
  • Falsa impresión de los hechos: cuando se habla de una situación que parece otra. Por ejemplo, cuando un niño se cayó encima de su madre, parecía que le hacía el amor, pero en realidad solos e cayó encima''.
  • Causa: cuando se habla de una cosa y una causa que necesariamente deben existir, es decir, sin causa no existe cosa y sin la cosa no existe la causa. Por ejemplo, ''para que tu existas debieron existir tus padres''. 
  • Posibilidad de acción: cuando se piensa en cómo una cosa podría haber sido mejor si se hubiera actuado de otra manera. Por ejemplo, ''si hubiera estudiado, no me habría sacado mala calificación''.
  • Contradicción de cosas pasadas: cuando se contradice algo que se ha establecido como hecho en el pasado. Por ejemplo, cuando a Jenofonte le preguntan si debe hacer sacrificios a Leucotea(4), a lo que Jenofonte respondió ''si creen que es una diosa háganlo, si no es diosa, no hagan sacrificios''.
  • Acusación y defensa por errores anteriores: cuando se juzga un hecho reciente a partir de uno antiguo. Por ejemplo, ''mató a sus hijos así como mató a su mascota''.
  • Basadas en la etimología del nombre: cuando se emplea el nombre como una definición a una persona. Por ejemplo, ''Como razón tu nombre es Sidero (''hierro'') por tu modo de pensar''. 

Los entimemas refutativos son mucho más efectivos que lso demostrativos porque nos muestra la breve síntesis de los contrarios. Pero de todas formas, los dos son buenos en cuanto a que unos se pueden entender a primera vista, y por lo tanto toda la gente se complace en escucharlos, y los que no se entienden pero logran entenderse también complacen, pues es gratificante lograr entenderlos(5)

Capítulo XXIV: Entimemas falsos y verdaderos

Así como hay entimemas verdaderos que se expresan en las líneas de razonamiento, también existen entimemas que parecen ser verdaderos o derechamente, falsos. 

Veamos algunos de los entimemas aparentes:

  • Expresión: cuando se llega a una conclusión son haber razonado correctamente. Por ejemplo, decir ''Si no es esto es lo otro''.
  • Parte y conjunto: cuando se afirma de un conjunto una parte o de una parte un conjunto. Por ejemplo, decir que la palabra se conoce porque se conoce las letras, o se conoce las letras por la palabra. 
  • Amplificación: cuando se trata de amplificar un hecho que  ha ocurrido o no ha ocurrido.
  • Signo o indicio: cuando se juzga a partir de ciertos rasgos que nos aportan las personas o cosas. Por ejemplo, ''Si el delinquió, entonces es un hombre malo''. 
  • Accidente: cuando se da una casualidad en los hechos de un evento. Por ejemplo, ''que las arañas eliminen a otros insectos malos en una casa''. No es que estén ayudando en una casa, sino que sólo responden a su naturaleza. 
  • Continuación o consecuencia: cuando se relaciona una actitud con ciertas actividades. Por ejemplo, ''si se viste elegante en la noche es porque es adultero''. 
  • Causa falsa: cuando se presenta algo que no es causa como causa. Por ejemplo, ''La segunda guerra mundial ocurrió porque ocurrió la primera''. 
  • Omisión de momento y circunstancia: cuando en una acción hay un momento o circunstancia que se omite. Por ejemplo, ''golpear a hombres libres es un ultraje'', pero no es un ultraje si dicho hombre ha cometido injusticia. 

Estos son en general los entimemas verdaderos y aparentes que se dan en la retórica. Básicamente, los aparentes consisten en generalizar lo particular o particularizar lo general(6)

Capítulo XXV: Refutación en el entimema

Hay dos maneras de hacer una refutación: una por demostrar un razonamiento contrario y otra por promover una objeción.

Las objeciones puede darse de cuatro maneras:

A partir del mismo entimema

Entimema: ''el amor es bueno''.
Objeción general: ¿el amor incestuoso también?
Objeción particular: ¿el amor de Cauno(7) también es bueno?

A partir de uno contrario:

Entimema: ''El hombre de bien beneficia a todos sus amigos''
Objeción: no a todos sus amigos, pues ni el hombre malo hace mal a todos.

A partir de uno semejante

Entimema: ''Los que son maltratados siempre responden con odio''
Objeción: los que han sido bien tratados tampoco responden con amor. 

A partir de decisiones previamente tomadas:

Entimema: ''Se debe perdonar a los borrachos porque no saben lo que hacen''.
Objeción: entonces Pítaco no es digno de elogio, pues dictó duras penas para los borrachos. 


Es así como un entimema o una oración es fácilmente refutable cuando este es aparentemente verdadero. Bastará aplicar una de las objeciones mostradas anteriormente. 

Conclusión

Será de utilidad saber que este libro es un complemento perfecto de Tópicos y Refutaciones Sofísticas. En efecto, es fundamental conocer la construcción e intención de las falacias para pronunciar un discurso convincente, y bueno, también para refutarlo de la manera más apropiada. Es increíble ver como Aristóteles se dio el tiempo de tomar cada emoción y sentimiento (pathos) para dar una coherencia al discurso, además de analizar el carácter que se debe tener en ellos (ethos). Trabajo que obviamente no ha sido en vano, pues no es fácil definir las actitudes humanas en un solo libro Seguramente, La Retórica fue una especie de manual para los filósofos, políticos, retóricos y oradores posteriores (Séneca o Cicerón por ejemplo). 

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